El Ejército Nacional Libio (LNA por sus siglas en inglés) planeó montar una fábrica de drones militares en el país africano con empresas españolas. Así se desprende de los informes de la Guardia Civil aportados a la Audiencia Nacional en una causa en la que se investiga el tráfico ilegal de material de doble uso desde España hasta el país africano.

En el documento, al que ha accedido El Independiente en exclusiva, se hace alusión a un contrato firmado por la compañía española Shadow Lynx, radicada en Valencia, y la mercantil Almored Oasis General Trading LLC. El acuerdo se localizó en el teléfono móvil de Josep Saad Fonte, un ciudadano libio al que los investigadores sitúan como la mano derecha del general Saddam Haftar, hijo del mariscal Khalifa Haftar, máximo dirigente del LNA. Saad Fonte fue detenido en noviembre de 2023 en Madrid.

El contrato está fechado el 28 de septiembre de 2023 en Valencia. Tenía una duración de 12 meses de duración y se realizaría en tres fases. El objeto del mismo sería "el desarrollo de un proyecto integral sobre drones, incluyendo 1.000 unidades y 1.000 emisoras para drones militares de doble uso con capacidad militar suicida", según la Guardia Civil.

El Ejército Nacional Libio pagaría 250.000 euros para la elaboración del proyecto y su fase previa, 1.670.000 euros en dos cuotas para la compra del material para producir las primeras mil unidades y 280.000 mensuales en concepto de gestión y mantenimiento, incluyendo los gastos de personal.

"La mejor fábrica de África"

Entre los mensajes analizados en el móvil de Saad Fonte, la Guardia Civil resalta uno del 1 de agosto del año pasado. Es una conversación entre el libio y el CEO de Shadow Lynx, la empresa española que suscribió el contrato de la fábrica de drones, José Luis Rodrigo. Saad le envió dos vídeos al empresario. En el primero se le ve con personal de la compañía "llegando en un coche a lo que parece el aeropuerto de Bengasi", capital controlada por el LNA. "Ya estamos aquí con tu gente", le dice Saad.

El segundo de los vídeos muestra las instalaciones y los sistemas de seguridad de la nave donde se colocaría la fábrica. Rodrigo, al abrir el segundo archivo, le responde: "Brutal. Va a ser la mejor fábrica de África". Saad le dice que "esa es la intención que tienen que todos unidos el proyecto salga adelante".

44 drones, 14 millones

El informe de la Guardia Civil trata sobre un contrato por el que el LNA adquiriría 44 drones a cambio de 14,3 millones de euros. Como ya publicó este periódico, el trato se firmó con tres empresas españolas, siendo Shadow Lynx la principal de la presunta trama. El acuerdo incluía el envío de equipos para que pudiesen volar, así como personal para formar y adiestrar a los militares del ejército. El acuerdo se hizo con la compañía AHM Investment, con sede en Emiratos Árabes, y que los investigadores sitúan como una empresa pantalla del LNA.

Las partes acordaron, según la Guardia Civil, en enviar 12 Zarek V-350, dos Zarek V-600 y tres packs de 10 Bluefish, todos de Aeronáuticas DTS, compañía española. Estos últimos son drones suicidas. Fuentes conocedoras aseguran que los Bluefish nunca se llegaron a importar, y que como mucho se enviaron seis o siete aeronaves. Lo firmado incluía entrenamiento, logística, estaciones de despegue y aterrizaje, antenas y el mantenimiento. 

Los envíos estaban previstos en tres fases. Para transportar la mercancía emplearon un modus operandi para eludir los controles policiales y fiscales, según aparece en la causa. Primero hicieron un vuelo nacional. El 31 de julio de 2023, los drones viajaron desde Valencia hasta Barcelona. Al día siguiente, sin cargar ni declarar mercancía alguna, el mismo avión partió hasta Bengasi, en Libia. Esta primera fase consiguió enviar un Zarek V350, además del personal necesario para hacerlo volar. 

El segundo envío se produjo el Día de la Hispanidad. El 11 de octubre, los drones salieron desde Valencia a Barcelona. Un día después, viajaron a Sevilla y desde ahí a la capital del territorio que domina el LNA. En el contrato, los españoles tenían que enviar tres V350, un V600 y 10 Bluefish. Al final se exportaron cuatro del primer modelo. Poco antes de la detención de Saad Fonte, los implicados hablaban de cómo hacer llegar a los libios el dron V600 que faltaba.

Un tercer envío fue interceptado por las autoridades francesas. El 20 de diciembre de 2023, en el aeropuerto de Lyon, fue incautado un dron Zarek V600. La Guardia Civil sospecha que podría ser el segundo de este modelo comprado por el general Haftar. El vuelo tenía como pasajeros declarados al CEO de Shadow Lynx y varios de sus empleados.

Sanciones

La situación en Libia es inestable e insegura desde hace años. En la actualidad coexisten dos gobiernos, además de numerosas milicias armadas. Uno de esos dos Ejecutivos lo dirige el autodenominado Ejército Nacional Libio, al que se le vendió el material de manera ilegal. Controla el 75% del territorio, incluidas la mayoría de las explotaciones petrolíferas, donde varias empresas españolas tienen intereses como Repsol. El LNA cobra "ingentes cantidades de dinero" para darles seguridad, y después lo usan para aumentar sus capacidades militares.

La tesitura en el país ha llevado al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas a redactar hasta tres resoluciones desde 2011 por el que se prohíbe vender, suministrar, transferir o exportar material de defensa o de doble uso que sea destinado a la represión internar en Libia. También está prohibida la asistencia técnica, como sería el caso de la puesta en marcha de la fábrica.