Recibe por todo lo alto en el Salón Rojo del Hotel Santo Mauro. Hace una semana, el Wrapped de Spotify (esa monumental encuesta anual a costa de nuestros datos) le coronó como el tercer artista español más escuchado en nuestro país, solo por detrás de Saiko y Quevedo. Su nombre figura en dos de los diez temas más reproducidos de 2024 ("BADGYAL", con Saiko y Dei V, y "FARDOS", con De La Ghetto). Así que está justificado el lujo del Santo Mauro y el numeroso séquito que acompaña a Juan Manuel Cortés Reyes (Sevilla, 1997), más conocido como JC Reyes, en la presentación ante los medios de su gira KM 33, bautizada como su reciente EP de seis canciones.

"Es un número que tiene muchos significados para mí. Me pasan muchas cosas con el tres, con el 30 con el 33. Es como el número de la suerte al que yo apuesto todo. Fechas importantes, puntos de partida, metas también", explica a El Independiente. ¿Supersticioso? "Súper. Súper". Recién aterrizado de República Dominicana, donde ha estado trabajando y estrechando lazos con algunos colegas de la galaxia de la música urbana en español en la que ya brilla con luz propia, JC (léase yeisi) hace escala en Madrid durante unas horas para presentar el tour que arrancará el próximo 22 de marzo en el Wizink Center antes de regresar a Sevilla, donde le esperan sus hijos.

"En verdad que tengo ganas de verles. No puedo estar muchos días sin ver a esa gente", confiesa este "gang boy" que canta sobre armas largas y cortas y drogas duras y blandas (no le importa reconocer que consume diariamente entre 10 y 15 gramos de marihuana californiana). Lo hace ofreciendo la imagen más desafiante de una escena, la de la música urbana española, por lo general muy amansada en los últimos años al compás del éxito masivo. Él de momento no hace concesiones.

JC Reyes lleva un séquito numeroso, a la altura de toda estrella del rap, el trap o el reguetón que se precie. Pero lejos de crecer con el éxito (su música ha duplicado escuchas y seguidores en apenas un año), asegura que su comitiva es cada vez más restringida. "Yo voy al revés, tío, cada vez hay menos. La gente va necesitando más y yo creo que ahí está el fallo. Empecé con muchos y se han ido cayendo un montón por el camino. Ahora tengo más tranquilidad en mi cabeza. Cuanta menos gente con quien lidiar, menos guerras mentales vas a tener. Te tienes que quedar con lo que sea necesario y con los que sepan estar. Yo me quito de al lado a la gente que me trae malos pensamientos".

Protegido por la capucha de su sudadera y una dentadura de brillantes a juego con dos grandes anillos, afronta su primera promoción convencional con entrevistas para medios. Hasta ahora solo se le había visto en conversaciones de YouTube con streamers y colegas de Sevilla. "Yo siempre le suelo dar las entrevistas a chavalitos que me gustan por su contenido y que se lo están currando. Me gusta observar a las personas, y si veo que alguien hace buenas entrevistas y tiene buen rollo, hay que dársela, igual que a mí otra gente en la música me ha dado la oportunidad".

Pregunta.- Parece que musicalmente haces lo mismo, solo colaboras con la gente que te gusta. 

Respuesta.- Mira, nosotros venimos ahora de RD, de República Dominicana. Yo estuve hablando con Yailín [una viral rapera local con más de 11 millones de seguidores en Instagram] de aquí a ahí, ¿sabes? Sin embargo, cuando terminé de hacer mi trabajo, una hora y media antes de irme al aeropuerto, fui a buscar a un chaval que a lo mejor solo tiene 100.000 seguidores en Spotify. Pero si me gusta su sonido y yo tengo en mi visión hacer un tema con él, de alguna manera voy y lo hago. No me importan los seguidores. Es más que nada porque yo vea que tú entras en gracia en esta canción o que yo pueda hacerla contigo de esta manera.

P.- A ti que te gusta hacer reguetón, ¿qué sientes cuando vas a América y conoces de primera mano el origen de esos sonidos que tú has practicado aquí en España?

R.- Yo no veo la música por países. Es verdad que cada uno tiene su color y su sazón, pero la música en verdad va más por las personas. La mente, la creatividad, es un mundo que nadie conoce, y cada uno haciendo música es un sonido, es un flow y es una manera distinta. Por ejemplo, en República Dominicana se lleva el denbow, pero he conocido allí a productores durísimos que hacen trap. Y aquí o en Londres hay muchos chavales que producen a gente de América. Cada uno tiene su paranoia y la desarrolla como bien sabe.

P.- Tengo entendido que el directo es una de las cosas que más disfrutas.

R.- Me gusta porque es ahí donde yo veo real el resultado de mi música. Están bien las visitas, esto y lo otro, dan dinero, pero el sentimiento que tú expresas en una canción, donde tú lo ves, es en la gente cantando en un concierto. Es chulo en verdad verlo. No sé cómo describírtelo, tío, pero es un sentimiento guapo.

P.- Además a ti te gusta cantar en directo, sin trampas ni pregrabados. 

R.- Yo canto, claro. Yo no tengo las voces puestas cuando voy a cantar. Tengo unos apoyos por ahí para no perderme si hay cualquier fallo, pero es una guía muy muy bajita, que si yo quito el micro tú no vas a escuchar la voz. Hay que cantar, hay que estar concienciado de que lo tienes que hacer de verdad y estar preparado para hacerlo.

P.- ¿Cómo empezaste a rimar?

R.- Empiezo en verdad a rapear con canciones de otra gente, y me doy cuenta de que a los chavales les gusta, de que la gente grande ve a un niño rapeando y le llama la atención. Pero yo entonces no hago música todavía. Es como a los 12, 13 años que empiezo en el colegio a ponerme los cascos y hacer música. Esto no va a ser un buen mensaje para los niños, pero es la realidad. En el instituto me ponía al final de la clase con la capucha y unos cascos que iban sin cable para que el profesor no me viera. Y me liaba a apuntar las canciones. Yo inventaba, pero sin cantar, cantándolas yo en la mente. Tengo buena manera para los estudios, de hecho saqué el graduado con un siete y medio, fui a la ESA sin estudiar y aprobé todos los exámenes. Pero no me gustaba ir a clase. Tomar apuntes, hacer los deberes… no me gustaba. Aprobaba porque el rato que paraba pendiente sin los cascos, yo me quedaba escuchando al profesor y después cogía el examen, hacía pam, pam, pam, lo rellenaba y aprobaba. Después, al final de curso el maestro revisaba mi cuaderno y como veía que estaba en blanco, o que solo había dibujos y canciones apuntadas, me suspendía el curso aunque aprobara los exámenes. El nota me decía que era demasiado listo…

Sevilla epicentro Palmete

Entre dos institutos, el Ciudad Jardín y el Leonardo da Vinci en su barrio, Palmete, JC Reyes se peleaba con la disciplina académica y con las rimas, y también boxeaba y tonteaba con las motos que no faltan en sus vídeos y en la parafernalia visual de KM 33. A los 16 se metió en un estudio por primera vez. Sus primeras grabaciones son de 2017, aunque fue en 2020 cuando comenzó a despuntar con temas como "34 Amor y Mafia", todavía hoy uno de sus grandes hits.

P.- ¿Cómo ves la escena sevillana de música urbana?

R.- Yo veo que en Sevilla hay mucho talento. Ahora van a empezar espabilarse los chavales. Yo también estoy apostando por muchos de ellos. En mi barrio conozco tres, cuatro, cinco chavales que van ahí al estudio a grabar y están haciendo cosas chulas. Es cuestión de tiempo que salgan y que rompan. Tenemos una nave con un estudio, y la puerta está abierta a los que se comportan y tienen respeto y hacen las cosas bien. Porque esos aparatos a mí me han costado mi dinero, entonces hay que llegar con unos modales. Mientras todo el mundo respete el sitio del otro, sabiendo que somos 10 o 20 cabezas allí y que cada uno es de su padre, de su madre, ahí puede trabajar todo el mundo, tío.

JC Reyes en el Salón Rojo del Hotel Santo Mauro de Madrid el 10 de diciembre.
JC Reyes en el Salón Rojo del Hotel Santo Mauro de Madrid el 10 de diciembre.

P.- ¿Cómo se entra en ese círculo creativo de JC Reyes?

R.- Te tengo que conocer solamente, no hay que hacer ninguna cosa en concreto. Simplemente tengo que ver que merezca la pena que tú pases el rato allí con nosotros, que tú vayas a escuchar la música de nosotros, que tú te vayas a alimentar de la energía de nosotros, para que vayamos a poner a los productores que andan con nosotros a darte un sonido a ti. Necesito pasar un día contigo en el barrio antes, una mañanita, ir a comernos una carnecita. Los bajo al barrio para que lo vean, para que conozcan a mi gente, para ver cómo se comportan con la gente también. Yo ya te analizo rápido y digo si vales o no vales. Eso es más o menos lo que necesitamos, no mucho en verdad, que nos dé un poco el solecito, que no esté el día nublado y vayamos al estudio con la pena en lo alto. Sencillo, en verdad.

P.- Tú sigues en Palmete, tu barrio. Supongo que allí serás un ídolo para muchos. 

R.- He visto otra gente, hermano, que no puede bajar a su barrio tranquilo. Les hacen avalancha o cosas raras, ¿sabes? Será que yo no me he quitado de allí nunca, pero la gente me da mi sitio. Vienen a pedirme fotos pero con respeto, no es a lo loco. Todo tiene como un control sin nadie controlarlo. La verdad que en el barrio me tratan bien, conozco a casi todo el mundo. Son más raros a lo mejor los que vienen de afuera a buscarme.

"Lo de Rosalía no está bien hacerlo. Pero el mundo es tan cruel que fue con la noticia que yo le di la vuelta al mundo por primera vez en la vida"

P.- Llevas la palabra calé tatuada en la mejilla izquierda, pero en tu música aparentemente no hay rastro de lo que uno asocia con lo gitano

R.- No y sí, tío. En verdad todos los gitanos me suelen decir que se nota en la música que soy gitano. No sé cómo ellos lo detectan o se dan cuenta. Pero también hay gente de Puerto Rico que me lo dice, tú tienes otro flow, otra manera de hacer la música.

P.- Aparte del EP, este año has sacado 22 canciones.

R.- Veintidós canciones por mi canal, más el EP, que son seis, van 28, más las colaboraciones que he sacado, 30 y tantas canciones.

P.- Eso es currar mucho, ¿no?

R.- Eso es estar de un lado para otro sin parar, meterle festivales, conciertos, meterle grabación de vídeo, grabación de música. Imagínate todo el tiempo que te puede quitar eso. Yo no descanso, para mí no hay sábado ni domingo. Domingo a lo mejor sí que me lo puedo tomar más relajado, pero hasta ese día estoy en mi mente trabajando, apuntando cosas, hablando con gente. Es un continuo no parar.

El 'caso Rosalía'

P.- Hace año y medio tu despegue como artista coincidió con una polémica. Cogiste de las redes una foto manipulada de Rosalía en topless y la subiste a Instagram. Te llovieron las críticas, te cancelaron trabajos, pero tu progresión ascendente se disparó. ¿Cómo ves aquello con la perspectiva del tiempo?

R.- Mira, te voy a contar un dato que en verdad nunca se lo he contado a nadie. El momento de Rosalía, de hombre a hombre, eso no está bien hacerlo. Pero el mundo es tan cruel que fue con la noticia que yo le di la vuelta al mundo por primera vez en la vida. Parece que a veces a la gente le llaman más la atención las cosas mal hechas que lo que tú hagas bien. Es un ejemplo vivo de que en este mundo se utiliza la controversia, aunque yo no lo hice con esa intención, pero es un ejemplo vivo de que la gente utiliza la controversia a veces para favorecerse, bien sea monetariamente o por views. La verdad que es una situación fea que para que tenga que funcionar cualquier cosa haya que hacer una cosa de esas. Que no fue planeada en ningún momento ni por asomo. Pero es verdad que a mí tampoco me fue mal desde ese momento, es una realidad. Eso a la gente le puede chocar y le puede sonar como le quiera sonar. Yo a la chavala le he pedido disculpas ya como por tercera y por cuarta vez. Cuando me la encuentre le voy a dar un abrazo y le pediré disculpas como hombre que soy. Pero es un ejemplo en verdad de que el mundo está mal. No soy yo el que está mal nada más. Es un ejemplo vivo de que el mundo está boca abajo. La gente utiliza la situación y el contexto para cogerlo y utilizarlo y poner el título que quiera. Pero el que está mal es el mundo. Yo no lo he creado ni lo voy a cambiar solo.

El mundo está mal pero JC Reyes tiene una gira larga con fechas todavía por añadir. De momento se le espera en Madrid (el Wizink del 22 de marzo), Zaragoza (4 de abril, Pabellón Príncipe Felipe), tres plazas de toros en Granada (25 de abril), Valencia (26 de abril) y Murcia (10 de mayo), el Olimpic Arena de Badalona (17 de mayo), el Bilbao Arena (31 de mayo), Málaga (Auditorio Cortijo de Torres, 14 de junio), su Sevilla (Estadio de La Cartuja, 28 de junio) y Roquetas de Mar (5 de julio, Estadio Antonio Peroles). "Es la primera vez que voy a plasmar de verdad la idea que yo tengo en la cabeza", asegura Reyes acerca de este tour de consagración. "Va a ser una locura porque en verdad pienso que estoy creando algo fuera de lo común. Se me vienen cosas que no están vistas. Cosas que cuestan trabajo, y que a lo mejor a los que te acompañan les pueden chocar un poco, pero que cuando ven el resultado final flipan. Uno tiene que perseguir las ideas que tiene, intentar llevarlas a cabo. De eso trata ser artista".