"Tranquila", "serena", "relajada", "respondiendo de manera directa"... Así describen distintas fuentes presentes en el interrogatorio de Begoña Gómez este miércoles la actitud de la esposa del presidente del Gobierno en el Juzgado de Instrucción número 41 de Madrid. El cambio de estrategia es evidente: ha decidido declarar por primera vez en la que era su tercera comparecencia como imputada. La línea de defensa también es clara: no se quiso lucrar con ninguna de sus actividades profesionales y los delitos de apropiación indebida y de intrusismo ni siquiera existen porque el software que se le recrimina no se llegó a crear.

Gómez decidió que sólo respondería a preguntas de su abogado. El runrún de que lo haría sobrevolaba desde hacía días en los mentideros judiciales, pero su letrado mantuvo la intriga hasta el final cuando se sentó y manifestó al juez instructor, Juan Carlos Peinado, que la investigada iba a declarar. Algunas de las fuentes que estuvieron en la Sala confiesan a este medio su sorpresa por la solvencia con la que Gómez se explicó. Incluso, hay voces que consideran que la preparación fue ardua. "Lo tuvo que haber ensayado mucho", explican.

Lo primordial era hacer valer su carrera profesional. Desde 1997 lleva trabajando, primero en Inmark, donde llegó a ser Directora de Negocios para España y Portugal y desde 2012 con títulos propios para la Universidad Complutense de Madrid (UCM). Nada de lo que ha conseguido ha sido por ser la esposa del residente en La Moncloa, repitió como un mantra para que quedara meridiano.

En agosto de 2018 asumió el cargo de directora del África Center del Instituo de Empresa (IE), logrado también por méritos propios. Le vino bien que tras ella declarara el director del IE, Juan José Güemes, --a quien el juez también imputó hace unas semanas-- porque él corroboró su versión: no la contrató por ser la esposa del presidente del Gobierno y en su contrato laboral incluyó una cláusula específica para evitar conflictos de intereses.

Güemes siguió el mismo patrón que su predecesora en la silla y sólo respondió a su letrado durante unos 15 minutos. "¿No va a contestar a este instructor?", le afeó Peinado. El que fuera consejero madrileño intentó que el juez le esclareciera por qué delitos exactamente estaba imputado, pero este extremo tampoco se terminó aclarando.

Más allá de su valía profesional, Gómez se centró en dejar clara su relación con la Universidad Complutense de Madrid, que tanto se ha cuestionado. En 2014, cuando Sánchez era aún un líder del partido de la oposición, co-dirigía ya un máster propio de la Complutense, el de Fundraising Público y Privado. Es cierto que, a partir de que Sánchez ocupara el Gobierno se le ofreció la oportunidad de co-dirigir una cátedra de la que pendería un segundo máster, el de Transformación Social Competitiva.

Ella ni siquiera sabía que este tipo de figura existía dentro de la universidad. La idea nace tras una reunión con el rector del centro, Joaquín Goyache (quien también está imputado en el asunto). "Le trasladé la invitación a un Congreso para impulsar un nuevo máster. Fue en ese momento cuando me sugirió incorporar los dos másteres activos bajo lo que denominó una posile cátedra extraordinaria". Todo se materializó en octubre de 2020, y si durante ese tiempo se reunieron en La Moncloa fue porque la Escuela de Gobierno de la Complutense estaba cerrada por la pandemia. "Mi cliente está casada con el presidente del Gobierno, por razones, entre otras de seguridad, residen en el Palacio de La Moncloa y ella desarrolla su actividad en lo que hoy es su domicilio. No hay otra explicación, ella vive ahí", puntualizó el abogado de ella, Antonio Camacho, que dio explicaciones a la salida del juzgado.

Llegó la segunda línea maestra de la declaración: no ha habido lucro. La dirección de la cátedra, que, por cierto, no la hace catedrática, no conlleva ninguna retribución. Y, si se habla de retribución, la suya por los másters tenía un techo que ascendía a 15.000 euros anuales. "Creo que la cantidad pone de manifiesto que no pretendía lucrarse con lo que estaba haciendo", añadió Camacho en el exterior.

La cátedra, además, se ha financiado con recursos privados, no públicos. El único propósito era la difusión de los Objetivos de Desarrollo Sostenibles (ODS). "Este objetivo nunca ha buscado ningún tipo de lucro", ni por su parte ni por la de sus compañeros o empresas "que han visto pisoteados sus derechos", expuso.

El registro de su marca

Sobre el registro que hizo a su nombre, tercera idea fuerza: aclarar que todo era por el interés de la Complutense. Ella registró Transformación Social Competitiva como nombre porque era una idea que no existía anteriormente. La Universidad conocía "perfectamente" las marcas que inscribió porque, de hecho, hicieron modificaciones.

Se creó un dominio, www.TransformaTSC.org, cuya terminación (la de .org) demuestra que era sin ánimo de lucro pues es el que emplean las ong y las organizaciones benéficas. Y "lo puso al servicio de la universidad". Si lo hizo a su nombre fue porque la Complutense le dijo que no podían inscribirlo a nombre del centro y le indicaron, incluso en correos, cómo debía hacerlo. "El primer año, la coordinadora de la Cátedra dio de alta el dominio; el segundo año, lo hizo Begoña Gómez, ya que se pagaba con recursos personales. El tercer año ya no se renovó por parte de la UCM", agregó.

La cátedra describía una serie de objetivos en su creación y uno de ellos fue el desarrollo de un proyecto tecnológico de medición del impacto gratuito para las pequeñas y medianas empresas. Por eso crearon este dominio cuya inscripción finalizaba en septiembre de 2024. El abogado de Gómez lo puso en conocimiento de la Universidad por si querían renovarlo ya que ella no iba a hacerlo. "Como se preveía, el dominio ya lo han comprado otros", aclaró.

El software

La sociedad mercantil Transforma TSC S.L. se constituyó en noviembre de 2023 con el fin de poder realizar actividades distintas que se enmarcaban en la cátedra. En este punto ella aclaró que en ningún momento tenía un contrato laboral con la Universidad que le impidiera realizar otras actividades profesionales la margen, así que si quería inscribir una marca a su nombre nada se lo impedía, dio a entender.

Todos los trámites los realizó siguiendo las indicaciones de los diferentes departamentos de la Complutense y si firmó los pliegos para la licitación de los contratos fue porque se lo indicaron desde el centro de enseñanza. "Esa responsabilidad recaía en ella por se la directora de la cátedra extraordinaria, una cuestión que la interventora aclaró en sus declaraciones ante la Asamblea". Los vicerrectores estaban continuamente informados.

Barrabés

A pesar de que Gómez estaba citada para hablar de los dos nuevos delitos que se le han imputado precisamente por el software (apropiación indebida e intrusismo), su abogado quiso incluir algunas preguntas del asunto que inicialmente la trajo al juzgado: su firma en unas cartas de recomendación para que el empresario Juan Carlos Barrabés se hiciera con un contrato público.

Ella no participó en ningún procedimiento con respecto a estas licitaciones, nunca tuvo conocimiento de ellas, ni Barrabés ni nadie le comentó nada al respecto y sólo supo de las adjudicaciones cuando se inició la investigación actual.

¿Por qué firmó entonces las cartas que llegaron al ente público (Red.es) que le complació con los contratos? Pues porque eran unas "cartas modelo que son habituales en estos procesos de contratación pública" y que le fueron remitidas al máster. Las misivas no apoyaban a la empresa de Barrabés, sino el programa que representaba.

"Mi cliente ha declarado. Es lo que quería desde el inicio del procedimiento porque no tiene nada que esconder. Si no declaró antes es porque había una indefinición acerca de lo que se estaba investigando. Y uno si es investigado tiene que conocer qué es lo que se investiga", se felicitó Camacho a la salida.

Para las acusaciones populares todavía quedan muchas incógnitas que resolver y si no hubiera nada que esconder "habría contestado a todos". El presidente de Iustitia Europa, Luis Pardo, señaló que para ellos lo que había hecho Gómez es "descargar toda la responsabilidad en la Complutense" sin terminar de explicar su actuación. Fuentes de la investigación avanzan que las fechas no concuerdan con lo declarado por la esposa del presidente y que todavía queda mucho por indagar. Por ejemplo, sobre la asesora de La Moncloa que trabajaba para las actividades privadas de Gómez. Ella declara este viernes y la esposa del presidente mantuvo un absoluto silencio en su declaración sobre este asunto.