Ya es un hecho que no sorprende: la Comunidad de Madrid tira más que Cataluña de la economía nacional. Un año más, la región madrileña representa un mayor porcentaje del PIB nacional que la catalana. En concreto, su actividad económica representó en 2023 un 19,6% de este índice, mientras que Cataluña se quedó en el 18,8%, según datos del INE, que publica la comparativa económica entre regiones siempre con un año de margen.

Se trata de la mayor diferencia a favor de la Comunidad de Madrid desde el comienzo de la serie estadística, que arranca en el año 2000. Y eso que, desde hace 12 meses, ambas economías han crecido lo mismo, un 2,5%. Eso sí, el PIB per cápita de Madrid se sitúa por encima de los 42.100 euros, mientras que el Cataluña ronda los 35.300. En total, hay una diferencia de cerca de 7.000 euros entre ambas, la más alta en este caso desde 2015.

Hace algo más de 20 años, algo así era poco menos que impensable. A comienzos de los 2000, el peso de la economía catalana en el PIB nacional andaba recurrentemente al borde del 19%, mientras que la Comunidad de Madrid se solía quedar por debajo del 18%. Con el paso de los años, sin embargo, la diferencia entre ambas se fue estrechando. Entre 2006 y 2007, Madrid superó el umbral del 18%, mientras que Cataluña se mantuvo estable en el 18,8%. En 2009 se produjo el gran salto: Madrid se fue al 18,6% del PIB en España mientras Cataluña se tuvo que conformar con un 18,7%. Fue la menor diferencia de la década.

Tras empatar en 2011, en 2012 se culminó la remontada. Madrid representó el 19% de la economía nacional y Cataluña se quedó en el 18,8%. Siguieron años de cierta igualdad hasta que en 2017, coincidiendo con el 1-O y la declaración unilateral de independencia de Cataluña, Madrid empezó a quedar recurrentemente por encima.

Desde ese 2017 clave, la diferencia entre el peso en el PIB de ambas regiones ha crecido paulatinamente en estos años a favor de la Comunidad de Madrid: 0,2% en el 2018, 0,3% en el 2019, y 0,4% en 2021. Solo en 2020, año marcado por la pandemia, Cataluña se puso por delante de Madrid: representó el 19,6% del PIB mientras la región central se quedaba en el 19%. Después, las diferencias incluso se han agrandado a favor de Madrid: el 0,7% en 2022, hasta el actual 0,8%.

En lo que respecta al PIB per cápita, a diferencia de lo que ocurre con el peso en el PIB nacional, Madrid lidera con claridad desde 2015. No obstante, lo hace con cada vez más distancia. Y eso que entre los años 2015 y 2017 la diferencia se redujo: de los 4.000 euros por habitante a favor de Madrid se pasó a cerca de 3.700. Sin embargo, de nuevo 2017 supone un cambio de tendencia. En 2018, la diferencia se agranda a los 4.600 euros entre ambas regiones. Salvo en el año de la pandemia, la tendencia crece poco a poco hasta que en los dos últimos años se dispara. En 2022, la diferencia entre lo que genera por cápita Madrid y Cataluña se va a los 5.800 euros, y en 2023, a los 6.800.

Detrás de los grandes números se impone una realidad: desde que a finales del año 2017 el independentismo trató de dar un impulso al procés, Cataluña ha perdido, según datos del Colegio de Registradores, unas 5.500 empresas; un saldo negativo que surge de restar las cerca de 10.000 que han abandonado la región desde el cuarto trimestre de 2017 y las más de 4.500 que habían aterrizado ya a comienzos de 2024. Y la sangría continúa. Este año, Cataluña ha sido la comunidad autónoma que más empresas ha perdido hasta el mes de septiembre de 2024 por el cambio de domicilio, 275, mientras que Madrid ha obtenido el mejor saldo positivo, con 199, según datos ofrecidos por Informa D&B.

Desde 2015, ninguna región ha conseguido mantener un saldo positivo estable, pero Madrid se posiciona como la comunidad con el mayor número de saldos positivos, acumulando 36 trimestres en positivo y solo tres en negativo. A esta le sigue Baleares, con 32 trimestres positivos, y la Comunidad Valenciana, con 26.

Por su parte, Cataluña no ha registrado ningún saldo positivo en los 39 trimestres analizados. Tras Madrid, los mayores saldos positivos hasta el tercer trimestre de este año fueron para la Comunidad Valenciana, que añadió 87 compañías, y Andalucía, que sumó 52.

Aunque ni todas las salidas de empresas de Cataluña son achacables al independentismo ni todas las llegadas tienen que ver con la suavización de la situación política que ha caracterizado los últimos años, más empresas traen consigo más inversión.

Valga como ejemplo el hecho de que este año la Comunidad de Madrid haya vuelto a ser un año más la región que lidera la captación de fondos procedentes del exterior en los nueve primeros nueve meses del año, según datos del Registro de Inversiones Extranjeras DataInvex de la Secretaría de Estado de Comercio. La región madrileña atrajo 16.946 millones, el 71,8% del total. Multiplica por cinco la inversión extranjera en Cataluña, que se queda en 3.453 millones de euros. Muy por detrás, Asturias captó 596 millones, mientras que Andalucía recibió 480 millones de euros de inversión.

Aterrizando en territorio nacional, Madrid lidera también el listado de comunidades autónomas en creación de empresas. En el acumulado del año hasta noviembre, según datos también de Informa D&B, la región acumula más de 25.000 nuevos registros de nuevas corporaciones, cerca de un 9% más que en 2023 a estas alturas.

Son unas 4.000 más que las 21.000 de Cataluña, que registra no obstante un crecimiento del 10% con respecto a las más de 19.000 de hace un año. De nuevo, más empresas implica más dinero. El capital invertido en la creación de estas mismas compañías, reza el informe, se eleva en Madrid por encima de los 1.300 millones de euros tras crecer un 16% en el último año, mientras que Cataluña supera por poco el umbral de los 1.000 millones. La región catalana lo hace, eso sí, tras un aumento de más del 30% en el último año.

A pesar de que últimamente la calma política en Cataluña está facilitando la recuperación de parte de su tejido empresarial, Madrid por el momento sigue imponiendo factores como el hecho de que, al ser la capital, concentra la sede de buena parte de las administraciones del Estado, lo que facilita la interlocución de las compañías con estas mismas administraciones a la hora por ejemplo de pedir ayudas. También se deja notar en los números el discurso favorable a la actividad empresarial que sostienen los líderes políticos de la región al menos desde los tiempos de Esperanza Aguirre, presidenta de la Comunidad de Madrid entre 2003 y 2012 y parte del ala más liberal del PP.

Su herencia la recoge Isabel Díaz Ayuso, presidenta desde 2019. El intento de la actual administración de dar facilidades a la inversión se traduce en iniciativas como la rebaja del 20% del tramo autonómico del IRPF, aprobada por la región el pasado verano con la firme intención de seguir atrayendo la inversión. En total, la propia Comunidad de Madrid estima en 11.000 millones de euros el dinero ahorrado por los contribuyentes en este impuesto desde 2004. El mantra de Ayuso es claro: menos impuestos y menos burocracia, justo la clase de promesas que conquista a los empresarios. Este discurso contrasta con lo planteado por ejemplo a principios de este año por Junts: multar a las empresas que se marcharon a causa del procés y que no volvieron.

Por ahora, la propuesta no ha merecido demasiada atención por parte del presidente de le Generalitat, el socialista Salvador Illa, que el pasado mes de octubre, en la Barcelona New Economy Week (BNEW), se esforzó en cambio por reivindicar Cataluña como una región atractiva para las empresas: "La BNEW es el reflejo de la tradición catalana de anticiparse a los retos que ofrece la tecnología y de su capacidad de innovación. El crecimiento de Cataluña tiene que ir de la mano de una nueva etapa de reindustrialización sostenible". El president sabe que, para que la economía catalana vuelva a liderar España, tiene cada vez más terreno que recuperar.