Ha sido uno de los grandes anuncios del Gobierno para cerrar el año. En una comparecencia posterior al Consejo de Ministros, este lunes el presidente del Ejecutivo, Pedro Sánchez, ha confirmado una subida del 2,8% de las pensiones contributivas.

Se trata de un compromiso cumplido. La subida responde a la última reforma de las pensiones, aprobada entre 2021 y 2022. En ella, el Gobierno ponía fin al mecanismo de contención en las pensiones introducido por el PP en 2012 y garantizaba al menos que los jubilados mantuvieran su poder adquisitivo al contemplar la inflación como índice de referencia.

Así, el 2,8% presentado este lunes tiene que ver con lo que el Gobierno calcula que ha subido en IPC en el promedio de los últimos 12 meses. Lo mismo sucedió en el arranque de 2024, cuando las pensiones contributivas se revalorizaron un 3,8% porque la inflación media fue mayor. En 2023, un año en el que la inflación de los alimentos llegó a cabalgar a doble dígito, las pensiones contributivas subieron un 8,3%.

Esta revalorización del 2,8% supondrá, aproximadamente, 600 euros adicionales al año para las personas con una pensión media de jubilación contributiva, mientras que las pensiones medias del sistema aumentarán en torno a 500 euros anuales en 2025. Este incremento beneficiará a los cerca de 9,3 millones de personas que reciben 10,3 millones de pensiones contributivas, además de a las más de 700.000 pensiones correspondientes al régimen de clase pasivas, que también se revalorizarán un 2,8%, según datos del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones.

Con la subida del 2,8%, un pensionista que perciba la pensión media de 2024 de jubilación, pasará a recibir en 2025 una pensión de 1.481,35 euros mensuales, lo que supone un incremento anual de 564,87 euros o de 40,3 euros por mes en 14 pagas. Es una diferencia de 347 euros o, lo que es lo mismo, una pensión más de un 26% por encima del Salario Mínimo Interprofesional (SMI), que marca el tope por abajo de lo que puede percibir un trabajador.

Sin embargo, no todas las pensiones se quedarán por encima de esta referencia, y eso que, en un esfuerzo por equiparar a quienes perciben menos con la media, algo contemplado también en la reforma de las pensiones, el Gobierno ha querido impulsar todavía más las pensiones mínimas y las no contributivas.

Así, mientras que las mínimas subirán un 6% a partir del próximo año, las pensiones con cónyuge a cargo y de viudedad con cargas familiares aumentarán un 9,1%. Por su parte, las no contributivas y el Ingreso Mínimo Vital se revalorizarán un 9%, según ha anunciado este mismo lunes el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones.

La pensión mínima de jubilación para los hogares unipersonales quedará fijada, por tanto, en los 12.241,6 euros anuales frente a los 11.552,8 euros de 2024, y en 15.786,4 euros en los casos con cónyuge a cargo cuando en 2024 fue de 14.466,2 euros. En todos los casos, la cuantía se queda por debajo de los 15.876 euros anuales que fijan en 2024 el SMI.

La comparación entre pensión mínima y SMI ha servido siempre a las asociaciones en defensa de las pensiones públicas para pedir al Gobierno reformas más ambiciosas y estirar sus peticiones algo más. Lo que no es aceptable como salario para un trabajador, argumentan, tampoco debería serlo para una persona jubilada, que en muchos años no deja de ser un trabajador con muchos años de cotización a sus espaldas.

El pasado mes de octubre, en mitad de las movilizaciones que sacaron a cientos de pensionistas de distintas regiones de España a protestar contra la última propuesta de reformar las pensiones, que entendían que era un intento encubierto de privatización, Ramón Franquesa, portavoz de la Coordinadora Estatal por la Defensa del Sistema Público de Pensiones (COESPE), pidió terminar con lo que considera "el relato falso" de que el sistema público de pensiones no se sostiene. Por el camino, vinculó pensiones mínimas y SMI. "Tenemos un sistema público que es solvente, que tiene más cotizantes que nunca en el pasado, que podría con sus ingresos mejorar las condiciones de vida de diez millones de pensionistas, especialmente los que cobran una pensión muy por debajo del SMI. La auditoría [del sistema público de pensiones] no se realiza para no evidenciar que todo ese relato de la insuficiencia del sistema es falso".

Este lunes, fue el propio Sánchez quien unió a trabajadores y pensionistas en su discurso: "A lo largo de este año no solo hemos mejorado los servicios públicos, sino que también hemos reforzado las prestaciones sociales (...) En el año 2024, la pensión media de jubilación ha subido nada más y nada menos que 734 euros anuales, hemos subido el SMI y hemos incrementado también la renta garantizada por el ingreso mínimo vital. En definitiva, hemos protegido el poder adquisitivo de nuestros mayores, también de los trabajadores, y ya les anticipo que vamos a volver a hacerlo en el año 2025".

Por ahora, los sindicatos apoyan los últimos anuncios del Gobierno. Carlos Gutiérrez, secretario de Estudios y Formación sindical de CCOO ha subrayado este lunes en un comunicado que los pensionistas, como poco, puedan mantener su poder adquisitivo, siendo las pensiones más bajas las que han subido más: "Aquel acuerdo [entre Gobierno y sindicatos] también estableció la puesta en marcha de una garantía de suficiencia para las pensiones más bajas, ligadas al umbral de riesgo de pobreza y, en consecuencia, las pensiones mínimas y las no contributivas se verán incrementadas en un porcentaje mayor”.

No obstante, desde CCOO advierten también de la necesidad, a su juicio, de extender y ampliar la mejora del poder adquisitivo de los salarios. "El IPC no refleja todo el aumento del coste de la vida. El fuerte aumento del precio de la vivienda, que no está recogido en el IPC, desborda la capacidad de pago de los hogares y dispara el esfuerzo económico que deben destinar a la vivienda”. Estiman que a las pensiones mínimas, igual que al SMI, aún les queda margen para subir.