Digi vuela. La operadora rumana, que cerró 2024 con beneficios en España tras dos años de pérdidas, 'robó' durante el año pasado más de 1,3 millones de clientes al resto de 'telecos' españolas. El último trimestre del 2024 fue, de hecho, el mejor de su historia en este apartado. Y juntando los datos de los últimos 12 meses han crecido un 19% respecto al 2023.

La estrategia les está funcionando. Su apuesta por las tarifas low-cost para atraer clientes, que les ha llevado a lanzar precios nunca vistos en España, les ha coronado como la operadora más barata. En los últimos meses Finetwork fue la que más trató de arrebatarle ese puesto rebajando sus ofertas, aunque su CEO, Óscar Vilda, ya avisó de que no estaban interesados en avivar esa batalla.

Con la reciente (y sorpresiva) salida de Vilda de Finetwork, motivada por la intención de darle un giro al rumbo estratégico de la empresa, está por ver si esa guerra de tarifas se recrudece. Pero de momento, Finetwork mantiene su política de no subir los precios a sus clientes, y Digi acaba de anunciar que en el corto plazo tampoco va a hacerlo.

Con estas cifras, Digi podría haber superado ya la barrera de los ocho millones de clientes en España, y se ubica como el cuarto operador de telefonía fija y móvil, según los datos de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC). Mientras tanto, siguen invirtiendo en su propia red de fibra (que ya han regado con más de 1.000 millones de euros) y acaban de presentar su nuevo servicio de televisión por siete euros al mes, que incluye más de 100 canales entre los cuales no están los de fútbol. No es descabellado decir que están en su mejor momento, a pesar de las críticas hacia su modelo de negocio.

La estrategia de las grandes 'telecos'

En el ranking elaborado por la CNMC, por encima de Digi se ubican las grandes 'telecos' del país: Telefónica, Orange y Vodafone, que han puesto en marcha la estrategia contraria. Las tres han anunciado subidas de precios para este 2025 en sus marcas principales, al tiempo que mantienen las mismas tarifas en sus operadores secundarios (O2, Lowi y Simyo).

Tiene una explicación. En un encuentro con la prensa el pasado diciembre, Meinrad Spenger, CEO de MasOrange, (compañía surgida de la fusión entre Orange y Masmóvil), lamentó la situación que atraviesa el sector: "Desde 2010 hasta 2023 la economía española creció un 36%, mientras que los ingresos de los operadores han descendido un 38%. Y eso a pesar de que hemos aumentado un 40% los servicios que ofrecemos en telefonía móvil y fibra. Los operadores valemos una tercera parte de lo que valíamos en 2010. Damos un servicio mejor pero facturamos mucho menos".

Las grandes operadoras llevan tiempo quejándose de que sus beneficios empresariales están cayendo mientras ellos continúan invirtiendo dinero para que sus servicios mejoren. Y acusan directamente a las compañías low-cost de esta situación. "En Rumanía es más caro comprar una hamburguesa que una suscripción de móvil. Es algo que nos tiene que hacer pensar", bromeó el propio Spenger.

Ante esto, Movistar, MasOrange y Vodafone han tomado la decisión de diversificar su oferta, ofreciendo toda una serie de prestaciones paralelas, que van desde seguros a energía, pasando por alarmas o servicios financieros. Un filón que en los últimos dos años están explotando al máximo, y en el que presumen de estar creciendo mucho.

La subida de precios de Movistar, Orange y Vodafone

Más allá de esos ingresos paralelos, las grandes 'telecos' tenían que decidir qué estrategia tomaban a la hora de diseñar sus ofertas para tratar de frenar a Digi. Y las tres han tomado la decisión de subir sus precios para el 2025. Un incremento en las tarifas que, defienden, se explica por el aumento de costes del sector, la subida de precios de plataformas como Netflix y Disney+ y, sobre todo, la necesidad de seguir ofreciendo a sus clientes un servicio de la mejor calidad posible. Y que muestra su apuesta por los clientes más exclusivos.

La inversión en tecnologías como el 5G o la fibra FTTR (Fiber To The Room), por ejemplo, han empujado a Movistar a subir sus tarifas en torno a un 5% a partir del próximo 13 de enero. El aumento variará en función del servicio contratado, pero para los usuarios con un paquete convergente (móvil, fijo, fibra y televisión) el sobrecoste se situará alrededor de los 3 euros al mes (36 euros al año).

Orange contestó casi de inmediato al anuncio de Movistar subiendo sus tarifas un 3% de media. Los nuevos precios entrarán en vigor a partir del 27 de enero de 2025, y supondrán un incremento de entre 2 y 6 euros al mes (entre 24 y 72 euros al año), si bien el importe concreto dependerá del paquete que el usuario tenga contratado.

Por su parte, desde el pasado 1 de enero Vodafone España ya aplica la subida media del 3% en sus tarifas que había comunicado previamente. Un incremento que la compañía recalcó que se hace "como cada año, de forma automática y transparente", en función del IPC promedio entre septiembre de 2023 y octubre de 2024, que se situó en el 2,95%. En este caso, la subida media será de 1,5 euros mensuales para los clientes.