La tarde de este miércoles se ha consumado lo que hasta hace unos meses resultaba una hipótesis poco menos que increíble, esto es, el regreso de María Jesús Montero a la política andaluza en sustitución de Juan Espadas. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, coloca a otro de sus ministros como líder territorial -y ya son cinco si damos por hecho también el futuro desembarco de Pilar Alegría al frente del partido en Aragón- en un ejercicio de poder interno que no deja de tener sus riesgos dada la fuerte identificación de todos los elegidos con su persona.

Bajo el lema "Andalucía gana", la también vicepresidenta primera del Gobierno se ha reivindicado en un acto con militantes en Sevilla al afirmar que Andalucía es el lugar "al que no vuelvo porque nunca me marché", en un intento por exorcizar aquellas críticas respecto a que es una "candidata a palos" tal y como han dicho ya desde el Partido Popular. Con un "nudo en la garganta" y la "emoción en el momento político más especial que he tenido en toda mi vida", ha apostado por un PSOE andaluz "fuerte, unido, que se lo crea, con ambición, con proyecto, defendiendo los valores que nos unen". Un partido que tiene que "recuperar la autoestima", "reconectar con los andaluces" y "ponernos las pilas". Hasta ha echado mano del mítico guerracivilista "no pasarán" y del Che Guevara parafraseando "hasta la victoria siempre", expresión con la que ha puesto punto y final a su discurso.

Decidida a "ganar las próximas elecciones autonómicas"

Ante el defenestrado Juan Espadas, ha explicado que "lo importante no es quién lidera el partido sino que la base está formada por miles de hombres y mujeres que decidieron despegarse de la riqueza para optar por los que menos tienen". Fiel a su vehemente estilo, ha ido subiendo el tono en una intervención destinada a anunciar lo que ha revestido de decisión personal, esto es, "dar el paso delante para ser la próxima secretaria general" del PSOE andaluz.

Decidida a "ganar las próximas elecciones autonómicas", ha tenido unas palabras para su antecesor al afirmar que "la política es un carrera de relevos. Vamos entregando el testigo de unos a otros, reconociendo que el compañero que ha traído el testigo aquí está comprometido y se ha dejado la piel. Quiero reconocer el trabajo, la tarea realizada por Juan Espadas que ha hecho un trabajo inmenso".

La vicepresidenta ha salido en defensa del Gobierno de Pedro Sánchez

También ha roto una lanza a favor del Ejecutivo del que ella es miembro (y no va a dejar de serlo) en lo que puede constituir una de las líneas de su estrategia discursiva. Ha acusado al popular Juanma Moreno de "apropiarse de los méritos del Gobierno de España" que "no ha hecho más que defender esta tierra". También ha arremetido contra lo que ha calificado de "denuncias falsas en los tribunales" en alusión al 'caso de los Eres', con fallos judiciales que han provocado "una década de sufrimiento intentando arrastrar la honestidad que ha tenido siempre este partido".

Así, tras admitir que "este es un momento muy duro para nuestra organización" y después de casi cuatro décadas de gobiernos socialistas ininterrumpidos de la Junta de Andalucía, la idea es, al menos, intentar presentar batalla al popular Moreno Bonilla, quien gobierna con una cómoda mayoría absoluta.