El presidente electro de Estados Unidos, Donald Trump, está preparando un buen número de eventos de cara a una toma de posesión con la que busca hacer historia. Las celebraciones incluirán varias fiestas privadas y cenas con los nominados para integrar su gabinete e importantes donantes, pero también convocatorias para el público general, como un mitin en el que marcará el tono de su segundo mandato a apenas unas horas de jurar el cargo. Trump quiere dejar muy claro su poderío ocho años después de una investidura marcada por las fotos en las que los medios resaltaron que apenas asistió un tercio del público presente en la ceremonia inaugural de Barack Obama, y con ese fin usará los más de 170 millones de dólares que ha recaudado para la ocasión.
"Las celebraciones de la toma de posesión de 2025 reflejarán el regreso histórico del presidente electo Trump a la Casa Blanca y el voto decisivo de los estadounidenses para hacer América Grande de Nuevo", aseguran desde el equipo de la inauguración Steve Witkoff y Kelly Loeffler, copresidentes del Trump Vance Inaugural Committee. "El presidente Trump está dedicado a unir el país a través de la fuerza, la seguridad y la oportunidad de su agenda de América Primero", remarcan, en un adelanto del tono que previsiblemente seguirá el discurso del magnate cuando se dirija a la nación desde las escaleras del Capitolio.
Es habitual que los días previos a la ceremonia de investidura se organicen actos de todo tipo en honor al futuro presidente, un protocolo que Trump ya vivió en 2017, cuando por primera vez fue elegido líder del país. Entonces, destacan los medios estadounidenses, habría sido impensable celebrar un mitin del magnate en el centro de Washington -una ciudad que en noviembre votó masivamente demócrata, en un 93%-, pero en esta ocasión al empresario neoyorquino no le asustan los feudos azules.
A Trump tampoco le molesta dejar claro su poderío: por eso, el primero de los gran eventos que tendrán lugar en los próximos días se celebrará el sábado en su club de golf en Sterling -cerca de Washington, pero en el estado de Virginia-. Allí pronunciará sus primeras palabras y deleitará a sus cientos de invitados con música y comida, fiesta que culminará con un espectáculo de fuegos artificiales. Si en 2017 su primera parada fue el hotel que él mismo había abierto en la ciudad un año antes, esta vez presumirá de instalaciones en su primer encuentro con empresarios, donantes y celebrities del fin de semana. Al mismo tiempo, su vicepresidente, JD Vance, protagonizará un encuentro con todos sus compañeros de gabinete en la National Gallery of Art, muy cerca del Capitolio.
Esa noche Trump dormirá en la Blair House, la residencia oficial para los invitados del presidente de EEUU -enfrente del ala oeste de la Casa Blanca- puesto que ya no cuenta con el mencionado hotel.
Una manifestación contra Trump
Contraprogramarán ambas convocatorias las decenas de miles de personas que se prevé que asistan a una manifestación bautizada como La Marcha de la Gente (The People's March) y que mostrará su descontento con el nuevo presidente. Convocada por varios grupos activistas a favor del aborto y de la igualdad como Planned Parenthood, National Women’s Law Center, Abortion Access Now y Women’s March, su objetivo es mostrar "a los chicos del multimillonario" que hay quien no va a echarse atrás ante los postulados del magnate.
"En 2025, Estados Unidos arrancará una nueva legislatura con una Administración abiertamente autoritaria. Nos enfrentamos a un gobierno de multimillonarios, estafadores y supremacistas blancos que solo se están enriqueciendo a sí mismos mientras nos dividen y atacan. Ellos se están uniendo para dividirnos. Nosotros debemos unirnos para hacerles frente", reza la web del evento, que ha fletado autobuses desde diferentes ciudades hasta Washington. Ya en 2017 se celebraron protestas contra Trump, destacando en especial la manifestación de mujeres en la que participaron conocidas artistas como Charlize Theron, Scarlett Johansson, Katy Perry, Miley Cyrus y Madonna.
El plato fuerte: el mitin MAGA
Las celebraciones de Trump continuarán el domingo, cuando a mediodía tendrá lugar el mitin en la capital del país en el que tocará el grupo Village People, autores de la canción mundialmente conocida Y.M.C.A. El evento tendrá lugar en el Capital One Arena de Washington, estadio de los Washington Wizards de la NBA y los Washington Capitals de hockey. Por el momento solo está confirmada la intervención del vicepresidente electo JD Vance, aunque se espera que muchos otros de los elegidos para formar parte del gabinete también formen parte del MAGA Victory Rally, además de miembros de la familia Trump.
Antes, el presidente electo visitará el cementerio militar de Arlington, al sur de DC, donde descansan 400.000 veteranos de todas las guerras. Allí tendrá lugar una ceremonia junto a la tumba del soldado desconocido, uno de los sitios más populares del cementerio y donde se recuerda a todos aquellos soldados fallecidos en guerras y cuyos restos no pudieron ser identificados. Después, Trump asistirá a otra cena privada.
La toma de posesión
El lunes tendrá lugar la toma de posesión del presidente electo, a la que seguirá el tradicional paseo desde el Capitolio -donde jura el cargo- hasta la Casa Blanca a través de la céntrica avenida de Pensilvania. Ese día será el más completo, y terminará con tres bailes, como es tradición. El martes, se dará conclusión a los eventos con una misa por la mañana en la catedral de Washington, o catedral de San Pedro y San Pablo.
La programación para el lunes es intensa: el día comenzará en una misa en la iglesia de San John, muy cerca de la Casa Blanca, le seguirá un té con el -por poco- presidente Joe Biden en su residencia y después jurará el cargo en el Capitolio. Como curiosidad, su equipo planea que el juramento de la Constitución tenga lugar a las 11:47, puesto que este segundo mandato Trump será el presidente número 47 de la nación. Inmediatamente después y al aire libre, pese a las temperaturas bajo cero, pronunciará el esperado discurso, para después pasar a la ceremonia de la firma de las nominaciones, a veces también memorándums u órdenes ejecutivas.
Por la tarde, Trump almorzará en el Capitolio, revisará a las tropas, y se dispondrá a acudir a la Casa Blanca en un desfile que le llevará un par de horas, puesto que el "viaje" incluye varias paradas para saludar al público. Ya en la Casa Blanca, volverá a firmar su cargo y llegará el colofón del día: los tres bailes que tendrán lugar en diferentes localizaciones.
El primero será en honor al comandante en jefe del Ejército de EEUU, el propio Trump, y después le seguirán otros dos. ¿Piensa que son muchos? El expresidente Dwight D. Eisenhower auspició cinco en la noche de su segunda investidura, John F. Kennedy añadió un quinto en 1961, y Bill Clinton llevó es cifra hasta los 14 en su segunda administración. La tradición siguió adelante durante las tomas de posesión siguientes, con Obama celebrando diez bailes oficiales, con lo que muchos consideran los tres bailes de Trump especialmente recatados.
La preocupación por la falta de público
Son comunes las comparaciones de asistencia a la diferentes tomas de posesión. En 2017, la primera vez que Trump juró el cargo, las imágenes de un National Mall semivacío dieron la vuelta al mundo y quedaron en la retina de los telespectadores. Obama reunió a alrededor de un millón personas en 2009, mientras que los expertos apuntan a que el empresario neoyorquino apenas llegó a un tercio de dicha cifra. Joe Biden reunió a un público mucho menor, ya que su toma de posesión tuvo lugar en medio de la pandemia del Covid.
Las comparaciones molestaron personalmente a Trump, quien, al verlas publicadas en los medios, llamó al director del National Park Service Mike Reynolds para ordenarle que enviase nuevas imágenes que corrigiesen esa percepción, y así se hizo. Por eso, el Park Service ya ha mostrado preocupación por si de nuevo puede verse en el centro de la polémica el próximo lunes. Desde 1996, la agencia federal no da cifras de asistencia a las tomas de posesión de los presidentes tras haber sido demandada en una protesta. Como es habitual, las agencias de noticias tomarán fotos desde lo alto del monumento a Washington, el obelisco de 169 metros que preside la ciudad al lado opuesto del Capitolio, también en el National Mall.
A lo largo de toda la campaña electoral, Trump se ha mostrado preocupado por el tamaño de las multitudes, insistiendo en repetidas ocasiones en que su público siempre era mucho mayor que el de los eventos de la vicepresidenta Kamala Harris. Y a lo largo de su anterior presidencia, miembros de su gabinete repitieron que a la toma de posesión había asistido "la mayor audiencia que nunca ha presenciado una investidura, tanto en persona como en todo el planeta". Con todo, es probable que este lunes las cifras de asistencia las marque el frío: se prevén mínimas de -10 grados y máximas de -3.
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hace 30 minutos
¿Pero qué miedo le tenéis? Ya fue presidente y aquí seguimos, no empezó una guerra y mejoró la economía de su país.
¿Consideráis idiotas a los estadounidenses?
No, no es lo mismo que aquí. Aquí tenemos un presidente que, literalmente, compra los votos, eso sí, con los impuestos de todos. Trump con el dinero privado.