Es una máxima sencilla: guardar en tiempos de abundancia para poder suministrar en periodos de escasez. En términos fotovoltaicos podría traducirse en ‘generar de día para consumir… (incluso) de noche’. El enorme potencial de España en la generación de energías renovables, que cierra con cifras récord cada año que pasa, esconde un grave problema. Una suerte de ‘ecofrustración’ por su incapacidad para almacenar toda la energía limpia que podría generar con los medios de los que ya dispone. Parte de la energía que se podría producir, o se pierde o se deja de generar cuando baja en la demanda por no tener cómo ni dónde almacenarla.

La energía es fácil de transportar y de transformar, pero no tanto de almacenar. En el camino hacia la descarbonización poder almacenar energía limpia producida gracias al sol o al viento es la siguiente fase que quieren acelerar las compañías energéticas. Para ello, llaman a la Administración a impulsar e incentivar este objetivo. No basta con inversiones, sino que también es necesario un desarrollo tecnológico que permita dar un salto cuantitativo y cualitativo en la capacidad de almacenamiento energético en nuestro país. Actualmente la capacidad de almacenamiento a gran escala que existe en España es de apenas 8,3 GW. La estrategia recogida en el plan del Gobierno sitúa el objetivo de alcanzar los 20 GW en 2030 y los 30 GW en 2050.

Estos números parecen poco ambiciosos si se comparan con el macroproyecto que ayer presentaron los Emiratos Arabes Unidos en Abu Dhabi. Se trata de una planta solar fotovoltaica de 5,2 GW que contará con baterías capaces de almacenar 19 GW por hora. El proyecto, que estará en marcha en 2027, permitirá aprovechar toda la energía que la planta sea capaz de generar y establecer un sistema de suministro energético constante, de día y de noche. Permitirá así terminar con la ‘intermitencia’ en el suministro de esta energía limpia clave en la apuesta por las renovables a la que ahora se ve abocada España.  

Los sistemas de baterías, los BEES, permiten almacenar este tipo de energías renovables como son la solar o la eólica y distribuirla cuando sea necesaria. De este modo, permite generar recursos durante los periodos de menor demanda energética y disponer de energía en los momentos de mayor demanda. En Oriente Medio llevan años impulsando esta estrategia e invirtiendo en el desarrollo tecnológico que le permite disponer de parques como el de Al Dhafra Solar PV2, considerado el más grande del mundo. En pleno desierto, se extiende por un área de 21,5 Km2, tiene una capacidad de 2.100 MW gracias los 4 millones de paneles solares con los que cuenta. Del mantenimiento de los mismos, de su limpieza de la arena se encargan los 2.000 robots con los que cuenta.  

Más incentivo y apoyo a la inversión

Desde la Unión Española Fotovoltaica destacaron ayer que anuncios como los hechos por Abu Dhabi -coincidiendo con la cumbre de la Semana de la Sostenibilidad- demuestran que urge apostar con mayor intensidad y celeridad por los sistemas de almacenamiento: “Para que esta transición energética hacia las energías limpias sea completa en España es imprescindible avanzar en ese camino”. Las inversiones en desarrollo tecnológico y en la instalación de este tipo de sistemas son significativas.

Baterías de almacenamiento energético en una planta de Iberdrola. | Iberdrola

El sector considera que la ventaja competitiva natural que tiene España, por su clima en el caso de la energía fotovoltaica, el futuro estará condicionada por la capacidad de almacenar la energía limpia que se pueda generar. Para ello, reclaman una apuesta más decidida por parte de las instituciones: “Necesitamos que se concrete un marco retributivo y administrativo claro que aporte estabilidad y atraiga inversiones. Invertir en almacenamiento de energía es una enorme oportunidad para que España, que cuenta con una gran capacidad de generar energía barata a través del sol, pueda aprovechar esa histórica ventaja competitiva”.

Actualmente sí existen concursos para otorgar subvenciones para la construcción de este tipo de inversiones. Existen básicamente tres sistemas de almacenamiento. El de las baterías es uno de ellos pero no el único. El bombeo hidroeléctrico y la pila de hidrógeno verde son otros de los mecanismos de almacenamiento. Para los parques fotovoltaicos las baterías de litio son la mejor opción por no requerir apenas mantenimiento, no autodescargarse y ocupar poco espacio. A comienzos del año pasado había en marcha más de un centenar de proyectos en diferentes fases.

En otros casos se trata de proyectos consolidados. Iberdrola cuenta con baterías de almacenamiento en distintas plantas. El primer sistema fue el instalado para recoger la energía eólica del parque de Elgea-Urkilla (Alava). En 2022 instaló otra batería de almacenamiento en el parque eólico de Abadiño (Bizkaia). En otro de sus parques, en este caso fotovoltaico de Arañuelo III, en la provincia de Cáceres, también dispone de esta tecnología, la primera para almacenar energía solar en España.

36 GWh de almacenamiento en Europa

Según el Solar Power Europe, en Europa la capacidad de almacenamiento de energías renovables también se encuentra aún en una fase muy inicial. Las ‘baterías’ activas en todo el continente apenas alcanzaba los 36 GWh.

Planta fotovoltaica de Al Dhafra Solar PV2 de Abu Dhabi, considerada la mayor del mundo.

El pasado mes de diciembre el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico asignó 156 millones en subvenciones a 35 proyectos de almacenamiento energético independiente (stand-alone), basados en baterías con tecnología electroquímica. Todos ellos sumaban una capacidad de almacenamiento de 2.829 MWh. Además, se subvencionaron otros 10 proyectos de almacenamiento térmico a través de distintas tecnologías. En julio del año pasado ya se concedieron otros 100 millones de euros a proyectos a instalaciones de almacenamiento por bombeo hidroeléctrico reversible.       

Asturias es una de las comunidades autónomas donde más proyectos de estas características se están apoyando. En las últimas ayudas concedidas por el Ejecutivo logró financiación para 15 proyectos con un importe de 100 millones, seguida por Canarias, con cinco proyectos y casi 15 millones y Euskadi con cuatro iniciativas y cerca de diez millones de euros.