Fue nombrado por Fernando Grande-Marlaska el pasado noviembre y ha elegido Marruecos como destino de su primer viaje desde que asumiera el cargo. Javier Antonio Susín Bercero, el comisario general de Información de la Policía Nacional, se ha reunido en Rabat con el poderoso jefe del aparato policial y el espionaje del país vecino, Abdellatif Hammouchi, artífice además del espionaje con Pegasus.

Susín, hasta noviembre jefe de la Brigada de Información de la Jefatura Superior de Policía de Madrid, lidera una delegación español de alto nivel y se produce en un contexto marcado por las repetidas trabas impuestas por Marruecos para la reapertura de la aduana de Melilla, cerrada unilateralmente por Rabat en 2018. A última hora de este miércoles se llevó a cabo con éxito la primera expedición comercial desde la ciudad autónoma tras el fiasco de la semana pasada, pero las restricciones fijadas por el régimen alauí limitan su funcionamiento entre las quejas de los empresarios y comerciantes locales.

"España se ha librado de atentados gracias a Marruecos"

Durante la reunión, según la prensa marroquí, Susín agradeció a Marruecos la cooperación en la lucha antiterrorista. “España se ha librado de peligrosos atentados terroristas gracias a las informaciones decisivas y altamente fiables proporcionadas por los servicios” marroquíes, estableció. Hammouchi dirige la Dirección General de la Seguridad Nacional (DGSN) y de la Vigilancia del Territorio (DGST).

“Esta visita reviste una importancia capital, dado que el recién nombrado comisario general de Información eligió Marruecos para su primera visita al extranjero, con el objetivo de promover las relaciones bilaterales de cooperación en materia de lucha contra el terrorismo y el extremismo violento”, señaló un comunicado del departamento que preside Hammouchi. “El responsable español expresó el deseo de su país de seguir aprovechando el apoyo de la DGST para hacer frente al terrorismo, particularmente en un contexto mundial marcado por crecientes y complejos desafíos en materia de seguridad”, apunta la nota. Susín abogó por aumentar “las operaciones conjuntas y las detenciones simultáneas llevadas a cabo por los servicios de seguridad de ambos países en los círculos radicalizados tanto en Marruecos como en España”.

Sobre los temas abordados, Rabat asegura que se centraron en “la evaluación de los riesgos y amenazas terroristas en los distintos focos de tensión en el mundo, particularmente en las regiones del Sahel y del Sáhara, así como en la mejora y el refuerzo de las operaciones conjuntas de lucha contra el terrorismo y el extremismo violento”. Además, se habló de la colaboración en la celebración del Mundial de fútbol de 2030, en plena pugna entre Marruecos y España para albergar la final del torneo.

Según el aparato polic​ial marroquí, implicado en la represión contra la oposición en el país vecino, “las conversaciones entre ambas partes estuvieron marcadas por una convergencia de puntos de vista sobre la necesidad de consolidar e intensificar los mecanismos conjuntos de cooperación en materia de seguridad en diversos ámbitos, incluida la lucha antiterrorista y el extremismo violento, con el fin de hacer frente conjuntamente a los riesgos para la seguridad de los dos países vecinos, concluye el comunicado”.

Rabat se jacta de que la visita “ilustra el estado avanzado de la asociación en materia de seguridad entre Marruecos y España, al igual que revela la creciente demanda del modelo de seguridad marroquí en la lucha contra el terrorismo y el extremismo”.

Invitado en Madrid

El pasado mayo Hammouchi visitó Madrid para participar en los actos del bicentenario de la Policía Nacional española. El invitado de honor de la Policía Nacional española es considerado el artífice del espionaje masivo marroquí con Pegasus, tanto dentro como fuera de las fronteras de Marruecos, y a un amplio número de víctimas, desde intelectuales y periodistas hasta altos mandatarios extranjeros de, entre otros países, Francia, España o Argelia.

Su visita a España coincidió con la reapertura por parte de la Audiencia Nacional de la causa por el espionaje con el software israelí Pegasus a Pedro Sánchez y los ministros de Interior, Defensa y Agricultura, Fernando Grande-Marlaska, Margarita Robles y Luis Planas, con la sombra de Marruecos proyectándose sobre la investigación y raíz de nuevas pesquisas aportadas por Francia. Tal y como avanzó este diario, Marlaska y Robles comparten el mismo usuario de Pegasus que infectó el móvil de activistas saharauis y un disidente marroquí.

Hammouchi es el principal y temido rostro de los servicios secretos de Marruecos, la bestia negra de intelectuales, periodistas o defensores de derechos humanos perseguidos por ejercitar la libertad de expresión en un país que no tolera la más leve disidencia. “Hammouchi me ha encarcelado a mi hijo sobre la base estúpida de que ha fabricado mascarillas para venderlas en una clínica. Hemos traído la prueba de que la clínica no existe. Decían que mi hijo había fabricado mascarilla en una empresa y la empresa dice que nunca vio a mi hijo. Y, sin embargo, está en la cárcel por tres años y medio. Y eso es muy difícil de aguantar. Segundo, a mí un día me chantajeó con un vídeo en el cual dice que yo estoy desnudo y lo que se ve es mi espalda”, declaró a este diario Mohamed Ziane, un ex ministro marroquí de 83 años que desde 2022 cumple condena en una cárcel marroquí por instar a Mohamed VI a abdicar y denunciar la corrupción en la élite del país.