La desgarradora separación de Pep Guardiola y Cristina Serra, tras tres décadas de amor y la bendición de tres hijos, ha estallado como un trueno en el cielo de la prensa rosa. Las intrépidas 'Mamarazzi', Lorena Vázquez y Laura Fa, han destapado los secretos de esta ruptura inesperada, que, como un oscuro secreto, había permanecido oculto durante meses, gracias a la discreción casi mística que Guardiola ha mantenido sobre su vida personal.

Su historia de amor comenzó en 1994, cuando el joven futbolista del Barça comenzaba a brillar en el firmamento del deporte.

Después de veinte años de complicidad y tres hijos -María (24), Marius (22) y Valentina (17)-, sellaron su unión en una ceremonia íntima en 2014 en Matadepera, Barcelona.

Sin embargo, tras la fachada de felicidad y estabilidad, se escondía una verdad inquietante: sus vidas habían comenzado a transitar caminos paralelos, distanciándose como dos astros en el vasto universo.

En 2019, Cristina tomó la valiente decisión de abandonar su vida en Manchester, buscando refugio en su país natal para dedicarse a su exclusiva firma de moda, Serra Claret, mientras su esposo continuaba su lucha en el campo británico.

Aunque al principio la distancia parecía ser un obstáculo superable, el tiempo ha demostrado que el amor, como una llama, puede extinguirse si no se alimenta adecuadamente. Así, la pareja decidió, en un acto de reflexión y madurez, poner fin a su historia de amor.

Según las revelaciones de 'Las Mamarazzi', la chispa que encendió la mecha de su separación fue la renovación de Guardiola en noviembre como técnico del City, un compromiso que se extenderá hasta 2027.

Esta decisión, que pesó como una losa sobre los hombros de Cristina, fue el último clavo en el ataúd de su matrimonio, llevando a la pareja a tomar la dolorosa decisión de emprender caminos separados tras 30 años de vida compartida.

Con el divorcio de la pareja, un gran patrimonio está en juego. Para empezar, el entrenador acaba de renovar su contrato hasta el 2027, lo que significa unos ingresos mínimos de 30 millones de euros anuales.

Sin embargo, la mayor fortuna de Pep Guardiola está en su patrimonio inmobiliario. En Manchester, cuenta con un apartamento valorado en más 3 millones de euros y, en Barcelona, tienen una mansión en uno de los barrios mas exclusivos. Esta ultima vivienda cuenta con 741 metros cuadrados, un precioso jardín y una piscina de grandes dimensiones.

Sin embargo, en medio de este torbellino emocional, la ruptura se ha llevado a cabo de manera cordial, sin la sombra de terceros en discordia. La expareja ha sido vista recientemente en Barcelona, disfrutando de una noche en el teatro con su hija menor, lo que deja entrever que, quizás, esta separación no sea definitiva.

Como apunta Lorena Vázquez, el futuro podría reservar un regreso a la unión, cuando Pep finalmente deje Manchester y regrese a la Ciudad Condal, abriendo la puerta a la posibilidad de un nuevo capítulo en su historia.