Y la guerra, un día más, siguió mutilando y matando en la Franja de Gaza. A última hora del miércoles los gazatíes festejaron en las calles el acuerdo de alto el fuego, tras 467 jornadas de destrucción y dolor. Pero el jueves los bombardeos siguieron cobrándose vidas, sin tregua ni compasión alguna. El acuerdo de alto el fuego, cuya votación por parte del Gobierno israelí se espera este viernes tras desencuentros y negociaciones adicionales durante la víspera, solo entrará en vigor el domingo. Y hasta entonces, la muerte seguirá rondando Gaza.

Palestinos participan en el funeral de uno de los vecinos asesinados este jueves. | EP

"Desde que se anunció el acuerdo de alto el fuego ayer (hace menos de 24 horas) y hasta que el alto el fuego entre en vigor el domingo, 77 personas han muerto en toda la Franja de Gaza y 250 han resultado heridas. De los 77 muertos, 21 son niños y 25 mujeres", denunció en su cuenta de X Mosab Abu Toha, un poeta gazatí que lleva durante toda la guerra poniendo nombre a los muertos, entre ellos, algunos familiares, amigos y vecinos que ya suman meses bajo tierra. "Vergüenza debería darle a este mundo y vergüenza debería darle a este acuerdo que permite que cada vez más personas de mi pueblo sean asesinadas gratuitamente durante tres días", se quejó.

Vergüenza debería darle a este acuerdo que permite que cada vez más personas de mi pueblo sean asesinadas gratuitamente durante tres días

Según el último balance del Ministerio de Sanidad de Gaza, 46.788 personas han fallecido y 110.453 han resultado heridas desde que comenzó la guerra el 7 de octubre de 2023. En las 24 horas que transcurrieron desde el anuncio del acuerdo de tregua, 81 personas se sumaron al parte de víctimas mortales y 188 al de heridos.

Familiares del periodista palestino Ahmed al Shayah, asesinado por un ataque israelí. | Efe

Ahmed, el periodista

Uno de los últimos muertos, perdido en las estadísticas de estos 15 meses de guerra, se llama Ahmed al Shayah. Fue asesinado la noche del miércoles -mientras cientos de gazatíes celebraban una tregua en diferido- en un ataque israelí contra Al Mawasi, al oeste de la gobernación de Jan Yunis, en el sur de la Franja de Gaza. Al Shayaj engrosó otra lista ya abultada, la de reporteros que han perdido la vida, hasta 205 desde el inicio de la operación militar israelí en octubre de 2013.

Al Shayah, al que velaron los suyos el jueves entre el ruido de los bombardeos, cubría una guerra en directo que se resiste a concluir. El ala más ultraderechista del Gobierno de Netanyahu le exigió este jueves al primer ministro que se comprometa a -una vez concluya la primera fase de la tregua, de 42 días de duración- reanudar la contienda para "liquidar" a Hamás y cumplir los objetivos militares. Lograr la "victoria total", un término que muchos cuestionan a uno y otro lado de las trincheras. Resulta difícil imaginar un triunfo cuando decenas de miles han muerto, la Franja ha quedado reducida a escombros y en Israel decenas de familias esperan noticias de los suyos, con la macabra incertidumbre de si abrazarán a vivos o, en lugar del calor del reencuentro, recibirán ataúdes.

Ihab, el activista

En la cuenta atrás para la entrada en vigor de la tregua, el abogado Raji Sourani, que lleva meses documentando los horrores de la guerra, lidió con la noticia de la muerte de Ihab Marwan Kamal, uno de los miembros del Centro Palestino de Derechos Humanos que dirige. Murió en un ataque aéreo israelí en la madrugada del jueves. No lo hizo solo. El bombardeo borró a toda su familia: también perecieron su esposa Hanin Jamal al Dahdouh, de 29, y sus dos hijos, Reem, de 6, y Najma, de 3.

"Las palabras no alcanzan para expresar mis sentimientos y los de mis colegas ante este brutal genocidio contra nuestro pueblo y nuestros colegas. Conocí de cerca a Ihab, primero como ser humano y luego como asistente administrativo. Era un hombre de gran carácter y compromiso, siempre dedicado a su trabajo, incluso en las condiciones más difíciles y peligrosas. Era padre de dos hijas pequeñas y un hijo trabajador y entregado a su familia. La brutalidad de la ocupación se refleja en cada detalle de nuestras vidas; mata a nuestros hijos y destruye nuestros sueños", declaró Sourani. Mientras, en la carcomida geografía de Gaza, seguían 'lloviendo' bombas.