El alto el fuego y el horizonte de su entrada en vigor este domingo se abren paso al ralentí. Las disputas que surgieron durante la jornada del jueves entre Hamás e Israel a propósito de algunos de los términos del acuerdo -principalmente el nombre de los protagonistas del canje- se ha resuelto a primera hora de este viernes.

Y con un día de retraso sobre el calendario previsto, el Gabinete de Seguridad de Israel -integrado por algunos de los ministros- se ha reunido la mañana de este viernes para someter a votación la tregua. Tras su aprobación a primera hora de esta tarde, el Gobierno se reunió durante horas a puerta cerrada. Entrada la medianoche, el Ejecutivo no había anunciado aún su plácet. Ministros como el de Educación, Yoav Kisch, expresaron en redes sociales su incomodidad. "Una decisión compleja: el precio del acuerdo es muy alto, pero tenemos la obligación moral suprema de traer a casa a nuestros hermanos y hermanas", defendió.

Entretanto, en la bautizada como Plaza de los Rehenes, en el corazón de Tel Aviv, las familias de los secuestrados mantienen la respiración. "Una nación entera espera que todos los rehenes regresen a casa. El acuerdo actual debe terminar sólo con el regreso de todos los rehenes, con una forma y un plazo predeterminados", exigen la principal asociación que representa a las familias de los 98 rehenes que permanecen en la Franja de Gaza. Reclaman, como lo han hecho en estas 469 jornadas de guerra, que el Ejecutivo de Benjamin Netanyahu priorice el retorno de los secuestrados -se da por hecho que al menos varias decenas están ya muertos- a los cálculos personales del primer ministro para mantenerse en el poder o conservar su coalición con el ala ultraderechista, cuyos ministros siguen amenazando este viernes con dimitir si se aprueba el acuerdo.

A primera hora de la tarde de este viernes, el gabinete de seguridad israelí ha recomendado que el gabinete en pleno ratifique la propuesta de acuerdo de alto el fuego y la liberación de rehenes, según ha detallado la oficina de Netanyahu. El presidente israelí, Isaac Herzog, ha celebrado la decisión del gabinete de seguridad y ha confiado en que el Gabinete siga su camino. "No me hago ilusiones: el acuerdo traerá consigo grandes desafíos y momentos dolorosos y agonizantes", pronosticó.

Amenazas de división

La reunión del Gobierno se celebrará esta misma tarde. Inicialmente estaba previsto que el encuentro se celebrara después del Shabat, la festividad religiosa semanal que los judías inician el viernes por la noche y terminan al anochecer del sábado, pero se quiere evitar que el retraso pueda poner en riesgo la entrada en vigor de la tregua este domingo y la liberación de los primeros rehenes.

En la reunión del Gabinete de seguridad, Netanyahu ha asegurado haber recibido garantías inequívocas -tanto de Joe Biden como de Donald Trump- de que si fracasan las negociaciones sobre la segunda fase y Hamás no satisface "las exigencias de seguridad", se reanudarán los combates en la Franja con el respaldo de Estados Unidos.

Es una de las demandas que le exige el ministro de Seguridad Nacional Itamar Ben-Gvir, del ala más ultra. Si no, ha amagado con dimitir. Netanyahu podría tener varias opciones sobre la mesa para mantenerse al frente del Ejecutivo: que los ministros dimisionarios apoyen la coalición hasta que concluya la primera fase y dejarles la puerta abierta a su hipotético regreso si fracasa la tregua; integrar en su Ejecutivo a partidos centristas; o convocar elecciones. La primera opción es, conociendo la trayectoria de Netanyahu, la más plausible en la actual coyuntura. Muchos en Israel dudan de que el alto el fuego sobreviva a las primeras seis semanas, en las que 33 de los 98 rehenes serán liberados.