En uno de los regresos más sorprendentes de la historia de Estados Unidos, el presidente electo Donald Trump tomará posesión de su cargo este lunes. Lo hace condenado por falsificar documentación para comprar el silencio de una ex actriz porno con la que habría tenido una relación, tras temer que esa información pudiese conocerse y perjudicarle en la campaña electoral de 2016 -las elecciones que finalmente ganó-. Lo hace acusado penalmente en otras tres causas, que sus abogados han conseguido retrasar para que no lleguen a juicio. 

En una se le acusa de llevarse ilegalmente documentación clasificada a su mansión de Mar-a-Lago (Florida) cuando era presidente y de obstruir los esfuerzos del siguiente gobierno para recuperarla. En otra, está acusado de intentar revertir el resultado de las elecciones en el estado de Georgia, y en la última, de hacerlo a nivel federal, impulsando el asalto al Capitolio de Washington del 6 de enero de 2021. Sobre esta última causa, el fiscal especial Jack Smith concluyó este martes que había pruebas suficientes para condenar a Trump, si no fuese porque su victoria en las elecciones del pasado noviembre hace legalmente imposible que se le procese.

Los dobles del presidente electo Donald Trump, el futuro vicepresidente JD Vance y sus esposas ensayan para la toma de posesión del lunes.
Los dobles del presidente electo Donald Trump, el futuro vicepresidente JD Vance y sus esposas ensayan para la toma de posesión del lunes. | EFE/EPA/SHAWN THEW / POOL

El día de la inauguración, como se le conoce en Estados Unidos, siempre está rodeado de eventos varios, mucha pompa y simbolismo. Y si bien hasta hace unos días parecía que la ceremonia recuperaría la normalidad tras la pandemia del Covid, finalmente se recordará por ser la primera que tendrá lugar en el interior del Capitolio desde 1985. Lo habitual es que todo transcurra en el exterior, en la parte delantera de ambas cámaras, pero en esta ocasión las previsiones meteorológicas -se esperan 15 bajo cero grados de mínima y 5 bajo cero de máxima- han obligado a la organización a trasladar la ceremonia a dentro del edificio.

Sí será una ceremonia convencional en tanto que esta vez habrá dos presidentes: el saliente, Joe Biden, y el entrante, Trump. La de 2021 pasó a la historia porque Donald Trump, entonces presidente saliente, no acudió, rechazando darle el relevo a Biden. El asalto al Capitolio había tenido lugar solo unas semanas antes.

Por otro lado, más allá de lo simbólico la jornada cobrará un interés importante porque el magnate ha prometido firmar un buen número de órdenes ejecutivas con las que empezará a implementar las políticas anunciadas. Entre otros, ha prometido que cerrará la frontera, que deportará a los inmigrantes sin papeles y que impondrá aranceles a sus vecinos si no controlan mejor el tráfico de drogas que termina entrando en EEUU.

Esto es todo lo que sabemos sobre el día de la inauguración hasta el momento.

Cuándo, cómo, dónde

La segunda Administración Trump arrancará este lunes 20 de enero a mediodía, como es tradición, con una gran ceremonia en Washington -y un sinfín de otros festejos que tendrán lugar durante todo el día-. Las tomas de posesión de los presidentes de EEUU se celebran en 20 de enero desde 1937, salvo que caiga en domingo, en cuyo caso la ceremonia se pasa al 21. No sucede lo mismo con el juramento de la Constitución, que se mantiene el 20 aunque se realice en privado y después se repite en público. 

Por eso, aunque Trump será el presidente número 47 de Estados Unidos este lunes el juramento se habrá repetido 74 veces. “Esa diferencia numérica se explica por dos factores: que el presidente debe jurar al principio de cada mandato y, como el día de la investidura a veces ha caído en domingo, cuatro presidentes -Hayes [1877], Wilson [1917], Eisenhower [1957], and Reagan [1985]- juraron en privado antes de la ceremonia pública. Además, el presidente Arthur también juró en privado tras la muerte del presidente Garfield y lo hizo de nuevo dos días después en el Capitolio”, explican los Arquitectos del Capitolio, que se dedican a mantener en buen estado el edificio.

Por segunda vez en la historia la inauguración coincide con el día de Martin Luther King, festivo nacional en recuerdo del nacimiento del activista negro, que tiene lugar el tercer lunes de enero. El equipo de Trump no ha compartido su previsión de asistentes, pero gracias al festivo todo apuntaba a que la afluencia podría ser mayor de la habitual. Sin embargo, el hecho de que el público ya no pueda presenciar el juramento en vivo y en directo desde el National Mall hace pensar que probablemente muchos cambiarán de planes y optarán por seguir el acto por televisión, ya sea desde casa o desde las que se habilitarán para la ocasión en el estadio Capitol One.

Con la nueva disposición del evento, Trump no podrá resarcirse del mal sabor de boca que le dejó su toma de posesión de 2017, marcada por las fotos en las que los medios resaltaron que apenas asistió un tercio del público presente en la ceremonia inaugural de Barack Obama. Tenía recaudados más de 170 millones de dólares para la ocasión.

Los eventos del día

Aunque el frío haya obligado a cambiar algunos planes, la agenda del futuro presidente sigue compacta este lunes, llena de planes que recuerdan más a la coronación de un rey que a la toma de posesión de un presidente. Esa mañana, Trump y su esposa Melania acudirán a una misa en la iglesia de San John, muy cerca de la Casa Blanca, y luego tomarán el té con Joe y Jill Biden.

Después tendrá lugar la toma de posesión en sí. Como Trump va a convertirse en el 47 presidente de EEUU, la intención es que jure el cargo durante ese mismo minuto. Cuando lo haga, el mandato de Biden habrá terminado oficialmente, puesto que así lo recoge la vigésima enmienda: “El mandato del presidente y el vicepresidente deben terminar a mediodía del día número 20 de enero”. Como curiosidad, el juramento es el mismo desde 1884, y es también el que utilizan los senadores, congresistas y otros trabajadores públicos federales. Justo antes de Trump, jurará su cargo el vicepresidente, JD Vance.

Funcionarios disponen sillas durante los ensayos para la investidura de Donald Trump.
Funcionarios disponen sillas durante los ensayos para la investidura de Donald Trump, que finalmente tendrá lugar en el interior. | EFE/EPA/SHAWN THEW / POOL

“Juro solemnemente que cumpliré con las funciones del cargo de presidente de los Estados Unidos y que conservaré, protegeré y defenderé la Constitución de los Estados Unidos hasta el límite de mis capacidades”, dirá el presidente electo. Será la frase que generará más atención de todo el día, lo que a veces provoca nervios y fallos para el recuerdo. Barack Obama se trastabilló al pronunciar la frase después de que al juez del Tribunal Supremo John Roberts le pasase lo mismo al principio del juramento, creando a muchos la preocupación de si su presidencia sería legal. Para disipar las dudas, ambos juraron de nuevo al día siguiente en la Casa Blanca, entonces sí, palabra por palabra.

El propio Robers será quien dirija el juramento por quinta vez, una tradición que lleva implementada desde Marshall -y que no aparece en la Constitución-. Otra tradición que sí se ha dejado atrás es la de que el presidente electo lleve un sombrero de copa durante su juramento, algo que no se hace desde Kennedy, y la de que la biblia donde posa su mano izquierda el presidente la sujete el secretario del comité del Congreso que se encarga de organizar la inauguración. Desde Lyndon B. Johnson, que fue el primero en cambiar el hábito, lo habitual es que esta función la desempeñe la esposa del protagonista del día, y por eso se espera que la sujete Melania Trump, como hizo hace ocho años.

Trump dará su discurso acto seguido.

A continuación, tendrá lugar una ceremonia honorífica de salida de Joe y Jill Biden y cuando termine Trump pasará a la tradicional ceremonia de la firma de las nominaciones, a veces también memorándums u órdenes ejecutivas. Lo siguiente será un almuerzo en el Capitolio con los organizadores de la ceremonia, y entonces dará comienzo una tarde intensa.

Trump la empezará revisando a las tropas, para después empezar el desfile por la avenida Pensilvania hasta la Casa Blanca, en el que intervendrán un sinfín de colectivos, desde bandas del ejército a grupos de rodeo, conjuntos de empresas conocidas y estudiantes de instituto. Al llegar, tendrá lugar otra ceremonia de firmas en la nueva residencia del recién investido presidente. La noche la protagonizarán los tres bailes inaugurales organizados en su honor -muy pocos, en la opinión de muchos, porque Bill Clinton celebró 14 y Obama, diez-.

Los famosos y artistas

Otro foco de atención estará en quiénes serán los artistas que intervendrán en los diferentes eventos del día. El papel protagonista lo tendrá la cantante de country Carrie Underwood, que entonará America the beautiful junto con el coro de las Fuerzas Armadas y el de la Academia de la Marina. Lee Greenwood, conocido por su canción God Bless the USA ha dicho que tendrá “el honor” de tocar en la ceremonia, mientras que el himno nacional lo interpretará el cantante Christopher Macchio.

En el mitin de Trump del domingo también tendrán su momento los grupos Kid Rock, Billy Ray Cyrus, Village People y el coro de la Universidad de Liberty, algunos de los cuales también tocarán en los bailes de la noche, como también harán Jason Aldean, el grupo Rascal Flatts y el cantante de country Parker McCollum, así como Gavin DeGraw. El equipo de Trump ha anunciado un  invitado sorpresa que también actuará en uno de los bailes.

En cuanto a las caras más conocidas que esperan verse, además de los equipos del presidente saliente y el entrante, y las familias de ambos, están la de importantes empresarios como Jeff Bezos (Amazon), Elon Musk (Tesla, SpaceX), Mark Zuckerberg (Facebook) y, según ha podido confirmar el New York Times, Shou Zi Chew (CEO de TikTok, que acaba de ser prohibida en el país).