Pasaron horas hasta que la cuestión quedó bajo los focos de la opinión pública. Opacada por la caída de otras medidas contempladas en el real decreto ley como la revalorización de las pensiones o las ayudas al transporte público, la prórroga del SMI de 2024 quedó al principio en la sombra. Sin embargo, ahí estaba, en ese mismo real decreto ley 9/2024, de 23 de diciembre que este miércoles puso en jaque al Ejecutivo después de que Junts sumara sus votos a PP y Vox para derogarlo.

A última hora de la tarde apareció para hablar sobre ello Joaquín Pérez Rey, secretario de Estado de Trabajo, mano derecha de la ministra del ramo, Yolanda Díaz, y representante del Gobierno en la mesa de diálogo social que estos días negocia la subida del Salario Mínimo Interprofesional, el mínimo que puede cobrar en España cualquier trabajador por cuenta ajena.

"Una oposición destructiva e insensata hace que no se renueve el SMI de 2024. Están sumiendo en la incertidumbre a los 2,5 millones de trabajadores que lo cobran. El Ministerio de Trabajo está tomando todas las medidas para que el SMI no tenga ningún efecto negativo. Quiero mandar un mensaje de tranquilidad. Vamos a tomar todas las medidas de manera inmediata, vamos a cerrar todas las posibilidades para que la falta de prórroga tenga algún efecto", dijo Pérez Rey, que aclaró que Trabajo estaba trabajando ya en unas "pautas interpretativas" para que no hubiera espacio para el error. Con decreto ley o sin él, argumentan desde el Ejecutivo, quienes estos días firmen un sueldo ligado al SMI deberán tomar como referencia el de 2024, 1.134 euros en 14 pagas, y no los 1.080 de 2023 ni cualquier otra cifra. Y, por supuesto, nada de interpretar que en estos momentos en España no hay SMI.

Dicho y hecho, este jueves la Dirección General de Trabajo ha emitido su criterio interpretativo sobre las consecuencias de la derogación de la prórroga del SMI de 2024. Lo ha hecho en un documento en el que, a lo largo de cuatro páginas, explica los argumentos que, a su juicio, explican que las empresas que tomen en cuenta el SMI lo haga fijándose en 2024. El organismo cita, entre otros, el artículo 27 del Estatuto de los Trabajadores, que establece que en todo caso el SMI es prerrogativa del Gobierno. El hecho de que se establezca año a año demuestra por otro lado que no se considera la posibilidad de que dicho SMI no exista. Tomando esto en cuenta, dicen en la Dirección General de Trabajadores, no cabe ni dejar de considerar el SMI ni tener en cuenta otro distinto del último dispuesto por ley. Dicho de otra manera: ante la ausencia de prórroga, vale el último SMI, es decir, el de 2024. Finalmente, desde Trabajo precisan que será Inspección de Trabajo quien se encargará de vigilar que quienes firmen el SMI lo harán tomando como referencia 2024.

Pero, con todo y con esto, hay quien puede seguir pensando que la cuestión no está tan clara. Al fin y al cabo, la propia existencia de estas instrucciones demuestra el carácter excepcional de la situación y la posibilidad de que haya quien quiera plantear las cosas de otra manera. Por ahora, sin embargo, por el lado de las empresas no hay muchas ganas de batallar. Fuentes jurídicas asociadas a la CEOE y consultadas por El Independiente se remiten a las propias instrucciones dadas este jueves por la Dirección General de Trabajo como documento de referencia para las empresas. Eso sí, también recuerdan que, más allá del propio SMI, desde la organización siguen "a la espera de recibir un instrumento legal que dé seguridad jurídica a las empresas sobre cotizaciones", algo que han solicitado ya al Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones.

Concuerda con este parecer el abogado laboralista Natxo Parra. "Mi opinión técnica es que se tiene que mantener el SMI de 2024. No solo porque lo diga el Gobierno, sino porque lo dice el Estatuto de los Trabajadores, que es lo que da al Gobierno el poder de establecer el mínimo salarial. Por una cuestión de seguridad jurídica, en el lapso de tiempo hasta que se apruebe el SMI de 2025 ninguna empresa debería poder acogerse a otro que no sea el de 2024. Sería un poco absurdo que trataran de saltarse esta previsión".

El SMI más allá del salario

La cuestión del SMI, además, va más allá del propio salario. La cifra, recuerda Parra, es tomada como referencia por ejemplo por Fogasa, el organismo encargado de establecer indemnizaciones para trabajadores que quedan con salarios a deber después de la disolución de una empresa. En concreto, el organismo establece que el límite máximo a abonar en los salarios será el doble del salario mínimo interprofesional diario, que en en 2024 fue de 88,2 euros, es decir, los 44,1 euros del SMI por dos. Esta cantidad se multiplica por los días pendientes de pago, con un máximo de 120 días, incluyendo el prorrateo de pagas extraordinarias. Con las pautas interpretativas dadas por Trabajo, es de esperar que esta cantidad se mantenga hasta la aprobación del SMI de 2025.

Esta, por otro lado, no tardará mucho en llegar, dado que para ello el Gobierno no necesita pasar por el Congreso de los Diputados. De hecho, el propio Pérez Rey advirtió el miércoles de que la caída de la prórroga del SMI obliga a acelerar su negociación. Tras apenas un par de reuniones entre patronal y sindicatos, el Gobierno tomará una decisión sobre el SMI tras la reunión del próximo miércoles: será apenas el tercer encuentro. Una consecuencia más de la derrota parlamentaria del Ejecutivo y otra muestra más de que, con instrucciones o sin ellas, el SMI despierta unas dudas que el Ministerio de Trabajo quiere disipar cuanto antes.