Es la mayor isla del planeta, con una superficie que supera a la unión de España, Francia, Alemania, Reino Unido, Italia, Grecia, Suiza y Bélgica. El 80% de esa inmensa superficie está cubierta de hielo todo el año, lo que lo convierte en el glaciar más grande del mundo. Groenlandia es un páramo remoto en el que apenas viven 56.000 personas pero que desde hace semanas se ha situado en el foco de atención internacional. Donald Trump ha jalonado su regreso a la Casa Blanca con un indisimulado apetito por hacerse con Groenlandia.
“Necesitamos Groenlandia por motivos de seguridad nacional”, manifestó el republicano a principios de mes. “Mire fuera, hay barcos chinos por todas partes, hay barcos rusos por todas partes, no vamos a dejar que eso suceda”, argumentó. El lunes, tras jurar se cargo como cuadragésimo séptimo presidente de Estados Unidos, repitió su arenga. “Groenlandia es un lugar maravilloso. La necesitamos para la seguridad internacional. Y estoy seguro de que Dinamarca se sumará. El pueblo de Groenlandia no está contento con Dinamarca, como saben. Creo que están contentos con nosotros. […] Mi hijo y los representantes fueron allí hace dos semanas, y les caemos bien. Así que ya veremos qué pasa”, declaró a los periodistas en el Despacho Oval.
Territorio poco explotado
Su hijo Donald Trump Jr. hizo una fugaz visita a Nuuk, la capital de Groenlandia, el 7 de enero. Repartió gorras de béisbol con el lema “Make America Great Again”. Almorzó con un grupo de groenlandeses y horas después retornó a EE.UU. Desde entonces, el debate no ha cesado, animado por las declaraciones públicas del magnate, decidido -dice- a anexionarse Groenlandia sin descartar el uso de las fuerzas económica o militar. Sobre su renovado arrebato por Groenlandia -en 2019 Trump mostró su interés por adquirir el territorio-, subyace una batalla por el control de los minerales críticos que Washington libra con otros jugadores globales como China o Rusia. Y, de momento, los estadounidenses van rezagados en la pugna.
“Groenlandia es estratégicamente importante para la seguridad en todo el Atlántico Norte y en el Ártico. EE.UU. lo reconoció inmediatamente después de la ocupación alemana de Dinamarca en la Segunda Guerra Mundial e inmediatamente entró en Groenlandia para asegurar su propia defensa. Desde entonces, mantienen allí una base militar en virtud de un acuerdo internacional con Dinamarca”, señala a El Independiente Rachael Lorna Johnstone, profesora de Derecho de la universidades de Groenlandia y Akureyri (Islandia). “Groenlandia posee extensos yacimientos minerales y de otro tipo. Entre ellos se encuentran minerales críticos, necesarios para las tecnologías modernas y las energías renovables. Actualmente, China domina este mercado, pero muchos estados y la UE buscan suministros seguros en regiones políticamente estables”, agrega.
Los recursos minerales de Groenlandia son cada vez más accesibles a medida que el cambio climático hace retroceder su capa de hielo. Los proyectos de explotación actuales, sin embargo, resultan escasos. Ni siquiera se necesita una mano para contarlos. “El nivel de explotación en Groenlandia es ahora muy limitado e históricamente sólo se ha llevado a cabo en unos pocos lugares o a una escala relativamente modesta. En la actualidad, Groenlandia cuenta con una mina en activo y otra que está a punto de iniciar la producción”, indica a este diario Jakob Kløve Keiding, consultor principal del Servicio Geológico de Dinamarca y Groenlandia (GEUS).
A ojos de Trump, esta isla ártica se presenta como la nueva frontera de los minerales críticos, en un momento en el que la minería vive “una nueva edad de oro”. La semana pasada la industria se reunió en Riad, la capital de Arabia Saudí, en Future Minerals Forum, una plataforma creada para abordar la hoja de ruta del sector. Y Groenlandia estuvo presente en el orden del día. “Es un momento crítico. Si el mundo quiere continuar con sus avances tecnológicos, tiene que acceder colectivamente, procesar eficazmente y transformar toda una serie de minerales críticos, ya sea en Estados Unidos, la República Democrática del Congo o Groenlandia. Y, por supuesto, todos los países implicados tienen que tomar decisiones soberanas sobre cómo desean avanzar en esa vía de desarrollo”, señala a este diario Melissa Sanderson, directora ejecutiva de American Rare Earths, una compañía que inició recientemente la explotación de Halleck Creek, un yacimiento de tierras raras, una serie de elementos químicos esenciales para baterías, turbinas eólicas, paneles solares, aviación o armamento que -a falta de estudios más pormenorizados- también se hallarían en Groenlandia y que resultan difíciles de extraer.
Todos los países quieren desarrollar la minería pero prefieren que se extraigan en otros lugares porque genera una huella ambiental grande y disruptiva
"Groenlandia no está en venta"
Para el chileno Julian Ortiz, ingeniero de minas y profesor de la universidad británica de Exeter, esa batalla por Groenlandia no es nueva. “Si uno mira la historia geopolítica del mundo, hay muchas relaciones entre países que han sido definidas en el fondo por el acceso o no a los recursos”. “Lo que dice Trump de anexionarse probablemente políticamente será una ridiculez, pero en el fondo lo que está dando a entender es que EE.UU. tiene una necesidad de asegurar el suministro de ciertos elementos que hoy día no tiene. Hay una competencia implícita con el poder que tiene China en términos de acceso a estos elementos que no encuentra otro camino de solución que no sea una propuesta de este tipo”, alega el experto en conversación con este diario. Y agrega un dato que explica esa búsqueda externa de recursos: “Todos los países quieren desarrollar la minería pero prefieren que se extraigan en otros lugares porque la minería genera una huella ambiental grande, disruptiva y, por lo tanto, nadie la quiere tener cerca”.
Potenciales recursos minerales de Groenlandia
Un estudio realizado en 2023 por el Servicio Geológico de Dinamarca y Groenlandia (GEUS) desveló que 25 de los 34 minerales considerados "materias primas críticas" por la Comisión Europea se encontraban en Groenlandia. Entre ellos, figuran el oro, el níquel, las tierras raras, el zinc o el cobre. La extracción de petróleo y gas natural está prohibida en Groenlandia por motivos medioambientales, y el desarrollo de su sector minero se ha visto obstaculizado por la burocracia y la oposición de los pueblos indígenas.
Una industria cotizada pero situada, a poder ser, lejos de donde se necesitan los recursos. “Es una decisión política. Cómo desarrollar o cómo asegurar que un país tiene suministro de ciertos elementos si es que no quiere desarrollarlos en su propio territorio. Y en ese sentido EE.UU. es un muy buen ejemplo. Muchos proyectos de minerales críticos han estado parados en EE.UU. por mucho tiempo, esencialmente porque no hay voluntad política de desarrollar proyectos en el territorio. La alternativa entonces es salir a buscarlos a otro lado, normalmente con un bajo compromiso en términos de la responsabilidad que implica desarrollar bien un proyecto minero. Así salen estas ideas quizás un poco disparatadas pero que lanzan un mensaje claro”, subraya Ortiz.
En esos cálculos, la isla del Ártico emerge como una solución a la ambición del nuevo inquilino de la Casa Blanca. Aunque su aspiración de controlarla causa tanta indignación como perplejidad. “Groenlandia es para los groenlandeses. No queremos ser daneses, no queremos ser estadounidenses. Queremos ser groenlandeses”, deslizó hace dos semanas el primer ministro de la isla, Mute Egede, tras advertir de que Groenlandia “no está en venta”. A juicio de Jon Rahbek-Clemmensen, profesor asociado del Real Colegio de Defensa Danés, “las declaraciones de Trump tienen que ver sobre todo con su ideología interna de volver a hacer grande a Estados Unidos más que con la geoestrategia”. “Si se mira a Groenlandia desde el punto de vista geopolítico, su adquisición no tiene mucho sentido para Washington, puesto que EE.UU. ya está logrando todos sus objetivos en Groenlandia sin tener que pagar la factura del funcionamiento de la sociedad groenlandesa (que cuesta entre 750 millones y 1.000 millones de dólares)”, argumenta el analista.
La situación actual es perfecta para Estados Unidos: obtienen lo que quieren sin tener que pagar por ello. ¿Por qué cambiar esta situación?
“Estados Unidos tiene tres intereses geopolíticos en Groenlandia: el acceso a su geografía militar, especialmente a la importante base espacial estadounidense de Pittufik, que constituye un importante nodo del sistema estadounidense de defensa antimisiles y alerta temprana, el acceso a los minerales estratégicos groenlandeses, como los elementos de tierras raras, y evitar la presencia china. Los gobiernos danés y groenlandés ya les han proporcionado un amplio acceso militar y abundantes oportunidades de explotación minera, y si quieren un acceso aún mayor, están muy abiertos a una cooperación adicional. Además, China no ha mostrado interés en Groenlandia desde hace años. Así que, en realidad, la situación actual es perfecta para Estados Unidos: obtienen lo que quieren sin tener que pagar por ello. ¿Por qué cambiar esta situación?”, se interroga.
La atención a Groenlandia, un territorio del Reino de Dinamarca desde el siglo XIX, también desempolva sus aspiraciones de independencia. Más del 90 % de su población son indígenas. Tiene su propio parlamento y gobierno desde 1973, y un referéndum de 2008 allanó el camino hacia la plena independencia si los groenlandeses así lo desean. “Con demasiada frecuencia se percibe a Groenlandia como una región problemática debido al pensamiento colonial de Dinamarca y otros países. Groenlandia es un país que funciona bien, gobernado democráticamente, con líderes muy capaces e informados”, señala Lorna Johnstone.
En 2023 se publicó un proyecto de Constitución para un Estado independiente, que probablemente será la base de futuros debates
“Los groenlandeses están reconocidos como pueblo en el derecho internacional, con pleno derecho a la autodeterminación en el momento y la forma que consideren oportunos. Así lo reconocen también el gobierno y el parlamento daneses. En 2023 se publicó un proyecto de Constitución para un Estado independiente, que probablemente será la base de futuros debates”, agrega esta académica. Entre las vías posibles, la independencia plena; una relación permanente dentro de Dinamarca; o una independencia como Estado “libre asociado”, un estatuto similar al de Islas Marshall, Micronesia y Palaos (EE.UU.) e Islas Cook y Niue (Nueva Zelanda).
La explotación de sus recursos naturales podría ser una fuente que sufragase su independencia, en mitad de crecientes recelos hacia Copenhague. “Groenlandia quiere independizarse de Dinamarca, pero carece de los fondos económicos y las capacidades administrativas para conseguirlo. Además de estos retos, Groenlandia también se enfrenta a enormes problemas sociales, como un horrible grado de abuso social, alcoholismo y una tasa de asesinatos muy elevada. Por tanto, siguen dependiendo en gran medida de la ayuda danesa, que básicamente mantiene a Groenlandia alejada del colapso total. Groenlandia no ha sido capaz de encontrar fuentes alternativas de ingresos que puedan sustituir al apoyo danés”, esboza Rahbek-Clemmensen.
“Los groenlandeses no están contentos con ser un territorio de Dinamarca. En Nuuk no se ven banderas danesas, pero sí muchas groenlandesas. Les gustaría independizarse de Dinamarca, pero una población total de 55.000 habitantes no pagará las subvenciones médicas, legales y de comunicación de las que disfrutan ahora. Los daneses no son populares, pero los estadounidenses parecen serlo menos. No quieren sustituir a un ocupante colonial por otro”, narra el activista Paul Watson, uno de los fundadores de Greenpeace. El año pasado pasó cinco meses en una cárcel groenlandesa por una orden de extradición de Japón. “No veo a Trump interviniendo militarmente u declarando la guerra a la OTAN. El acoso económico no será bueno para nadie, incluidos los americanos. Personalmente creo que es solo una distracción de Trump porque no puede cumplir sus promesas de bajar el costo de los alimentos en EE.UU.”, comenta.
Clave para regular el clima del mundo
Más allá de la ambición de Trump y su corte, uno de los interrogantes del potencial minero de Groenlandia es su impacto en una zona sensible y virgen, vital para la debilitada salud del planeta. Mark Nuttal, antropólogo de la universidad canadiense de Alberta, conoce bien la extraordinaria naturaleza de la isla. “La capa de hielo de Groenlandia, que cubre el 80% de la isla, es crucial para regular el clima mundial. La biodiversidad del Ártico es vulnerable a los cambios medioambientales. Los osos polares, las focas y las aves migratorias dependen de hábitats delicados que son muy sensibles al cambio climático. Incluso las perturbaciones menores, ya sean debidas al aumento de las temperaturas o a la actividad humana, pueden tener repercusiones profundas y de gran alcance. Los pueblos indígenas de Groenlandia -kalaallit- dependen de los recursos del mar y de la tierra, por lo que los cambios en el ecosistema de Groenlandia también tienen implicaciones sociales, culturales y económicas”.
“La extracción de los recursos minerales de Groenlandia plantea riesgos medioambientales y sociales, como la extracción de recursos en cualquier parte del mundo. Sin embargo, es importante señalar que Groenlandia es propietaria de sus recursos subterráneos y controla quién puede desarrollar proyectos extractivos. El gobierno de Groenlandia lleva tiempo insistiendo en que la minería será importante para la economía del país, y ya hay algunas pequeñas empresas mineras en marcha y otras más en fase de planificación. Empresas australianas, británicas y canadienses, así como mineras estadounidenses, participan ya en la prospección y exploración”, agrega.
La fijación de Trump con la isla exhibe con crudeza las dinámicas de una competición global. “El mundo ha cambiado mucho y hay que asumir que no es estable, que es un mundo de locos. Hay una enorme competencia geopolítica y, sin embargo, tenemos que resolver el gran problema de los minerales críticos en la cadena de suministro. No es fácil ser optimista pero esperemos que EE.UU. respete la soberanía de otros países”, señala a este diario Gerald Edgar Grimstone, ex ministro de Inversión británico.
Sus ansias evidentes de poseerla muestra, a la vez, el tesoro de Groenlandia: “Independientemente de las fanfarronadas, Trump está destacando algo muy importante, y es la posición geopolítica y geoestratégica de Groenlandia en el orden mundial, especialmente debido al cambio climático, las preocupaciones de seguridad y el potencial para la extracción de minerales críticos. Los groenlandeses están muy comprometidos con la búsqueda de un equilibrio entre la protección del medio ambiente y el desarrollo, así como con la adaptación al cambio climático. No hay soluciones fáciles, y esto requiere una investigación en colaboración entre groenlandeses y científicos que sirva de base para la elaboración de políticas”.
Te puede interesar
-
"Trump, el macho alfa de los gorilas": la bronca entre Vox y PP por las palabras de González Pons
-
Cómo pedir cita previa, obtener y modificar el borrador de la declaración de la renta 2024
-
Revolut introduce el pago a plazos para nuevos y actuales clientes en España
-
Colombia recula y acepta las deportaciones de Trump "sin restricciones", según la Casa Blanca
Lo más visto
- 1 La sensación de fin de ciclo de Sánchez anima al PP
- 2 Hacienda modifica el plazo para la declaración de la Renta 2025
- 3 La española que se casó en Auschwitz
- 4 Muere Enrique Bastante, histórico miembro de Gabinete Caligari
- 5 Las medidas que quería colar el Gobierno en el decreto ómnibus
- 6 Testaferros, Gestapo y Franco, el enredo que enfrenta a PNV y PP
- 7 Los Chiefs se enfrentan a los Eagles en la Super Bowl 2025
- 8 Seguridad Social está quitando las pensiones de viudedad
- 9 La madre que hizo de su niña un meme: "Siento culpabilidad"
Comentarios
Normas ›Para comentar necesitas registrarte a El Independiente. El registro es gratuito y te permitirá comentar en los artículos de El Independiente y recibir por email el boletin diario con las noticias más detacadas.
Regístrate para comentar Ya me he registrado