A pesar de las controversias recientes, Ágatha Ruiz de la Prada ha viajado este martes a Sevilla para presentar su nuevo libro, Todo por un plan, en la Fundación Cajasol. En esta reaparición, evitó a la prensa para no responder preguntas sobre su polémico comentario acerca de los gitanos, que ha generado críticas y testimonios de exempleados que la acusan de racismo y clasismo.

Sin embargo, se mostró sincera con los asistentes, tratando de explicar su comparación entre su complicada mudanza y el estilo de vida de la comunidad gitana. "Lo primero que quería hacer esta noche era disculparme, porque han sido 10 días difíciles, y aunque ya pedí perdón, no me importa volver a hacerlo aquí en Sevilla", comenzó su intervención con seriedad.

Según Europa Press, Ágatha reconoció que "ya no sé cómo hablar, porque cualquier cosa que digas puede ofender a alguien. A veces, repites expresiones sin pensar en ellas". Admitió que si reflexionara más sobre lo que dice, probablemente no diría ni el 1% de sus palabras.

"Dije una tontería, sin malicia. Al darme cuenta de que ofendí, pedí disculpas. Pero, ¿realmente es para estar todo el día con los periodistas? No lo creo. No entiendo la magnitud de la noticia", se lamentó.

Para demostrar que no es racista, expresó su admiración por la cultura gitana: "La cultura gitana es fundamental en España. Este año se cumplen 600 años de su llegada, y eso es significativo. El espíritu gitano ha contribuido a que España sea un lugar soñado para muchos".

Aclaró que, aunque ha abierto un tema delicado sin intención, no permitirá que le restrinjan su libertad de expresión.

Después de la presentación, Ágatha se mostró evasiva ante las cámaras, explicando que "tengo un contrato y no puedo hablar" debido a una exclusiva reciente. Sin embargo, anunció que se autocensurará para evitar situaciones como la actual: "No quiero ofender a nadie, ya he pedido perdón muchas veces".