Al palacete parisino del PNV (o para el PNV) hay que llamarlo palacete, no edificio ni inmueble ni gaitas, y no tanto por tamaño ni estilo sino por cómo ha aparecido aristocráticamente ante nuestra vista, como una carroza entre pobres de ciénaga. El palacete, almendrado de pastelero más que de arquitecto, con sus frontones y medallones de chocolate blanco y galleta, nos ha emergido como floripondio o como bombonera en medio de subidas a pensionistas, bonos para el tren y ayudas por la dana. Es como si el PNV pasara en velero, saludando con pañuelito, por delante de las escombreras de España y de la parada del bus u ómnibus con su escudo social que sigue sonando a escudilla. Aunque no sólo es eso. A los demás, la memoria democrática sólo les deja huesos y sermones, esa sopa de monjitas. Al PNV, sin embargo, le devuelven o le regalan los palacios enteros, con piano y pavo real. Y es que siempre hubo clases, ya saben.
En el ómnibus de Sánchez (ya minibús, como decía aquí Casimiro GarcíaAbadillo) se ha colado un palacete como una señora con sombrerote, o sea se ha colado la socialité en la cosa social. Nunca hubiéramos considerado que un palacete pudiera estar dentro de ningún escudo social, así como se está dentro del Ring vienés, pero la verdad es que tampoco hubiéramos considerado que el PNV pudiera estar en ningún bloque progresista, claro. En realidad, el escudo social es más bien el escudo de Sánchez y el palacete del PNV es más bien el palacete de Sánchez, que de hecho era propiedad del Estado hasta que nuestro presidente lo ha considerado bien enajenable por su propia gracia. El escudo que se transforma en palacete, el palacete que se transforma en escudo, la realidad que se transforma en lo que le haga falta, eso es Sánchez, al que por cierto le pega un palacete, desamortizado y flamígero como una colegiata, más todavía que al propio PNV.
El escudo social es más bien el escudo de Sánchez y el palacete del PNV es más bien el palacete de Sánchez, que de hecho era propiedad del Estado hasta que nuestro presidente lo ha considerado bien enajenable
Se nos ha colado un palacete en el ómnibus como un botones con ramo de flores, y se nos ha colado un palacete en la memoria democrática como una herencia de verdad en una herencia sólo de viento, que se dice en Proverbios. Parecía que Sánchez sólo sacaba arena, hormigas y carrete de los bolsillos de bombachito de Franco, igual que de la historia sólo sacaba psicofonías para acojonar (Sánchez recuerda siglos y olvida en horas). Pero ya ven que, de repente, de la manga podrida de Franco, de los duros con serrín de Franco, del polvero de Franco, del bigotillo de madre superiora de Franco, por no hablar del bigotillo ya carbonífero de Hitler, ha surgido todo un palacio como el Nido del Águila de las nubes, y resulta que es del PNV. Lo que no sabemos es si hay una herencia real, física, habitable, monetizable o ventilable, que no conocíamos pero se va a empezar a repartir ahora, o la única herencia es ésa. O sea, sólo el palacete del PNV, singular, mágico y simbólico como Camelot, y nadie más, ni víctimas ni familiares, ni fusilados ni expropiados, ni maquis ni masones van a ver por supuesto ni un inmueble ni un duro.
De momento, a unos les dan polvo de hueso o de mármol y lacrimatorios como botijos y al PNV le devuelven o le amortizan palacios o quizá todo el mayorazgo. Incluso, como suele ocurrir con estas cosas de la aristocracia, se hace confiando más en la tradición de la casa o en la palabra del señor que en los papeles. No está clara la propiedad del palacete, más allá de la herencia sentimental de mecenas, testaferros y vascos juramentados con el partido o con la patria. Lo que pasa es que la herencia sentimental del PNV incluye todo el País Vasco o todo lo vasco, dentro y fuera de sus fronteras anubladas, así que Sánchez tendría que darles la propiedad igual del santuario de Aránzazu que del pimiento de Ezpeleta. Ni la justicia francesa ni nuestro Tribunal Supremo consideraron que hubiera que devolverle al PNV ese palacete como de turrón sentimental, ajeno a París y casi ajeno a la arquitectura. Pero entre el Supremo y Sánchez ya sabrán ustedes dónde están la razón, el progreso y la verdad.
El PNV ya tiene su palacete parisino de sangre azul, que es como un pastel de María Antonieta, aunque todavía seguirá ahí unos años el Instituto Cervantes, con su virgulilla como levantando la ceja ante el traspaso y el alquiler. Para que vean la seguridad y la irreversibilidad del asunto, el PNV registró y no sé si incluso santificó el palacete (me imagino a uno de sus curas orondos, de los que con chapela parecen peras) nada más publicarse el decreto, sin esperar a convalidaciones del ómnibus o del minibús. Hasta el PP va a votar que sí al palacetazo, sin duda porque Feijóo ha considerado de nuevo que lo inevitable no tiene importancia, cuando con el sanchismo es justo lo contrario.
El PNV ya tiene su palacete, lo que no sabemos es si es gracia de Sánchez o esto es general y va por orden. O sea, si todo lo usurpado por la dictadura o por la historia, de las pesetas de Franco al oro de Moscú o a los doblones corsarios, va a ir volviendo a los herederos, a las viudas, a los represaliados y hasta a las logias, o ese privilegio es sólo del PNV. La verdad es que, igual que el escudo social es de Sánchez, el palacete es de Sánchez y quizá todo el Estado es ya de Sánchez, la respuesta también es de Sánchez. Se llama arbitrariedad y hasta el PP está de acuerdo. Serán cosas de los señoritos.
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5 Comentarios
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hace 9 horas
El PP siempre tiene un problema para explicar estas decisiones
El voto sí a este decreto es otro error. La oposición no tiene que ayudar al gobierno cuando éste no lo necesita
hace 12 horas
jajajaja, genial como siempre.
Alguno de Bulocloa se ha liado, y ha confundido sede social con escudo social, y ahí lo ha metido
como todo es social…. ajajaj
hace 13 horas
Buen retrato. Desde tiempo de Arzallus esta gente de campa y pinta de paletos siempre me recuerdan -también Esteban, ascendido por el equipo sincronizado al mejor parlamentario del congreso, ¡lo que hay que escuchar- recuerdan, digo, a los que chupan caramelos a la puerta del colegio.
hace 13 horas
Qué es un palacete en medio de una inmensidad de palacetes como hay en Paris ? Que es, mejor dicho, que era de España ? Eso es algo insignificante para lo que acostumbra a dar el chantajeado Sánchez.
Lo verdaderamente importante es, que cuanto más dure el totalitarismo sanchista, el País Vasco será menos España y más Euskal Herría y Cataluña menos España y más Catalunya.
hace 17 horas
Lo único cierto es que el PP vira su estrategia por temor a perder el voto pensionista, ya que el de los valencianos ya lo tiene perdido…
Fakejoo, acojonado, diluye sus líneas rojas y ordena votar a favor del decreto … En fin.