El Consejo de Ministros aprobará el próximo martes la reducción de la jornada laboral tras un larguísimo tour de force entre la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, y el ministro de Economía, Carlos Cuerpo. Un pulso que sólo se solventó cuando Pedro Sánchez entró en escena después de que la también ministra de Trabajo le pidiera un encuentro para desbloquear la situación. La cita a dos, sin embargo, no tuvo lugar, pero sí les llegó el mensaje a Economía y a Trabajo de que "esto me lo arregláis", de que era necesario "arreglarlo y arreglarlo bien", según ha podido saber El Independiente de fuentes próximas a la vicepresidenta.

A partir de ese momento, Cuerpo cedió y aceptó incorporar la rebaja de la jornada laboral en la reunión de la comisión Delegada de Asuntos Económicos del pasado día 27 y llevar la propuesta al primer consejo de ministros de febrero, la próxima semana. En Trabajo aseguran que el auténtico escollo no era tanto el titular de Economía como quien se parapetaba tras él, esto es, la vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, poco dispuesta a ceder ante el que es uno de los principales acuerdos del Gobierno de coalición. Tal fue el grado de enfrentamiento al que se llegó que Díaz no dudó en calificar a su compañero de Consejo de Ministros de "mala persona", aunque quizá no era un epíteto dirigido en exclusiva contra él.

Escaramuza o globo sonda

Los ministros de Sumar interpretaron las primeras resistencias como una suerte de escaramuza o de globo sonda, pero cuando aquello se convirtió en una negativa rotunda "había que establecer una estrategia netamente política porque se trataba de un pulso" dentro del propio Ejecutivo y todo ello tras once meses de negociaciones con los agentes sociales y 26 sesiones de trabajo en las que se intentó atraer también a la Patronal. Sumar anunció que desplegaría toda su artillería y agotaría todas las vías de presión posible para llevar el tema al Consejo de Ministros y sólo "cuando tuvimos el conflicto elevado al presidente" se desbloqueó.

Hubo también una pelea competencial entre los titulares del área económica aunque Díaz defendió su territorio y, "al igual que nosotros hemos tenido que tragar con cosas de otros ministerios y nos enteramos por la prensa de, por ejemplo, el nombramiento del nuevo presidente de Telefónica, Marc Murtra", reivindican para Díaz el copyright de la rebaja de la jornada laboral a 37,5 horas a la semana.

Negociaciones con todos los grupos y con las pymes

Ahora queda un complejo trámite parlamentario con formaciones políticas que, como Junts, pueden tener reticencias a una rebaja que no cuenta con el aval de los empresarios. La intención de la vicepresidenta económica es recabar el apoyo de los distintos grupos parlamentarios, muy especialmente de quien tiene en sus manos las riendas de la legislatura, Carles Puigdemont, con quien ya ha anunciado su intención de volver a hablar. No parece que vaya a haber problemas con los antiguos compañeros de viaje de Díaz, esto es, Podemos. La formación liderada por Ione Belarra considera poco ambiciosa la propuesta, pero no parece tener intención, al menos no por el momento, de torpedear la medida. En este caso, la interlocución con el Gobierno se vehicula a través del secretario de Estado de Trabajo, Joaquín Pérez Rey.

Aunque se puede dar a Díaz como la clara vencedora del pulso con Cuerpo y Montero, la vicepresidenta también se ha visto obligada a hacer una concesión no menor, en concreto, abrirse a la posibilidad de modificar la propuesta pactada entre Trabajo y los sindicatos vía enmienda durante la tramitación parlamentaria, a diferencia de la reforma laboral a la que no se le pudo cambiar ni una coma. Ella misma mantendrá una línea de comunicación con Cepyme y Conpymes, organizaciones a las que ven más proclives a negociar que a la CEOE, para escuchar sus sugerencias, sin descartar tampoco, elevar las ayudas económicas a las pequeñas y medianas empresas que son, a la postre, las que más dificultades presentan para adaptarse a jornadas laborales más reducidas. De este modo, también se le da una salida a Cuerpo, quien bloqueó la reforma por entender que debía incorporar a la Patronal.

Díaz se ha desvinculado por completo de la asamblea de Sumar y del futuro modelo de relaciones de los partidos que la conforman

"Yolanda se va a entrevistar con estas organizaciones y con todos los grupos parlamentarios", confirman las mismas fuentes que, demás, niegan en redondo que tras la batalla por la reducción de la jornada laboral esconda la vicepresidenta ninguna estrategia partidaria con los ojos puestos en el futuro de Sumar, que celebra a finales de marzo su asamblea fundacional. De hecho apuntan al PSOE como origen del bulo respecto a que Díaz "levantaba esta bandera porque Sumar está muy mal" replicando que "también presentó batalla con la reforma laboral y entonces Sumar iba muy bien".

El equipo de Trabajo quiere alejar la propuesta de cualquier atisbo o sospecha de que se trata de un proyecto personal y político de Yolanda Díaz sobre su futuro. De hecho, ésta se mantiene total y absolutamente ajena a la deriva y preparativos de la asamblea de Sumar y del modelo de relaciones con el resto de los partidos de ese espacio político, aunque aboga por la unidad. "Ellos resolverán el problema de la izquierda a la izquierda del PSOE y hasta el mes de julio nosotros estaremos en el monotema de la reducción de la jornada y la subida del salario mínimo", aseguran en su entorno.