Después de la guerra desatada entre la vicepresidenta segunda Yolanda Díaz y el ministro de Economía, Carlos Cuerpo, por la reducción de la jornada laboral, ambos han escenificado este martes la superación de sus diferencias aplicando una receta cuyos ingredientes serían: "Mucho amor, síntesis y política".

Ambos han comparecido junto a la portavoz del Gobierno, Pilar Alegría, en la rueda de prensa posterior a la reunión del Consejo de Ministros que ha aprobado el anteproyecto de ley que, Parlamento mediante, el Ejecutivo espera que permita ver reducida la jornada laboral a 37,5 horas semanales.

Un mes separa las declaraciones de Díaz en las que acusó al titular de Economía de "mala persona" por ponerse del lado de la patronal en el debate existente sobre la reducción de jornada, y este día en el que los dos han compartido mesa ante los periodistas.

Díaz comparecía para dar cuenta del paso dado por el Gobierno para esa reducción, y Cuerpo para presentar el nuevo cuadro macroeconómico del Ejecutivo.

La pregunta era obvia, cómo han logrado aunar criterios y defender al unísono una iniciativa que provocó el primer enfrentamiento de este año entre los socios de coalición.

Fue la vicepresidenta la encargada de explicar entre sonrisas de los tres comparecientes que una diferencia "tan apasionante" se resuelve "con mucho amor y mucha síntesis", a lo que añadió otro elemento: más política.

Así es como aseguró que se hacen las cosas en este Gobierno, apostillando a renglón seguido que se trata de cumplir con los acuerdos a los que se llegaron para conformar el Ejecutivo de coalición.

Cuerpo recalcó que es compartido el sentimiento de que es necesaria la reducción de jornada y hacerlo de la forma más rápida posible. Y explicó que para llegar al consenso se aplica prudencia, negociación, responsabilidad, rigor y mucho respeto.

Falta recorrido aún para que la reducción de jornada sea efectiva, y en ese camino queda convencer a los grupos parlamentarios y especialmente a Junts, que la víspera dejó en el aire su apoyo lamentando que no se haya negociado previamente el texto con ellos.

Díaz y Cuerpo afirmaron que irán a una en esa negociación. Y también lo reafirmó la portavoz, que tomó la palabra para hacer hincapié en que lo que se ha aprobado es un proyecto de Gobierno, un proyecto de país.

Ese, dijo Alegría, es "un paraguas" bajo el que va todo el Gobierno con Pedro Sánchez al frente, algo que sirvió a la vicepresidenta para recordar que, desde Roma, todos los gobiernos son mancomunados.

Al igual que cuando se han puesto de manifiesto diferencias por otros asuntos, la ministra portavoz quitó hierro al encontronazo que tuvieron sus dos compañeros de mesa recalcando que entre los miembros de un Gobierno, máxime siendo de coalición, puede haber diferencias.

Dio por solventado por tanto un asunto que semanas antes, ante las acusaciones de Díaz y aprovechando que tenía también junto a ella a Cuerpo en otra rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, llevó a la portavoz a una reflexión.

"¿Saben ese refrán de que la cara es el espejo del alma? Yo veo la cara de mi compañero y, desde luego, hay algunas expresiones que a mí no me casan", dijo entre sonrisas del propio ministro.

Este martes Cuerpo y Díaz se vieron las caras públicamente para certificar su reencuentro. Falta el encuentro con los grupos parlamentarios que avale su entendimiento, y para eso, aún pueden quedar meses.