Este San Valentín, el amor estará en el aire y la búsqueda del destino perfecto para celebrar la conexión con esa persona especial se intensifica. En un mundo donde la rutina puede desdibujar la chispa del romance, los hoteles más románticos se presentan como refugios ideales para crear recuerdos inolvidables. Hemos recopilado una lista de los lugares más encantadores que prometen una escapada mágica para las parejas que desean celebrar su amor de una manera única y memorable el próximo 14 de febrero.

El Toril Glamping

En El Toril tendrás la sensación de haber cruzado medio mundo, pero solo estarás a una hora y cuarto del centro de Madrid. Sus Continentals Tents tienen espíritu de safari de lujo, pero con vistas a un lago privado y a la sierra de Gredos. Es la oportunidad para estrechar lazos viendo las estrellas por la noche después de una buena ruta de senderismo por la mañana y descansando con un baño relajante, o incluso con una sesión de spa. Este lugar se encuentra en Velada (Toledo) y el alojamiento y el desayuno cuesta 225€ para dos personas.

Bodega Quintín

Interior de la Bodega Quintín | Bodega Quintín

La Bodega del Quintín deja claro su objetivo de ser uno de los hoteles más románticos de Madrid, así que ofrece mucho más que una habitación bonita. Porque si además de compartir una experiencia, os lleváis algo de ella, se dobla la apuesta. Y como está ubicado en una bodega del siglo XVIII, su pack de una noche con cata de vinos, degustación de quesos, cena y desayuno, es un plan ideal para celebrar cualquier ocasión. El pack para dos personas sale desde 140€ y lo podrás encontrar en la Calle Toril 2 (Villarejo de Salvanés).

Box Art Hotel

Box Art Hotel es en realidad una doble oportunidad de pasar el fin de semana en la sierra. Uno de sus hoteles, el Alpino, está en Navacerrada, y el otro, La Torre, en Collado Mediano. Pero parten de ideas diferentes: en el Alpino te sentirás como en una cabaña gigante en la montaña con vistas a un precioso paisaje natural, mientras que La Torre es un palacete del siglo XIX completamente modernizado y con uno de los mejores restaurantes de la sierranorte de Madrid.

Molino de Alcuneza

Molino de Alcuenza es un pequeño hotel con 17 habitaciones en Guadalajara y a pesar de su tamaño, cuenta con un restaurante con estrella Michelin, un spa completo con cabina de belleza y un jardín con piscina. Está a menos de dos horas de Madrid –en GU 128 Km 0, Alcuneza-Sigüenza (Guadalajara)– y cerca se pueden visitar pueblos como Sigüenza o Medinaceli, repletos de arquitectura renacentista, restos romanos, árabes y visigodos, y rodeados por el Parque Natural del Barranco del Río Dulce.

El parador de la Granja

Los Paradores, como hoteles de gestión pública, suelen estar ubicados en enclaves destacados y edificios históricos. El de La Granja está en la Casa de los Infantes que Carlos III mandó construir en el siglo XVIII para sus hijos, los infantes Gabriel y Antonio, ubicada en Calle Infantes, 3 (Real Sitio de San Ildefonso, Segovia). La visita al palacio favorito de Felipe V y sus jardines versallescos es obligada, así como probar la gastronomía segoviana, incluidos sus platos estrella: el cochinillo y los judiones. El spa y los tratamientos serán el culmen hedonista de este viaje romántico para dos.

Hotel Landa

Piscina del Hotel Landa | Hotel Landa

La piscina más bonita de España probablemente es la de este hotel. Está algo más de dos horas en coche de Madrid, casi en Burgos, pero, aunque el viaje sea un poco más largo que el del resto, pocas cosas superan escuchar el crepitar de la chimenea tumbado en la hamaca tras un baño aquí. Nada de lo que experimentes en este hotel romántico se te olvida: ni su característico olor –puedes comprar sus velas–, ni las habitaciones dignas de un cuento medieval, ni tradicionales platos del restaurante.

Parador de Sigüenza

Si existe un lugar romántico para escapar en pareja es un castillo medieval. Sigüenza, a una hora y media de Madrid, tiene un parador que acoge una fortaleza del siglo XII muy bien conservada. Desde este lugar se puede disfrutar de unas excelentes vistas de la ciudad guadalajareña. Algunas de las habitaciones del edificio imitan a los aposentos de los importantes nobles que vivieron allí y, por si la experiencia no fuera lo suficientemente apetecible, en el espectacular comedor abovedado del castillo se pueden probar auténticas delicatessen manchegas.