¿Debes ducharte menos después de los 65 años?
La higiene personal es fundamental para el bienestar, pero en personas mayores de 65 años, los hábitos de baño deben adaptarse a los cambios que experimenta la piel con la edad. Ducharse diariamente, aunque común en muchas personas, puede ser perjudicial para la salud cutánea y general de los adultos mayores. A continuación, exploraremos las razones detrás de esta recomendación y cómo mantener una higiene adecuada sin comprometer la salud.
Cambios en la piel con el envejecimiento
A medida que envejecemos, la piel sufre transformaciones significativas que la hacen más vulnerable:
- Adelgazamiento de la epidermis: La capa externa de la piel se vuelve más fina, lo que aumenta el riesgo de lesiones y reduce su capacidad de regeneración.
- Pérdida de elasticidad: La piel madura pierde flexibilidad, lo que puede causar tirantez y picazón.
- Menor producción de sebo: Esto contribuye a una mayor sequedad cutánea.
- Ralentización de la renovación celular: La piel tarda más en repararse y renovarse, lo que incrementa su fragilidad frente a agresiones externas.
Estos cambios hacen que ducharse con demasiada frecuencia o usar productos agresivos pueda dañar la barrera protectora natural de la piel (película hidrolipídica), aumentando el riesgo de sequedad, irritaciones e infecciones.
Frecuencia recomendada para las duchas
Los dermatólogos coinciden en que las personas mayores deben reducir la frecuencia de sus duchas completas. Según la Dra. Sylvie Meaume, especialista en geriatría y dermatología, lo ideal es:
- Ducharse dos veces por semana usando jabón solo un día de cada tres.
- En los días sin ducha completa, lavar zonas clave como axilas, pies y genitales con un paño húmedo o toallitas específicas.
Esta práctica no implica descuidar la higiene diaria, sino adaptarla para proteger la piel. Además, factores como el clima, el nivel de actividad física y condiciones médicas específicas pueden influir en esta recomendación.
Beneficios de reducir las duchas
- Preservación de la barrera cutánea: Menos duchas ayudan a mantener los aceites naturales que hidratan y protegen la piel.
- Prevención de lesiones: Al evitar frotar excesivamente o usar agua caliente, se reduce el riesgo de irritaciones y heridas.
- Reducción del riesgo de caídas: Los baños son lugares peligrosos para las personas mayores debido a superficies resbaladizas. Limitar las duchas disminuye las probabilidades de accidentes.
- Conservación del equilibrio microbiológico: Ducharse menos frecuentemente permite mantener las bacterias beneficiosas en la piel, esenciales para su salud.
Consejos para una higiene adecuada
Para garantizar una limpieza efectiva sin dañar la piel madura, se recomiendan los siguientes cuidados:
Durante el baño
- Usar agua tibia, ya que el agua caliente elimina los aceites naturales y reseca más la piel.
- Limitar la duración del baño a 3-5 minutos, según expertos como los investigadores de Harvard Medical School.
- Optar por jabones suaves o enriquecidos con aceites; evitar productos con sulfatos o tensioactivos agresivos.
- No frotar vigorosamente; utilizar esponjas suaves o directamente las manos.
Después del baño
- Secar suavemente con una toalla dando pequeños golpecitos en lugar de frotar.
- Aplicar una crema hidratante inmediatamente después para retener la humedad.
En días sin ducha completa
- Limpiar las zonas estratégicas (axilas, pies y genitales) con un paño húmedo o toallitas húmedas con pH neutro.
- Considerar baños parciales utilizando un barreño con agua tibia.
Factores adicionales a considerar
- Estado general de salud: Condiciones como diabetes o enfermedades dermatológicas pueden requerir ajustes específicos en la rutina de higiene.
- Clima y estación del año: En verano puede ser necesario aumentar la frecuencia debido al sudor, mientras que en invierno se recomienda reducirla para evitar resequedad adicional.
- Movilidad: Las personas con movilidad reducida pueden beneficiarse del uso de ayudas técnicas como sillas especiales para ducha o barras antideslizantes en el baño.
Salud cutánea después de los 65 años
Ducharse menos después de los 65 años no significa descuidar la higiene personal; al contrario, es una manera adaptada y consciente de cuidar la piel madura y prevenir problemas asociados al envejecimiento. Reducir las duchas completas a dos veces por semana y complementar con limpiezas diarias específicas es una estrategia eficaz para preservar tanto la salud cutánea como el bienestar general. Con estos ajustes simples pero efectivos, las personas mayores pueden disfrutar de una rutina higiénica segura y saludable.
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