El frágil alto el fuego sellado en enero tras 15 meses de continuos bombardeos israelíes sobre la Franja de Gaza afronta esta semana su prueba de fuego, antes incluso de iniciarse las negociaciones para la segunda fase. El anuncio de Hamás de detener "hasta nuevo aviso" la liberación de rehenes en protesta por las violaciones de la tregua cometidas por Israel ha llevado al presidente estadounidense Donald Trump a lanzar un ultimátum a la organización islamista palestina.

"Por lo que a mi respecta, si no devuelven a todos los rehenes antes del sábado a las 12 del mediodía, lo que diría es que cancelemos todo y todo está permitido y dejaremos que se desate el infierno", declaró a última hora de este lunes el republicano desde el Despacho Oval tras al firma de varias órdenes ejecutivas. "Lo digo en mi nombre. Israel puede hacer lo que consideren", apostilló.

Precisamente este martes Trump recibe en la Casa Blanca al rey de Jordania, Abdalá II, que ya ha rechazado el plan pergeñado por el republicano para "vaciar" la Franja de Gaza; desplazar forzosamente a sus 2 millones de habitantes; y hacerse con el control del enclave para construir una suerte de "Riviera" de Oriente Próximo.

La mediación trata de salvar el acuerdo

Hamás ha instado este martes a Trump a "recordar que hay un acuerdo que debe ser respetado". Sami Abu Zuhri, dirigente del grupo, ha advertido de que "el lenguaje de las 'amenazas' no tiene valor y sólo complica las cosas".

Por su parte, el Secretario General de la ONU, Antonio Guterres, ha llamado el martes a Hamás a continuar con la liberación de rehenes prevista. "Debemos evitar a toda costa la reanudación de las hostilidades en Gaza, lo que provocaría una inmensa tragedia", ha señalado en un comunicado.

Fuentes conocedoras de la mediación de qataríes y egipcios han confirmado que se han entablado ya conversaciones con ambas partes para tratar de solventar los escollos y salvar el alto el fuego.