Hay pocas empresas en el panorama español más estimulantes de seguir que PLD Space. Especialmente porque no dejan de subir el listón. En octubre de 2023 lanzaron con éxito el Miura 1, el primer cohete privado de Europa que, además, permitió que España pasara a ser uno de los pocos países del mundo en tener acceso directo al espacio. Y ya están con los preparativos finales del Miura 5, que desde el principio ha sido el proyecto estrella de la empresa.

Se trata de un lanzador que permitirá poner pequeños satélites en órbita. Su lanzamiento está previsto para finales del 2025 o principios del 2026, y cuando se ponga a operar a pleno rendimiento servirá como impulso para el resto de proyectos, que apuntan cada vez más alto. Hablamos de la familia de cohetes Miura Next, cada vez más grandes y potentes, y de la cápsula tripulada Lince, la primera privada del continente, que servirá para transportar astronautas a la Luna y al espacio.

Gran parte de estos planes eran desconocidos hace apenas un año, cuando El Independiente charló con Ezequiel Sánchez, presidente ejecutivo de PLD Space. Por eso merece la pena sentarse ahora con Raúl Verdú, director de desarrollo de negocio y cofundador de la empresa, aprovechando su visita al Small Satellites & Services International Forum (SSSIF) de Málaga, que un año más ha vuelto a congregar al sector aeroespacial. Hay mucho de lo que hablar, porque como avisa Verdú: "A ambición no nos gana nadie". Y no dejan de demostrarlo.

Pregunta. ¿Cómo va la puesta a punto del Miura 5?

Respuesta. Muy bien. El año pasado el reto eran las infraestructuras, tanto de footprint como de capacidad de ensayos y producción. Ese reto ya lo tenemos totalmente finalizado, y ahora estamos empezando con la calificación de todos los componentes, sistemas y subsistemas del Miura 5, y la verdad es que la cosa va bastante bien. Se nota que es nuestro segundo cohete por todas las lecciones que tenemos aprendidas y la experiencia que ya tiene mi equipo gracias al Miura 1, que están haciendo que todos los ensayos los estemos pasando a la primera.

P. ¿Cuándo decidiréis si lanzáis el cohete a finales de 2025 o a principios del 2026 y de qué dependerá?

R. La presión está en que el lanzamiento sea lo más exitoso posible, como nos pasó con el Miura 1, porque un primer lanzamiento siempre es muy arriesgado. Pero no vamos a tener presión por los plazos, dentro de esos tres meses que más o menos contemplamos para lanzarlo, porque queremos asegurarnos de que el equipo lo tiene todo listo para volar.

La presión interna, como te puedes imaginar, es altísima. Pero tenemos más presión por el hecho de asegurar la calidad que por el hecho de lanzar a tiempo. Para nosotros es muy importante, y de hecho también obligatorio, entregar la unidad de cohete a finales de este año, porque es un compromiso que tenemos con nuestros clientes. Y la segunda prioridad es que el cohete viaje seguro hasta Kourou para que podamos empezar con las operaciones de vuelo a finales de este año o comienzos del que viene. Luego dependemos de que el vehículo esté sano allí, de que pasemos los ensayosy ensayos combinados, de que la meteorología sea la adecuada... Básicamente las dinámicas habituales de cualquier lanzamiento.

P. ¿Cuándo estará operativo a nivel comercial el Miura 5 y como funcionará el modelo de negocio del cohete?

R. Los primeros vuelos comerciales los estamos marcando para el 2027. Durante 2026 ya volaremos con clientes a bordo, como no puede ser de otra manera, pero serán misiones, digamos, de alto riesgo, porque serán los primeros vuelos del Miura 5. Los primeros acuerdos comerciales los estamos firmando a partir del 2027 con distintos clientes, que ya nos están reservando.

A partir de ahí será crecer desde unos cuatro o seis lanzamientos al año hasta los 30 anuales, que es el objetivo que tenemos a partir del 2030. El reto lo tenemos en la parte productiva. Una vez que has diseñado el cohete, se trata de cómo eres capaz de fabricarlos en serie sin fallos de calidad. Y nosotros en nuestras instalaciones actuales de Elche somos capaces de hacerlo.

P. ¿Cuántos clientes tenéis ya cerrados para el Miura 5?

R. Ahora mismo los contratos firmados son por alrededor de 50 millones de euros, pero se van a consolidar muchísimos más en los próximos meses conforme vaya avanzando la calificación del cohete. Es una parte que no preocupa, porque hay muchísimo más mercado del que somos capaces de asumir, y para nosotros va a ser muy sencillo conseguir completar nuestro manifiesto los próximos cinco o seis años.

P. ¿Qué ingresos anuales estimáis con el Miura 5 cuando esté a pleno rendimiento?

R. Cuando estemos plenamente operativos serán unos 400 o 450 millones de euros al año de facturación con Miura 5. Y la rentabilidad que le sacaremos a cada lanzamiento la invertiremos en Miura Next, que ya llevamos tiempo diseñando para poder pasar de un lanzador pequeño a un lanzador mediano.

P. ¿Cómo de grande es el salto entre el Miura 1 y el 5? ¿Cuáles son los principales retos?

R. La propulsión, como nos pasa en cada cohete que desarrollamos. Los motores, la parte de alimentación, el oxígeno, el queroseno, toda la parte criogenia y de fluidos internos. Ese es el reto más grande que tenemos, pero también es cierto que es donde más experiencia acumulamos, porque PLD Space nació como una empresa de propulsión. Así que estamos muy confiados. Los ensayos hasta la fecha, tanto de turbobombas como de cámaras de combustión, los hemos pasado de manera exitosa, a la primera, porque todos nuestros modelos de ingeniería están validados con la experiencia del Miura 1.

P. ¿Qué supondrá el Miura 5 para España a nivel de país, casi como servicio nacional?

R. En el momento en que España tenga una capacidad de lanzamiento independiente, automáticamente cambiaremos de liga. Pasaríamos a liderar a nivel global, junto con otras regiones, en lo que es el despliegue de infraestructura espacial, que es crítica tanto para aplicaciones civiles como para la defensa. Yo estoy orgulloso del sector espacial que se ha desarrollado desde antes de que yo naciese hasta hoy. Y creo que el Miura 5 es una especie de guinda del pastel para cerrar el ciclo y poder hacer misiones end to end, incluyendo el lanzamiento.

P. Tenéis una familia de cohetes proyectados cada vez más grandes y potentes. ¿Dónde ponéis el limite?

R. En ningún sitio. Toda nuestra tecnología, capacidad e infraestructura es escalable. Al final todo pasa por hacer un motor más grande, o tener una máquina más grande, porque la ciencia básica que hay detrás ya la dominamos perfectamente: los inyectores, las cámaras de combustión, los mecanismos de actuación, las válvulas, los controles de presión, las turbobombas... Todas esas tecnologías ya las dominamos, y es simplemente escuchar al cliente.

Nosotros somos conservadores. Ese salto de Miura 1 a Miura 5 y luego a Miura Next
es para no ponernos un reto tecnológico delante que suponga un riesgo. Siempre vamos a por cosas que sabemos que podemos cumplir. Pero que vayamos, digamos, paso a paso, no significa que no tengamos una ambición mayúscula. A ambición no nos gana nadie, y ahí están nuestros planes.

P. En 2025 vais a empezar con los ensayos de LINCE, la primera cápsula espacial para astronautas Europa. ¿En qué van a consistir y como iréis avanzando hasta que esté operativa para volar con tripulación?

R. El siguiente ensayo importante para nosotros va a ser un drop test para probar los paracaídas. El modelo de ingeniería que mostramos en el evento de presentación de LINCE está pensado para eso, para hacer los primeros ensayos de amerizaje, que esperamos hacer a finales de este año.

El objetivo es empezar a aprender. Raúl y yo lo comentamos, hemos refundado la compañía. Marcar en el horizonte un proyecto como LINCE es exactamente igual que cuando nos marcamos como objetivo el Miura 5, que en su momento era una locura tremenda. Es decir, no sabemos cómo hacer cápsulas tripuladas, pero en 10 años lo sabremos.

P. ¿Cómo fue mantener ese proyecto tan importante en secreto?

R. Fue relativamente sencillo, porque muy pocos miembros del equipo sabían de la existencia de ese proyecto. Luego cuando empezó a llegar el hardware ya era muy raro, porque nos llegaban, por ejemplo, tapas de un diámetro que no era el del Miura 5, así que ahí ya fue un poco más difícil. Pero la verdad es que preparamos una buena sorpresa. Nosotros siempre hablamos de que hay que dinamizar el sector, y por eso queremos crear constantemente retos. Es divertido y es rentable.

Había muchas preguntas de accionistas y de potenciales inversores y clientes sobre nuestros planes después del Miura 5. Y teníamos una estrategia perfectamente definida, pero que no habíamos hecho pública, y empezaba a ser incómodo. Por eso decidimos hacer pública nuestra agenda de los próximos 10 años.

Va a ser un orgullo compartir cómo vamos progresando. Con muchas dificultades, porque va a ser un camino complejo, pero del mismo modo que lo fue con el Miura 1. Era imposible hacer un cohete como el Miura 1 y es imposible hacer un proyecto como Lince, pero lo veréis volar.

P. ¿Quiénes serán los clientes de Lince?

R. Nosotros estamos dimensionando una cápsula para cuatro tripulantes, aunque habrá habrá una opción de llevar a cinco, y sobre todo capacidad de carga. Y aquí tenemos dos clientes claros. El primero es nuestra Agencia Espacial Europea, que tiene un programa de astronautas con el que están formando a muchos. Y en el futuro sería precioso tener capacidad europea para lanzar astronautas a órbita baja o a estaciones espaciales en la Luna.

Luego, por supuesto, están todos los proyectos de estaciones espaciales privadas que se están desarrollando, principalmente en Estados Unidos. No puedo decir nombres, pero son dos o tres y estamos en contacto con ellos, porque estamos recibiendo requisitos de alto nivel para poder ofrecerles también capacidad y acceso de astronautas a sus estaciones.

P. En tus entrevistas no dejas de mencionar que vuestra credibilidad siempre está en duda. ¿Por qué crees que es así?

R. No lo sé. Yo creo que hay 'PLD fans' y 'PLD haters', y ya se sabe que haters gonna hate. Pero cuando alguien dice que es difícil, aunque lleve razón, nos motiva más. La credibilidad de los recién llegados está en constante duda, y creo que es algo de lo que no nos vamos a curar nunca. Cuando hayamos lanzado 30 Miuras 5 estará en duda el siguiente paso. Es algo que le ha pasado incluso a SpaceX. Pero como digo, también es una motivación. Y además en España nos va eso de 'sujétame el cubata'.

Aún así, es injusto hablar de esto porque esa gente puede ser 1% de la audiencia total. Si hoy le preguntas a todas las personas que están aquí, el 90 y pico porciento respeta lo que hemos hecho hasta ahora y cree en lo que vamos a hacer, aunque por supuesto es muy complejo. Lo que hacemos es muy difícil, lo que pasa es que hacemos que parezca sencillo.

P. Has dicho también que hacer negocios siendo español es fácil en algunos aspectos. ¿En qué lo notas?

R. Es algo de lo que, al menos yo, no era tan consciente. Pero me he dado cuenta cuando hemos empezado a abrir el negocio a nivel global de la buena marca España que tenemos dentro del sector espacial. Y aquí estoy súper agradecido de nuestros colegas, los grandes players del sector como Airbus o GMV. Hemos dejado una buena impresión, y eso facilita la entrada de nuevos jugadores y hace que tengamos como país una buena imagen, de la que muchas veces no somos conscientes.

Luego también hay que acordarse de las administraciones como la Agencia Espacial Española, las Cámaras de Comercio, el INTA o el CDTI, que tienen delegaciones y equipos repartidos en prácticamente todos los países del mundo y allanan el camino para cuando una industria va a a implementarse, ya sean cohetes u hortalizas. Da igual el negocio, los españoles tenemos una imagen de que es sencillo hacer negocio con nosotros y de que somos serios desde el punto de vista industrial. Y es algo que nosotros disfrutamos y que usamos como ventaja competitiva.

P. En tu charla del SSSIF has mencionado que en el pasado os dijeron que muchas de las cosas que ya habéis conseguido eran imposibles. Y también has dicho que no queréis competir contra SpaceX "de momento". ¿Algún día será real esa posibilidad?

R. SpaceX es una compañía de muchas cosas. Y una de las cosas que hacen es lanzar cohetes, así que por definición somos competidores. Para nosotros SpaceX ha sido un referente durante mucho tiempo, pero creo que hay muchas cosas que podemos hacer mejor que ellos. Y hay otras en las que quizá no lleguemos nunca a su nivel. Pero la capacidad la tenemos. Nuestra tecnología y nuestra ambición no es tan diferente. Quizás sí haya diferencias en el liderazgo, porque estar a la altura de Elon es complejo, él ha demostrado ya muchísimas cosas.

Pero lo que sí queremos subrayar es que no hay nada que nos impida llegar a tener un un Falcon 9 español operando con la misma cadencia. O desplegar una infraestructura similar a la que ellos despliegan. Las leyes de la física son las mismas en Estados Unidos, solo hace falta querer. Porque poder, estamos convencidos de que podemos.