"Que nos sigan llamando putinejos, nosotros a lo nuestro", decretan desde la cúpula de Vox a sus filas. Los de Santiago Abascal niegan reiteradamente que estén asumiendo tesis prorrusas por suscribir la postura de Donald Trump, de culpabilización a Volódimir Zelenski por la guerra, y recorte de la ayuda a Ucrania, mientras apenas cuestiona a Vladimir Putin por intereses geoestratégicos y obliga a Europa a reformularse ante un mundo en ebullición. Hay que destacar que este viernes Trump, contra todo pronóstico, amenazó por primera vez a Rusia.
Sin embargo, hay varios pasos y mantenimiento de decisiones de Vox que se han mirado con lupa por lo significativo del momento, tras la invasión rusa de Ucrania. En otra ocasión habrían pasado desapercibidos. El principal: el paso hacia Patriotas por Europa desde el grupo de los Conservadores y Reformistas Europeos (ECR) liderado por Giorgia Meloni y ahora por el polaco Mateusz Morawiecki de Ley y Justicia (PiS), con un perfil claramente atlantista y contrario al putinismo por el recuerdo de la ocupación soviética. La duda que arroja esta decisión es si se debe únicamente al deseo de tener más influencia internacional.
El grupo, que preside de hecho Abascal, es la refundación de Identidad y Democracia (ID) de 2019 promovida por Viktor Orbán y Fidesz para hospedarse tras la expulsión del PPE. Está conformado por agrupaciones que tienen conexiones directas e intereses comunes con el Kremlin, como la desestabilización de la "burocracia de Bruselas" y la implementación de la agenda ultraconservadora. No obstante, al estallar la guerra, generalmente se apostó por la discreción y por el borrado de publicaciones o imágenes comprometidas.
Es el caso de la francesa Marine Le Pen, cuyo partido recibió financiación de 11 millones de euros para la campaña de las europeas de 2014, en plena anexión rusa de Crimea, algo que impulsó a la Agrupación Nacional [RN, por sus siglas, entonces Frente Nacional] en las regionales del año siguiente.
Matteo Salvini, viceprimer ministro italiano, durante su etapa independentista del norte de Italia con su Lega Nord, mostró su admiración por Putin. Ha sido asiduo de Moscú y se fotografió con una camiseta del líder ruso en plena Plaza Roja. En 2018, abandonado ese afán secesionista, y en el Gobierno, Salvini defendió en un encuentro en Moscú con empresarios y una delegación del Ministerio de Exteriores ruso el fin de las sanciones a Rusia por esa anexión. Se ha podido ver apoyo explícito de Sputnik a la Liga en la campaña de ese año, y distintas investigaciones periodísticas en Italia han vinculado a Salvini con financiación rusa [algo que investiga la Justicia] o con la desestabilización del ex primer ministro Mario Draghi. No se ha demostrado.
Hay quien no se esconde. Orbán mantiene una larga amistad con el ruso, avala el levantamiento de sanciones económicas de la UE por la guerra y ha bloqueando un nuevo paquete de ayuda militar a Ucrania. Putin fue el primer interlocutor que visitó Orbán en su estreno durante la presidencia rotatoria húngara de la UE. En la cumbre de Patriots de febrero en Madrid afirmó que "se está destinando dinero a una guerra sin esperanza", trasladando con ello que el apoyo a Ucrania es inútil. En esa línea se sitúa el FPÖ, ya primer partido en Austria aunque víctima de cordón sanitario, y el ANO 2011 de Andrej Babis, que el año que viene probablemente ostente el gobierno checo, según las encuestas.
Vox, por el momento, no tiene lazos tan directos con el Kremlin. No es que no haya habido intentos. Según refleja el escritor Fernando Sánchez-Dragó [ligado a Vox en la última etapa de su vida] en el libro-entrevista Santiago Abascal. España vertebrada (Planeta), Abascal recibió una invitación en 2019 para reunirse con Putin. La rechazó por considerarla "poco prudente" dada la visión europea con Putin. Deja claro que el líder de Vox "no tenía manía al ruso", con todo.
Tampoco hay nexo económico, aunque genera dudas en competidores políticos como el PSOE, que lo denunció ante la Fiscalía por irregular, el origen del crédito para financiar las campañas electorales de 2023 [ya devuelto con intereses] de un banco húngaro a los de Abascal. Especialmente por las asiduas relaciones de Orbán con Putin y por ser propiedad mayoritariamente de un fondo de inversión dependiente del Gobierno húngaro. En cambio, sí hay conexión directa con Rusia por la red de alianzas de Vox con distintas fundaciones, think tank o centros de formación. Entidades que, como Putin, defienden una visión antiglobalista, tradicionalista, ultra religiosa, restrictiva y contraria al wokismo.
Marion Maréchal e ISSEP Lyon
La francesa Marion Maréchal es uno de esos nexos. Sobrina de Le Pen, fue la diputada más joven de la Asamblea Nacional. Rompió con su tía y su formación por la fase de desdiabolización que afrontó para presentarse más moderada y escalar en votos frente a la crisis de la derecha tradicional. Maréchal apuesta por la defensa de los valores tradicionales y católicos, especialmente es contraria al aborto, mientras que Le Pen aboga por la libertad de la mujer y el colectivo LGTBI para azuzar más su apuesta identitaria y anti islámica, en lo que sí coinciden.
En 2018, meses después de esa separación, funda en Lyon la escuela superior Institute Social Studies Économiques & Politiques (ISSEP). Busca la formación de los "líderes del mañana" bajo esos principios ultraconservadores. Copia el modelo del Institut de Formation Politique, que ofrece también seminarios y está vinculado al ala más derechista de Los Republicanos, así como a Le Pen y, tras su paso político posterior, a Eric Zemmour. De hecho formó a parte de su equipo. Maréchal ha estado hasta el año pasado vinculada a él, hasta que ha fomentado una escisión: Libertades de Identidad.
Por entonces, Vox es un partido extraparlamentario y apenas hay relaciones con la francesa. Eso cambia tras la irrupción parlamentaria del año siguiente. En febrero de 2020, Abascal y Maréchal coinciden en la Conferencia del Conservadurismo Nacional de Roma, donde también estrecha vínculos con Meloni y Orbán. La presencia de Gabriel Ariza, hijo del dueño de Intereconomía y asesor de Abascal, fue crucial. En junio, ISSEP establece una sucursal en Madrid de la mano del abogado y economista, en la sede de una de sus empresas, la consultora Tizona Comunicación, tan relevante en la vida de Vox. Participa el gurú de Abascal, el periodista Kiko Méndez-Monasterio.
Los parámetros son los mismos que los de la sucursal francesa, que mantiene a su vez alianzas con tres entidades de formación europeas: la polaca Collegium Intermarium, el Mathias Corvinus Collegium de Hungría y la Universidad Estatal de San Petersburgo (SPbU). La dos últimas son clave en esas relaciones con el Kremlin y que incumben a Vox.
Hay que precisar que Maréchal, durante su paso por RN ha declarado sus simpatías por Rusia Unida, el partido de Putin. Algunos de sus entonces diputados acudieron al congreso del partido de Le Pen en 2014, de hecho. Y cargos del RN han ejercido de observadores electorales en Rusia. Maréchal viaja en varias ocasiones al país. En 2012 la recibe el presidente de la Duma, Sergéi Narishkin, y se reúne, entre otros, con el ideólogo de Putin, el nacionalista y ultraortodoxo Alexander Dugin.
Uno de los exasesores de Ignacio Garriga en Barcelona, Jordi de la Fuente, ahora responsable Intermunicipal de Vox en la provincia, se ha declarado admirador suyo, ha justificado la invasión de Crimea y deseado el contagio de la visión rusa en Occidente. Presentó su biografía en la Casa de Rusia de la capital catalana. Procede de círculos neonazis, con presencia en el Movimiento Social Republicano y Plataforma per Catalunya. Que en parte se nutrieron de esas ideas. Las teorías de Dugin llegaron a España a través del Club Español de Amigos de Europa (CEDADE) a finales de los noventa. Entre otros, a personalidades como José Javier Esparza, periodista del ToroTV, el canal de los Ariza y vehículo de promoción audiovisual de Vox. Éste llegó afirmar que "la ideología indoeuropea podría invertir en buena medida la decadencia cultura europea". Esparza es profesor de ISSEP Madrid.
Este sábado, según publicó el diario El País, De la Fuente será el próximo presidente del sindicato Solidaridad, ligado a Vox. Tiene el apoyo de diversos cuadros nacionales y territoriales del partido. No se oficializará hasta el 15 de marzo, cuando acontecerá la asamblea de la organización. Es complicado que haya un rival fuera de ese oficialismo. Este ascenso se produce en medio del cuestionamiento por el aparente giro de posición de Vox. Además, a De la Fuente tiene pendiente una causa judicial: la Fiscalía le pide dos años y dos meses de cárcel por el asalto a un centro de menores en El Masnou (Barcelona) en julio de 2019.
En 2013 Maréchal acude a San Petersburgo, a la universidad asociada posteriormente a ISSEP, a dar una conferencia a alumnos sobre su visión de Francia, Europa y el mundo. Por entonces ya avalaba el derecho la anexión de Crimea, algo que defendería en 2019 en Yalta, invitada por el régimen.
Maréchal, durante su etapa junto a Le Pen, manifestó sus simpatías por el partido de Putin, viajó a Moscú y tejió alianzas con su entorno, incluido su ideólogo, Dugin
Con la caída de la URSS, la Ley de Educación de 1992 promovía la independencia gubernamental respecto a las direcciones de las universidades públicas. Por ejemplo, la elección de rectores la decidían los equipos docentes. Pero pronto la corrupción, la falta de transparencia y la incapacidad de muchos rectores llevó a reformas que acotaron esa libertad. Con el tiempo, la dependencia —también económica— del Kremlin fue un hecho y los rectores pasaron a ser elegidos por Putin. El régimen, incluso, ha perseguido a la Universidad Europea de San Petersburgo [no confundir con la anterior], suprimiendo la facultad de Ciencias Políticas por una perspectiva occidental "indeseable".
Con la invasión de Ucrania, la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas —privadas y públicas— y la Asociación de Universidades Europeas llamaron a suspender relaciones y paralizar proyectos comunes con los centros rusos. Aunque no dependiente de esos órganos, ISSEP Lyon, como centro educativo superior, no consideró necesario suspender su colaboración con la SPbU. Tampoco Vox, de afianzado atlantismo, decidió desligarse de ISSEP por entonces. Los de Abascal nunca han reconocido que la sucursal sea dependiente a ellos, pero notables cargos imparten clase, así como perfiles simpatizantes de la marca: Jorge Buxadé, Méndez-Monasterio, Julio Ariza, Rocío de Meer, Juan Carlos Girauta o Ignacio de Hoces, entre otros. El presidente de la Liga, Javier Tebas, también ha participado.
Putin, en el espejo de Orbán
El modelo de ISSEP lo aplica ya con anterioridad la institución Mathias Corvinus Collegium (MCC), dependiente por completo del gobierno de Orbán y defensor de su democracia iliberal. Su director es Zoltán Szalai, quien dirige y edita el diario del partido Fidesz, Mandiner, una refundación del inicial boletín de las juventudes de esa formación que aparece en 1999.
Uno de los máximos patronos del centro es Balázs Orbán, director político de la Oficina del primer ministro húngaro. Figuras como Juan García-Gallardo, ya solo militante de Vox, visita la sede de Budapest en enero de 2024, aún siendo vicepresidente de Castilla y León. Se cita con Szalai e interviene en una ponencia junto a miembros del Centro de Derechos Fundamentales, think tank próximo a Fidesz, homólogo de la Fundación Disenso y ahora instalado en Madrid también para abrirse a Latinoamérica. A ese nexo de Vox con MCC a través de ISSEP se une independientemente el del laboratorio de ideas húngaro de forma independiente.
Ambas instituciones son organismos bajo la tutela de Orbán. Celebran conjuntamente diversos actos, como lo fue en noviembre el seguimiento de la noche electoral estadounidense en la que se impuso Trump. MCC, ha prosperado con una dotación pública de 1.000 millones de dólares, que se financia con empresas públicas petroleras y farmacéuticas. La funda András Tombor, quien participó en el intento de compra de Talgo con la empresa Ganz Mavag Europe. Corvinus Internacional, un fondo público con participación estatal que comparte el 45% de esa empresa, y nombre con la escuela en base al monarca que reinó Hungría, Croacia y Bohemia en el siglo XV. Cabe destacar que el año pasado Vox no se pronunció sobre la operación. La acabó vetando el Gobierno.
Además de defender a Putin dentro de la UE, con esa retirada de sanciones, o mediante acuerdos comerciales a bajo coste con sus petroleras, Orbán ha copiado su modelo social y educativo desde 2014. En su afán de combatir lo Occidental, el primer ministro ha incentivado al MCC y llevado a la retirada de licencia y el cierre de la sede en Budapest de la Universidad Centroeuropea, promocionada por su antagonista, George Soros, el magnate húngaro-estadounidense, a quien señalan los antiglobalistas por financiar proyectos progresistas.
Bruselas determina que Orbán es el caballo de Troya de Putin en Europa: a cambio de desestabilización con sus vetos, tiene apoyo de Putin y su economía ahorra. Por las relaciones Madrid-Budapest, que han ido estrechándose, Vox queda expuesto. Y así lo han denunciado exmiembros del partido como el general retirado Agustín Rosety. "Los intereses estratégicos de Hungría no son los nuestros", viene reprochando estas semanas.
El director de la Oficina de Orbán, en referencia a Ucrania, afirmó en septiembre que resistirse a Rusia es "irresponsable". Vox lo ha publicitado siempre que ha tenido eventos en Madrid
La promoción de Balázs Orbán como ideólogo ultraconservador choca cuando se atiende a las polémicas declaraciones en septiembre de 2024. Afirmó, refiriéndose a Ucrania, que resistirse a Rusia es "irresponsable". Añadió que ante una invasión Hungría no habría contraatacado. El primer ministro matizó sus palabras y apeló a un "error" y a un "malentendido".
Bajo el patrocinio de Orbán también está la Confederación de Sindicatos Patriotas Europeos, una nueva internacional del sindicalismo ultra que nació en octubre en Budapest y en la que Solidaridad tendrá un papel relevante como otro canal de proximidad al liderazgo húngaro.
El precedente: Arsuaga
Antes de todo eso, el primer vínculo indirecto de Vox con Orbán y con Putin fue Hazte Oír (HO) y su presidente. Ignacio Arsuaga premió al húngaro en 2013. Ese mismo año, y después de una larga de amistad con Abascal desde su etapa en el PP, así como por la coincidencia en las manifestaciones provida que acontecieron por entonces, Arsuaga da promoción para la puesta en marcha de Vox para que, asemejándose a un brazo político de HO, implemente su agenda contra el aborto y la diversidad. Se unieron otros miembros como Iván Espinosa de los Monteros, Rocío Monasterio o Javier Ortega Smith en los mismos círculos. Hay que recordar que uno de los principales reproches al Gobierno de Mariano Rajoy fue centrarse en la economía y abandonar lo ideológico.
Fuentes de la primera etapa de Vox consultadas por El Independiente acreditan la gran influencia de la entidad hasta el punto de dirigir las posiciones de la formación en cuestiones morales. No descartan vías de financiación "a través de donaciones", pero no pueden demostrarlo. Hay que recordar que ese apoyo también pudo realizarse a través de redes sociales, si hay capacidad de inversión para ello. Con bots, por ejemplo, para viralizar el discurso. Una investigación de la web OpenDemocracy estima que sí pudo haber esa promoción indirecta desde HO. "En una conversación con nuestro reportero encubierto que se hizo pasar por un potencial contribuyente, el director de CitizenGo describió sus planes para atacar a los rivales de Vox y habló de cómo saltarse las leyes de financiación de campañas electorales en España", explica esa indagación.
A la par que nace Vox, Arsuaga da un salto para internacionalizarse y crea la matriz europea CitizenGo, una herramienta que ya ha dejado en un segundo plano a HO. Empieza a relacionarse con redes integristas ultracatólicas y anticomunistas de EE.UU. y Rusia. Así lo refleja el informe La punta del iceberg. Financiadores extremistas contra los derechos humanos a la sexualidad y la salud reproductiva en Europa 2009-2018 del European Parlamentary Forum (EPF), que se publica a principios de 2022. Este documento recoge que Arsuaga consideró en los años posteriores a la puesta en marcha de la matriz que podría usarse "como vía de financiación encubierta de partidos de ultraderecha para las elecciones [europeas] de 2019".
Hay dos personalidades en ese vínculo de Arsuaga con el Kremlin. El primero es un intermediario: Alexey Komov, quien ha estado en el pasado ligado al patronato de CitizenGo. Es un peso pesado de la iglesia ortodoxa rusa y representante del Congreso Mundial de Familias (WCF) entre otros organismos. Está perseguido por la justicia de EE.UU., de donde huyó, porque se estima que podría haber ayudado a Konstantin Malofeev a evadir sanciones impuestas por ayudar en la invasión de Ucrania y a transferir 10 millones de dólares a un socio comercial en Grecia. Malofeev, conocido como 'el oligarca de Dios', ya había sido sancionado por EE.UU. por apoyar el secesionismo de Crimea y Donetsk. Es la segunda figura, pero la más esencial para Arsuaga por pertenecer al círculo de confianza de Putin.
Arsuaga ha sido el pilar más determinante de respaldo ideológico externo de Vox hasta 2019. En 2013 pidió por carta financiación por valor de 100.000 euros a Malofeev
En el informe de EPF, se le señala como uno de los mayores responsables de financiación a fundaciones, organizaciones y aparatos que promueven la narrativa ultraconservadora. Se estima entre 80 millones de euros entre 2009 y 2018, incluido para CitizenGo. Arsuaga, según publicó el digital Público, aludiendo a una filtración de documentos por parte de WikiLeaks, escribió una carta en 2013 a Malofeev pidiéndole financiación de 100.000 euros. En ella alude contactos previos, y a una conversación para impulsar un lobby provida en la edición de 2012 del WCF en Madrid. Allí Arsuaga estuvo acompañado por Abascal. También por el oligarca Vladimir Yakunin y Natalia Yakunina, matrimonio amigo de Putin. También coincide con Komov. Dos años después, la pareja iba a pagar a Arsuaga el vuelo para la edición de 2014 en el Kremlin. Se suspendió por la crisis de Crimea. En este periodo ya había entrado en juego El Yunque mexicano, ligado a Hazte Oír, como demuestra una sentencia judicial.
Arsuaga seguiría en contacto a través de CitizenGo con esas redes. A diferencia del vínculo con Orbán o Maréchal, vigente, oficialmente las relaciones entre HO y Vox son nulas ya. Aunque, según ha podido confirmar este medio, el contacto entre figuras de la organización y de Vox sigue existiendo. Incluso cuadros de los de Abascal pertenecen a ella. Después de la salida de algunos de ellos, por el giro ideológico del partido, uno de los rostros más reconocidos es la presidenta de las Corts valencianas, Llanos Massó.
La ruptura pública se materializó entre 2018 y 2019, con la irrupción de Vox al juego electoral nacional. Para los de Arsuaga, la defensa de los intereses ultraconservadores por parte de Vox ya no era tan clara. Esa decisión permitió a Vox tomar distancia de HO y, por tanto, de esas alianzas rusas. Todo en un momento en el que la formación ya podía volar de forma independiente, y con un flujo de financiación por representación electoral ya estable.
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hace 1 hora
Jajajajajaja Jajajajajaja Jajajajajaja Jajajajajaja Jajajajajaja Jajajajajaja Jajajajajaja
«A veces veo a Putin».
hace 2 horas
Es simplemente ridículo
hace 10 horas
Continúa la campaña del panfletista DW a sueldo de Bambú. A este subordinado se le ha olvidado muchos detalles, supongamos que por amnesia rancia…
Jajajaja tremendo!!.
hace 14 horas
Continúa la campaña del panfleto pepero a sueldo de Génova. Al escriba Angelillo se le han olvidadod algunos detalles, supongo que por amnesia selectiva:
– Si hablamos de relaciones con Rusia, quizás nos podría explicar que hacía el veinteañero hijo del escritor de novela erótica, González Porn, Esteban González Guitart, trabajando de representante de Gazprom en España. El niño que ahora está colocado en la consultora de Pepiño Blanco, Acento, con otros distinguidos jubilados políticos del PPOE como Alfonso Alonso, Elena Valenciano, Joan Clos, Valeriano Gómez y José María Lassalle.
– También podemos recordar cuando Ansar salía públicamente en defensa de Putin en 2016, reivindicándolo como amigo y diciendo que «Es un hombre que tiene un proyecto para Rusia».
– Tenemos una lista de políticos «uropeos» que han trabajado para empresas rusas después de la invasión de Crimea:
a) Gerhard Schroeder, canciller alemán del Partido Socialdemócrata.
b) Matteo Renzi. primer ministro italiano.
c) Christian Kern, canciller austríaco del Partido Socialdemócrata.
d) Esko Aho, primer ministro finlandés.
– Por no mencionar a los países que se beneficiaron de la compra de gas barato ruso, Alemania, con Angela Merkel muy calladita entonces, y los líderes como Sánchez o Macron que han seguido comprando cantidades ingentes de gas ruso.