El Gobierno de Castilla-La Mancha, a través de su portavoz, Esther Padilla, ya había advertido el miércoles de que no le gustaba el pacto de PSOE y Junts para la delegación a Cataluña de las competencias migratorias. No gustaban los acuerdos "con un aliado extremista de derechas" y que se entregue a los posconvergentes "el megáfono esparcidor del odio". Pero este jueves quien habló fue directamente el presidente de la Junta, Emiliano García-Page. Muy duro. Durísimo. El barón socialista se alineó con los planteamientos de Podemos y calificó como "racista" el pacto. Y como "hipócrita". "Que no me vengan con los cuentos chinos de muros frente al trumpismo", criticó.

Lo hizo durante su intervención en el IV Foro Económico Español Castilla-La Mancha, organizado por el diario El Español. Page dijo sentirse profundamente defraudado, avergonzado por el acuerdo alcanzado por su partido con Junts, cuya tramitación se antoja hoy por hoy muy complicada dado el rechazo rotundo de los morados. La proposición de ley, registrada el martes en el Congreso, supone, entre otras medidas, un control compartido de las fronteras y que la Generalitat pueda ejecutar las devoluciones de inmigrantes y proponer las expulsiones de extranjeros en aquellos casos que requieran expediente.

Es de una hipocresía tremenda plantear muros cuando lo que se está cavando es una zanja. Quien se considere de izquierdas no puede ni mucho menos tragar con una realidad que es de un racismo muy evidente y de exclusiones identitarias", subraya

"Siento personalmente mucho bochorno. Me sonroja. Espero que a alguien se le ocurra ya quitar del argumentario lo del muro contra la extrema derecha. Porque [Carles] Puigdemont y sus planteamientos son extrema derecha de la peor. Es de una hipocresía tremenda plantear muros cuando realmente lo que se está cavando es una zanja", sostuvo. Page recordó que el PSOE no fue a las elecciones con las premisas que se plasman en la proposición de ley respecto a la inmigración: fue, de hecho, con "un planteamiento contrario". "Cualquiera que se considere de izquierdas no puede ni mucho menos tragar con una realidad que es, cuanto menos, de un racismo muy evidente y de exclusiones identitarias", señaló.

El líder regional socialista se opone al pacto con Junts por tres razones básicas, según explicó. Por motivos jurídicos, primero, porque "no se puede delegar" en una comunidad autónoma una competencia exclusiva del Estado, porque no es ni transferible ni delegable, como recordó que dijo en el Congreso el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, el 18 de septiembre. Dos, como socialista, porque lo que persiguen los posconvergentes es tener esas competencias hoy para prometer mañana que "habrá menos inmigrantes en Cataluña", para empezar una campaña de "estigmatización del diferente". Page reconoció que, en sus argumentos en contra del acuerdo y desde el punto de vista de la izquierda, Podemos "tiene razón", aunque le duela admitirlo. Tercer razón: por "convivencia", porque si los socialistas entran en el marco conceptual de Junts y de Aliança Catalana se entrará en una "espiral de odio", habrá "conflicto y solo ganarían los ultras".

Para el presidente de Castilla-La Mancha, que la izquierda "pueda asumir que se puede regular el tráfico de personas por cuestiones de idioma, de creencia, de identidad, es literalmente una trasposición" de lo que escucha decir a Donald Trump, "es muy grave". Por eso considera que el PSOE y el presidente, Pedro Sánchez, pierden uno de sus argumentos, el de valladar frente a la ultraderecha: "A mí ya que no me vengan con cuentos chinos de muros frente al trumpismo, frente a la extrema derecha. Sobre todo cuando se está pactando con la peor".

A Page le preocupa que este acuerdo "pueda dinamitar por completo la viabilidad de un pacto de Estado sobre inmigración en España con las CCAA"

Es decir, que es incompatible que el jefe del Ejecutivo se presentara en su investidura como "muro" frente a la ultraderecha y a la vez se acuerde una proposición de ley como esta, que entiende que es "racista". "No se puede pactar lo que se está pactando sin vender tus valores, sin caer en la hipocresía de haber hecho lo contrario de lo prometido", añadió. Pero no es esta la única derivada que inquieta al barón socialista. Le preocupa que pueda "dinamitar por completo la viabilidad de un pacto de Estado sobre inmigración en España con las comunidades autónomas".

Mejor que "se renuncie a los Presupuestos"

Tampoco quiere entrar en el debate de si la proposición de ley es o no constitucional, porque que lo pudiera ser no significa que el acuerdo sea políticamente "válido" por sus valores. En definitiva, que "puede ser constitucional y puede ser al mismo tiempo muy de extrema derecha".

Para Page, Puigdemont "tiene razón" cuando dice que Cataluña conseguiría, si se aprueba la proposición de ley, competencias "de un Estado". "Es dramático que tenga razón porque básicamente es lo que busca. Son competencias de un Estado", como prescribe, recordó, el artículo 149.2 de la Constitución.

Para el barón socialista, una "carambola" como la del 23-J no puede suponer la toma de "decisiones estratégicas de país". "No se puede gobernar a cualquier precio", avisa

El presidente castellanomanchego prefiere así que "se renuncie a los Presupuestos" a que este pacto salga adelante. Y espera que no suceda, que no se apruebe la ley porque es "puro chantaje". "Lo que se está poniendo en el otro lado de la balanza ni siquiera es que haya estabilidad económica", señaló.

Page concluyó que no entiende que por "una carambola" como la que hubo el 23 de julio "se estén tomando decisiones estratégicas de país", cuando estas requerirían "escuchar a la gente". El líder regional precisó que no pide que se anticipen las generales, sino que no se tomen decisiones que exigiría el parecer ciudadano "porque cuando se está diciendo y haciendo lo contrario de lo que se ha prometido en campaña electoral habría que parar, reflexionar y ver qué es lo que opina la gente o lo que vota, evidentemente". "Me parece que no se puede gobernar a cualquier precio", remachó.

En cualquier caso, la iniciativa tiene difícil prosperar. Este mismo jueves, Pablo Fernández, secretario de Organización y portavoz de Podemos, volvió a repetir su no en declaraciones a los medios desde las Cortes de Castilla y León: "Vamos a votar radicalmente no a este acuerdo. Este no es un acuerdo para descentralizar competencias, sino para descentralizar el racismo. Es evidente por la motivación del acuerdo y por su exposición de motivos. El acuerdo normaliza y legitima el racismo institucional".

Podemos aguanta su posición: "No se puede pretender hacer políticas racistas con los votos de izquierdas. No van a contar en ningún caso con nuestros votos. Vamos a votar radicalmente en contra"

Fernández exigió de nuevo que se tramite la iniciativa legislativa popular para la regularización de más de medio millón de migrantes en situación irregular, pero no ligó su eventual aprobación a un cambio de opinión respecto al acuerdo PSOE-Junts. "No pretendan esconder su racismo detrás de las legítimas demandas de autogobierno del pueblo catalán —avisó a los posconvergentes—. No se puede pretender hacer políticas racistas con los votos de izquierdas. No van a contar en ningún caso con los votos de Podemos. Vamos a votar radicalmente en contra".

Desde Tarragona, en una visita a los terrenos donde se construirá el futuro Fòrum de la Justicia de la ciudad, el ministro de la Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes, Félix Bolaños, defendió a capa y espada el acuerdo con Junts. El texto es "estrictamente constitucional", ya que emana del artículo 150.2 de la Carta Magna, respeta la Ley Fundamental y refuerza el autogobierno catalán, cuestiones que son, dijo, "la seña de identidad" del Gobierno. "Es un paso adelante, porque va a mejorar el servicio de acogida de migrantes en esta comunidad autónoma", sostuvo, para recalcar que es "imprescindible" que se aprueben leyes que "favorezcan la acogida". Frente a las críticas de quienes creen que el PSOE ha comprado el marco a la derecha y la ultraderecha, reivindicó el pedigrí "progresista" del Ejecutivo de Sánchez, que quiere que España y Cataluña sean "tierra de acogida".

Bolaños defiende la constitucionalidad de la propuesta y rebate a Junts que el catalán sea necesario para obtener papeles en Cataluña: "Es un debate inexistente" porque la iniciativa no contiene "ningún requisito de esa naturaleza"

Bolaños también salió al paso de unas declaraciones de la portavoz posconvergente en el Congreso, Míriam Nogueras, el miércoles en TVE. Ella insistió en que su grupo quiere que el catalán sí sea requisito para poder residir en Cataluña, para poder obtener papeles. "Hay diferencias entre Barcelona y Madrid. ¿Se va a pedir que la lengua sea un requisito? Claro que sí, claro que se va a pedir. Estamos en Cataluña y en Cataluña hay una lengua oficial, que es el catalán. Igual que si te vas a vivir a Francia, el requisito es aprender francés", defendió la dirigente, informa EFE.

El ministro subrayó que en la iniciativa de delegación de las competencias migratorias no hay "ninguna referencia a ningún requisito", tampoco sobre el catalán. Por lo tanto, "es un debate inexistente con el simple hecho de leer la proposición de ley". "Quien se la lea podrá comprobar que no existe ningún requisito de esa naturaleza".