El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha firmado este jueves una orden ejecutiva que levanta parte de los aranceles del 25% que impuso el martes a las importaciones de México y a Canadá, al menos hasta el 2 de abril. La decisión llega después de que ayer comunicase que los fabricantes de automóviles quedarán exentos del pago de aranceles durante un mes, y después de las importantes caídas que la bolsa experimentó tras conocerse la medida. Es el segundo mes de tregua que concede a México, puesto que en principio estaba previsto que los aranceles entrasen en vigor a principios de febrero. El presidente anunció primero la pausa a los aranceles a las importaciones procedentes de México, pero el secretario de Comercio estadounidense, Howard Lutnick, adelantó que su país estaba en negociaciones con Canadá para llegar a lo mismo.

El aplazamiento solo afecta a los bienes incluidos en el acuerdo de libre comercio T-MEC, que firmaron los EEUU y sus dos mayores socios comerciales, pero según funcionarios de la Casa Blanca eso supone que alrededor del 50% de las importaciones procedentes de México quedarán exentas, así como el 40% de las canadienses. Sin embargo, la medida podría provocar litigios, puesto que muchos productos podrían tratar de verse beneficiados por esa exención que en principio durará hasta el 2 de abril, cuando está previsto que entren en vigor los aranceles recíprocos que afectarán a la Unión Europea.

"Después de hablar con la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, he decidido que México no tendrá que pagar aranceles en nada que entre dentro del acuerdo USMCA [el acuerdo de libre comercio que Trump firmó con México y Canadá durante su primer mandato]. Este acuerdo es hasta el 2 de abril", ha anunciado el presidente en su red social, Truth Social. "He hecho esto como un acomodo y por respecto a la presidenta Sheinbaum. Nuestra relación ha sido muy buena, estamos trabajando duro, juntos, en la frontera, tanto para parar la entrada de inmigrantes ilegales a Estados Unidos como igualmente para parar el fentanilo".

Desde que anunció su intención de imponer aranceles a México y Canadá a finales de enero, Trump lo ha ligado a la crisis de la frontera. Asegura que son una medida de presión para conseguir que ambos países hagan más para impedir el paso de migrantes sin papeles y de drogas como el fentanilo, pese a que los datos apuntan a que la droga que entra desde Canadá es mínima. Y con esa misma razón justificó el primer retraso de la entrada en vigor de los aranceles, que también tuvo lugar in extremis: entendió que los dos países vecinos habían empezado a tomar medidas en esa dirección, y anunció que los retrasaba apenas horas antes de que entrasen en vigor. En esta ocasión, ha sido dos días después.

En su mensaje, Trump ha mencionado el acuerdo de libre comercio entre Estados Unidos, México y Canadá (USMCA) que él mismo firmó durante su primer mandato como presidente, y que sobre el papel le impide imponer aranceles a los productos procedentes de sus dos vecinos. Sin embargo, una ley estadounidense permite que el presidente se salte los acuerdos de libre comercio si declara una emergencia nacional, como Trump hizo en sus primeras horas después de jurar el cargo por la crisis de la frontera. Con todo, no está claro que el estadounidense no deba afrontar el pago de sanciones por la imposición de aranceles a los dos países, especialmente tras no haber seguido los pasos necesarios de consulta al Congreso antes de aprobarlos.

Además de los gravámenes a México y Canadá por la crisis de la frontera, Trump también ha aprobado aranceles a todo el aluminio y el acero que entre en Estados Unidos, que entrarán en vigor el 12 de abril, y ha encargado a los técnicos de Comercio calcular lo que ha bautizado como "aranceles recíprocos", que según el relato del presidente son gravámenes que buscan "devolver" a otros países los aranceles que ellos imponen a los productos estadounidense, pero en la práctica son una medida de castigo porque se aplicarán a países con los que EEUU tiene firmados acuerdos de libre comercio y porque no solo tendrán en cuenta los aranceles, sino también otros factores como impuestos, regulaciones o subvenciones a las industrias de los otros países.

Asimismo, el 1 de febrero entraron en vigor aranceles del 10% a todos los productos chinos que entren en Estados Unidos, y que subieron el pasado martes al 20%. Días después de aprobarlos, Trump se vio obligado a establecer una exención arancelaria para los envíos de menos de 800 dólares, porque de lo contrario las aduanas estadounidenses no tenían capacidad para gestionar los gravámenes a los pedidos a comercios chinos como Shein o Temu. Por eso, el servicio portal estadounidense suspendió la recepción de paquetes procedentes de China.

Sheinbaum retira los aranceles que había anunciado

Tras conocerse la decisión de Trump, la presidenta mexicana ha señalado que ya no será necesario aprobar aranceles en respuesta, como había previsto hacer este fin de semana. “De haberse mantenido los aranceles, nosotros hubiéramos tenido que responder el domingo. De alguna manera fue lo que le mencioné al presidente Trump al decirle: ‘Yo tengo que responder a mi pueblo porque es mi obligación principal’”, expresó.

Aun así, la presidenta ha recalcado que México debe producir más para consumir más de forma interna. “Eso nos va a ayudar pues no solamente al crecimiento. Para nosotros no es el crecimiento, es el desarrollo económico con bienestar. Nosotros tenemos que producir más aquí porque importamos mucho también de otras regiones”. México es el mayor socio comercial de Estados Unidos, al que le exporta bienes por valor de 490.000 millones de dólares anuales, casi el 30% de su PIB, según datos del Instituto Mexicano de Competitividad que ha recopilado la agencia EFE.