Europa está viendo más de cerca las orejas del lobo. Con las del ruso no estaba antes demasiado inquieta. El Tío Sam vigilaba y defendería. Con dos pistolones a cada lado. Ahora que el Tío Sam se ha hartado de una guerra en Ucrania que no conduce ya a nada (Ucrania mantiene su independencia a pesar de perder un 20 % de territorio que fue ruso o era prorruso y que no reconquistará) así como de los europeos que llevan décadas descuidando su propia defensa, llegan los sudores fríos y el atracón del estudiante al final del curso porque durante el mismo hizo de cigarra y no de hormiga.

Hay pues que cocinar una Defensa Europea eficaz, capaz de resistir una eventual embestida rusa. Para una buena receta conviene reunir ingredientes apropiados. El primero es no olvidar que Rusia es el enemigo potencial porque no ha asumido ciertas consecuencias de la explosión de la URSS y de la propia Rusia en 1991, empleando incluso la fuerza militar para impedir una separación territorial o el alejamiento de su zona de influencia y, si ello ha ocurrido, para recuperar lo que antes pretende que le pertenecía según su propia definición imperial, siendo la soviética, que amplió las fronteras zaristas, la más reciente.

La razón de ser profunda de la guerra de Ucrania es su ubicación en el mundo occidental o en el dependiente de Moscú. Como fruto de su valiente resistencia, se quedará en el lado occidental y como, además, en una o dos décadas será por ello más próspera que Rusia, el Kremlin puede tener alguna tentación de volver a las andadas. Los tres países bálticos serán siempre otra tentación. Pertenecieron antes a Rusia que asentó en los mismos unas poblaciones rusas relativamente numerosas con relación a las nativas y más presentes en la cercanía de las fronteras con Rusia. Putin se ha arrogado el derecho de proteger a los rusos en otros países. Verde y con asas. Más al Sur, Transnistria y Moldavia podrían ser objetivos o la misma Rumania. España e Italia recuerdan que también hay amenazas que pueden venir a través del Mediterráneo.

Rusia es el potencial enemigo principal que los europeos han de disuadir y para ello hay que ser capaz de derrotarla en el campo de batalla. De ahí la necesidad de un rearme europeo que ya tenía que haberse producido. Ahora es urgente ante la ambigüedad negativa de Trump.  

Otro ingrediente es organizar una defensa europea convencional eficaz. Esta pudiera ser más amplia que la de los países de la UE e incluir, pe, al Reino Unido y a Turquía. Ambos están en la OTAN y si el americano ayuda, no forzosamente con tropas, la Alianza puede seguir siendo el instrumento adecuado, pero si los EEUU se abstuviesen o no pudiesen intervenir, lo que hace falta es una Estructura de Mandos europea (como la de la OTAN) que pueda funcionar eficazmente tanto en el marco militar aliado como fuera del mismo. Es más eficaz una Estructura de Mandos integrada (en la que hay oficiales de los países involucrados) que agrupan bajo su dirección unidades nacionales designadas que un ejército compuesto por europeos mezclados en las unidades que es lo que sería en puridad un ejército europeo.

Hay que tener asimismo en cuenta que la OTAN no ha desaparecido ni va probablemente a desaparecer. El americano sería posiblemente más retraído al principio de un conflicto, pero puede ayudar de otros modos que combatiendo como proporcionando armamento, pertrechos e información con sus satélites que lo ven todo. Como hacen los occidentales con Ucrania. Tanto Francia como el RU están ahora dispuestos a llevar tropas a Ucrania para garantizar una paz acordada y firmada, pero piden un respaldo americano. Rusia no quiere y veremos en qué queda ello. Que los europeos se involucren más en su defensa no significa que quieran prescindir de Washington. Por otra parte, si los europeos dan más la cara, más estarán dispuestos los EEUU a ayudar, incluso a intervenir.

Un ingrediente especial es una capacidad nuclear de disuasión europea. Reino Unido y Francia disponen de una. Parecen dispuestos a extenderla fuera de sus fronteras sin perder su intransferible decisión de empleo ya que solo puede haber un dedo en el gatillo. Esto es mejor que nada. Independiza de los EEUU sin tampoco prescindir del Tío Sam al respecto que dispone de un arsenal nuclear mucho más formidable que británicos y franceses. En todo caso, Francia y Reino Unido deberían establecer unos mecanismos de consultas con socios y aliados europeos.

¿Necesita ello algún tratado específico? No forzosamente. los miembros de la UE tienen mecanismos con los que operar sin perjuicio de mejorarlos y la OTAN tiene también formulas con las que puede funcionar sin algún país. No obstante, si la UE desea operar fuera de la OTAN y contar con países que no son socios suyos, es posible que sea aconsejable preestablecer mecanismos apropiados. Legales y de coordinación.

Finalmente, a raíz de una paz en Ucrania, aún por implantar, convendría, como en los años finales de la guerra fría, establecer entre los países occidentales, Rusia y algún otro como Bielorrusia acuerdos de desarme y de medidas de confianza, así como de vigilancia mutua como era el acuerdo de "Cielos Abiertos" que permitía inspecciones aéreas de los territorios de los países firmantes. Todas estas cuestiones de seguridad son político-militares e involucran esencialmente a Presidencia, Exteriores y Defensa.


Carlos Miranda, embajador de España