Es la curiosidad que le invade desde que era un niño. Radiografiar el ser humano, su interior, sus circunstancias y su lado más oculto. Seres humanos movidos por pasiones de todo tipo en un mundo y contexto particular. Son la "harina" de su trabajo, de su literatura, asegura Fernando Aramburu (San Sebastián, 1959). En su último libro, Hombre caído, lo exprime a través de 14 cuentos en los que las vidas personales irrumpen entre miedos, venganzas, crueldades u oscuras relaciones personales. Muchas de ellas con tintes de humor que funcionan como "disolvente" del drama.
Aramburu murió de modo fake en noviembre pasado. Aquel falso fallecimiento del que su editor le alertó por teléfono interrumpiendo la siesta lo ve ahora son gracia. Le permitió ver qué se dirá de él "cuando eso ocurra".
Ahora ve el mundo con cierta inquietud. En Alemania, donde reside desde hace décadas, la extrema derecha gana terreno. La amenaza se solventará de nuevo con una gran coalición entre derecha e izquierda, algo impensable en España. "Allí lo políticos tienen una imagen de funcionarios, no de gente que ostenta el poder". En EEUU "el bocazas" de Donald Trump ha puesto el mundo patas arriba, "pero creo que es un oportunidad para Europa", señala. "Puede que ahora se una un poco más".
Pregunta.- 'Hombre caído' es una selección de 14 cuentos en los que el hilo conductor es la naturaleza humana. ¿Qué es lo que más le llama la atención de la condición humana?
Respuesta.- Tengo una atracción por la condición humana, por mis semejantes. Mi literatura nace de esta materia prima que es el ser humano. Yo no aspiro a la literatura histórica ni a la negra, lo mío, la harina con lo que hago mis cuentos y novelas, es el ser humano, su conducta, sus circunstancias, sus avatares de la vida… Selecciono un elenco de personajes y los pongo a convivir. Con eso hago toda mi literatura. No me gusta hablar del ser humano es abstracto, sino de individuos concretos.
P.- ¿Desde cuándo tiene esa curiosidad por adentrarse en las personas, sus mundos y circunstancias?
R.- Desde chaval tengo esa tendencia a dirigir una mirada de rayos X a mis semejantes y tratar de llegar hasta el núcleo de su verdad personal, a observar a mis semejantes en sus flancos más ocultos o menos confesables. Esto me atrae mucho, no tengo una idea esencialmente negativa del ser humano pero lo que más juego literario me da es lo inmoral, lo violento, lo innoble del ser humano, que es algo que está ahí, no lo he inventado yo.
Observar a mis semejantes en sus flancos más ocultos o menos confesables me atrae mucho"
P.- Le atrae lo que escondemos…
R.- Totalmente. Muchos de los cuentos transcurren en ámbitos cerrados, en alcobas, en habitaciones de hotel, en barcos… Donde no hay razón para esconder la verdad oculta formada por rencores, frustraciones y la conflictividad, todo surge sin el freno del disimulo y la cortesía.
P.- En 'Hombre caído' usted aborda distintas pasiones humanas: el miedo, la crueldad, la venganza… ¿Hay alguna que le interese especialmente?
R.- No tengo una pasión predilecta, pero cada una de ellas ofrece posibilidades literarias muy grandes. No me inspira la bondad, soy un fervoroso partidario de la bondad pero si esta no está en peligro, no me da literatura.
P.- ¿No se puede hacer literatura con la bondad?
R.- Quizá alguno esté en condiciones de lograr esta hazaña, pero normalmente la literatura vive del conflicto, del deseo incumplido, del deseo de sobrevivir, etc. Hay un equilibrio roto que es el que mueve a la acción.
P.- Recurre al humor en varias ocasiones. ¿Ha heredado el humor que dice que su padre atesoraba?
R.- Ya me gustaría. Mi padre me dio una lección de vida respecto al humor, él disfrutaba haciendo reír a los demás y esto se lo agradezco mucho. A veces tengo la sensación de que imito a mi padre, con la diferencia de que mi humor no es de comedia, de contador de chistes, sino que, por razones que no puede explicar, surge en situaciones en el que el humor no es esperable o correcto. Por eso puede resultar un tanto impertinente. Hablo de situaciones en las que se espera la gravedad, el duelo, la pena, es ahí donde yo introduzco un elemento de humor como disolvente de la situación. A veces incurro en el sarcasmo. Me gusta mucho provocar, no sé por qué. He notado que en mis cuentos aflora el surrealista que fui de joven, el provocador, el gamberro literario.
P.- En noviembre se publicó su muerte. Esa noticia falsa pronto corrió por las redes, ¿cómo lo afronto?
R.- Fue una sorpresa que me llamara el editor y me comunicase la triste noticia de mi fallecimiento. Lo hizo rompiéndome la siesta. Mi primera preocupación fue proteger a mi madre, que es muy mayor y que se podía llevar un disgusto por un chiste funesto. Después, me rompieron la tarde, no paraba de sonar el teléfono, eran medios que querían entrevistar al difunto, amigos indignados, etc. Al final me pareció novedoso asistir vivo a la noticia de la propia muerte en los medios de comunicación. Sabré algo que muy pocos o ninguno pueden saber, que es conocer cómo se va a difundir la noticia de tu muerte cuando realmente ocurra.
Me gusta mucho provocar, no sé por qué. He notado que en mis cuentos aflora el surrealista que fui de joven, el provocador, el gamberro literario"
P.- Lo que escuchó, ¿le gustó?
R.- Sí, no percibí que nadie entrara en júbilo al saber que desaparecía del mapa. Recibí una pila de mensajes de solidaridad y afecto. Fue la parte de la anécdota que más me gustó.
P.- Hablábamos de las relaciones interpersonales y ahora de las noticias ‘fake’ en las redes sociales. ¿Estamos cambiando para mal la sociedad en la que nos relacionamos?
R.- El cambio es evidente, es como si se hubiera abierto un huevo y todo estuviera a la vista y bajo control. Hay como una invasión de la interioridad. Es algo inquietante. Yo me salí de las redes sociales. Llegó un momento en el que no me producían gozo ninguno.

P.- En este acelerado avance tecnológico, ¿qué nos estamos dejando por el camino?
R.- Se nos está perdiendo algo, pero también estamos ganando algo. Hay ventajas de todo tipo, como las clínicas. En el plano militar es inquietante. Pero es como todo invento humano, puede ser algo que ayude o algo peligroso.
P.- El fenómeno Donald Trump, que en apenas mes y medio ha cambiado las relaciones internacionales y económicas, ¿cómo lo está viviendo?
R.- Estábamos avisados. Me parece que es un hombre que no se maneja bien con los matices y que quiere hacer una demostración de fuerza. Quizá hay algo que no sea tan negativo y es la reacción democrática frente a este señor. Europa lleva unas décadas de bonanza en las cuales se ha dedicado a crear un espacio de civilización como no ha habido nunca en este planeta. La guerra de Ucrania, la hegemonía económica de China y las salidas de tono de este señor han supuesto un choque pero al mismo tiempo son una oportunidad para apretarse las tuercas y darse cuenta de que nuestras democracias no son para siempre y hay que cuidarlas. Nuestras debilidades económicas y militares ostensibles requieren una atención. Pudiera ser que la llegada a la presidencia de los EEUU de este bocazas pudiera tener un sentido positivo en Europa, que se una un poco más. Que este hombre sea beneficioso para su país, lo pongo en duda.
P.- Todo lo que está sucediendo, ¿se ve de modo muy distinto en un país como Alemania, en el que usted reside?
R.- Creo que se ve de una manera similar en Europa. Este señor ha provocado consensos donde antes no los había. Espero una reacción europea.
P.- Conoce bien Alemania. Lleva décadas viviendo allí, incluso tiene la nacionalidad alemana. ¿Por qué en España es impensable una gran coalición entre derecha e izquierda como la que se va a volver a plantear en Alemania?
R.- Hay diferencias históricas que determinan el presente. Alemania es un país bien cohesionado, España es un país centrífugo. Eso determina mucho los acuerdos. La vida política alemana es mucho más tranquila que la española, los consensos entre partidos de distinto signo son habituales. Merkel nunca gobernó con sólo su partido. Todo esto repercute en la sociedad. Allí los políticos tienen una imagen de funcionarios, no de gente que ostenta un poder y se enfrenta con acritud a otros. Allí la imagen de España es escasa pero positiva.
P.- Aquí PP y PSOE prácticamente no se hablan…
R.- Si hubiera una gran coalición en España PSOE-PP, el nacionalismo tendría malas cartas.
Llamar fascista a cualquiera es dejarlo sin significado para los verdaderos fascistas, es una manera de blanquearlo"
P.- La irrupción de la extrema derecha en Alemania, ¿le preocupa?
R.- No estoy seguro de que Alternativa para Alemania sea un partido nazi, puede que haya nazis dentro, pero no vemos desfiles por la calle ni cosas así. Es la versión extremista de derechas antieuropeísta, antieuro, antinmigración, es un nacionalismo de repliegue, de cierre de fronteras, al contrario que el nazismo, que era invasor. Tienen un apoyo muy fuerte en la Alemania Oriental, que fue comunista. Es un fenómeno para estudiar cómo el péndulo ha pasado de un extremo a otro. En la parte occidental sí se dio desde el punto de vista educativo un tratamiento del pasado tenebroso y eso dio lugar a un freno moral. En cambio, la parte que estuvo bajo el yugo comunista no parece que se ejercitase de manera suficiente en la democracia. Es justo donde menos inmigrantes hay y donde piden soluciones más drásticas contra la inmigración. En una paradoja enorme.
P.- ¿Es fascismo?
R.- Hoy día está la costumbre de llamar fascista a cualquiera, pero esto que sirve como insulto se está dejando sin significado para los fascistas, es una manera de blanquearlo. Si cualquiera es fascista… No hay una postulación de dictadura o violencia. Por eso creo que es un error estratégico.
P.- La última vez que hablamos me aseguró que tenía en mente escribir sobre el papel de los vecinos, la gente de a pie que colaboró con ETA. La temática en torno a ETA, ¿la ha aparcado?
R.- Es posible que en el futuro continúe esa serie centrada en ciudadanos de mi tierra natal en una época que me tocó vivir. No soy un historiador que va a los temas, siempre escribo sobre gente y luego la coloco en un contexto y un lugar en un tiempo determinado.
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