Parecía la consecuencia lógica tras el cierre del acuerdo con Junts para la delegación a Cataluña de las competencias migratorias. El Gobierno sellaba un pacto que le había costado más de un año alcanzar, muy trabajoso, con un enorme desgaste, y entonces los Presupuestos Generales del Estado (PGE), se podía pensar, quedaban algo más cerca. No es así. Esos cálculos no valen. Tampoco para el Ejecutivo. En el equipo de Pedro Sánchez son conscientes de que unas nuevas cuentas públicas siguen quedando lejanas. Muy lejanas. La hipótesis incluso de que la legislatura pueda concluir en 2027 sin Presupuestos renovados va cobrando fuerza. No es, desde luego, el escenario idóneo, pero tampoco es imposible.
Ya desde hace meses el Gobierno, muy poco a poco, ha ido rebajando expectativas. Primero deslizando que no sería ningún drama no tener unas cuentas para 2025 —las de 2024 se aparcaron en cuanto Pere Aragonès adelantó las autonómicas catalanas para el 12 de mayo—, luego incidiendo en que los PGE vigentes, los de 2023, son "positivos" para el país porque contienen un abultado gasto social y permiten el encaje sin problemas de los fondos europeos. Luego estirando los plazos. Luego reiterando que la complejidad parlamentaria es la que es. Luego llamando siempre a la prudencia cada vez que se avanzaba un paso con ERC o Junts.
En la Moncloa subrayan que el PP no puede alzar la voz porque ninguna de las seis CCAA que gobernaban gracias a la ayuda de Vox tiene ahora aprobadas sus cuentas: han tenido que prorrogar las anteriores
Ahora, distintas fuentes gubernamentales reconocen que unos nuevos Presupuestos se vislumbran prácticamente imposibles. Se pelearán al máximo, repiten, pero a la vez se aplica realismo. "No tiene pinta de que vaya a haberlos", concluye un ministro. En la Moncloa subrayan que el PP no puede alzar la voz, porque ninguna de las seis comunidades que gobernaban con Vox (o con apoyo parlamentario de la ultraderecha) tiene ahora aprobadas sus cuentas regionales para 2025. Ni Extremadura, ni Aragón, ni Murcia, ni Comunitat Valenciana, ni Baleares, ni Castilla y León. Han tenido que prorrogar las anteriores. "Todas las administraciones públicas se están acostumbrando a vivir sin Presupuestos", aducen. En la sala de máquinas del Ejecutivo señalan incluso que no es problemático, porque la ley presupuestaria de 2003 concede cierta flexibilidad para las modificaciones durante el ejercicio.
De hecho, la discusión sobre el aumento del gasto en Defensa, sobre cómo alcanzar un volumen de inversión equivalente al 2% del PIB antes de 2029, ha puesto en evidencia cómo el Gobierno —este, pero también los anteriores— va moviendo partidas semana tras semana y tirando también del fondo de contingencia, la válvula de escape que contienen año tras año los Presupuestos y que permite absorber los gastos imprevistos e inaplazables. Sánchez dejó claro este jueves, tras su ronda de reuniones con los portavoces de todos los grupos parlamentarios —salvo Vox—, que no tiene intención de que ese mayor desembolso en Defensa pase por el Congreso. El rechazo, aunque con muchos tonos, de algunos socios de investidura le haría depender del PP, de quien desconfía. Por eso, a falta de conocer los detalles del plan de rearme europeo y las conclusiones de la cumbre de la OTAN en junio en La Haya, la idea del Ejecutivo es continuar con la dinámica de los últimos años: tirar de créditos extraordinarios con cargo al fondo de contingencia (o a deuda) o de transferencias entre partidas para financiar ese aumento.
La AIReF advierte de que desde 2012, el 43,4% del total del fondo de contingencia se ha utilizado para costear operaciones de carácter recurrente
El fondo de contingencia está dotado anualmente con el 2% del gasto total y ascendió, en 2024 —con Presupuestos prorrogados— a 3.964,4 millones de euros. La Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) precisamente publicaba este pasado jueves un informe en el que advertía de que una parte significativa del gasto financiado con cargo al fondo de contingencia, caso, por ejemplo, de las operaciones de mantenimiento de la paz. Desde 2012 hasta 2024, el 43,4% del total de esta hucha se ha utilizado para costear operaciones discrecionales, es decir, de carácter recurrente, lo que, según advierte la AIReF, "limita" la capacidad del fondo para atender gastos verdaderamente imprevistos que puedan surgir durante el ejercicio. En 2024, el 28,8% se empleó para gastos recurrentes, un 34,6% para afrontar el impacto de la dana y el 36,6% para otros desembolsos sobrevenidos.
La "voluntad" del Gobierno no basta
El presidente, en su comparecencia del jueves, dejó entrever que unas nuevas cuentas públicas no son, ni mucho menos, la siguiente pantalla. "A nosotros nos gustaría que hubiera Presupuestos. Trabajamos por que haya Presupuestos y seguimos, tanto en el Gobierno de coalición, como también con los grupos parlamentarios, dialogando para sustanciar esos Presupuestos en los próximos meses. Pero, insisto, no depende solamente del Gobierno de España". Es decir, que no basta con que quiera el Ejecutivo, tienen que querer los grupos también. Sánchez ya no definió marcos temporales: habló de intentar tener unos PGE "en los próximos meses". Anteriormente, su Gobierno había reiterado que esperaba poder presentar el proyecto de ley en el primer trimestre del año.
"Seguimos intentando tener Presupuestos. La clave es cuándo. Desde luego no es inmediato. Nuestra idea no es esperar ya a los de 2026, pero no van a estar el mes que viene", avisan fuentes oficiales en la Moncloa
"Seguimos intentando tener Presupuestos. La clave es cuándo. Desde luego no es inmediato. Nuestra idea no es esperar ya a los de 2026, pero no van a estar el mes que viene", advierten fuentes oficiales en la Moncloa. El Ejecutivo ni siquiera ha podido aprobar una nueva senda de estabilidad. La que diseñó inicialmente fue tumbada por el Congreso en julio por PP y Junts. La llevó a la Cámara baja en septiembre y la retiró por falta de apoyos, con la esperanza de poder atraer a los posconvergentes. Pero nada se ha podido avanzar desde entonces. "Hay que tener en cuenta que los objetivos de deuda y déficit se pactaron con todos los demás, así que abrir el melón con Junts supone volver a abrirlo para todos los demás, y no es fácil", explican en el Ejecutivo. Hacienda, no obstante, podría aprobar un proyecto de ley de PGE con la senda vigente, la anterior, mucho más restrictiva para comunidades autónomas y ayuntamientos.
Atrás también ha quedado el órdago que el Gobierno lanzó a los grupos a la vuelta del verano: amagó con llevar unos nuevos Presupuestos al Congreso aun a riesgo de que fueran derrotados, con el argumento de que todo Ejecutivo tiene la obligación de plasmar sus prioridades de gasto y defender su proyecto en las Cortes. Esa idea ya se ha desechado porque entrañaba severos riesgos. Sánchez ya se ha llevado varios revolcones parlamentarios y ver decaer unos PGE —los primeros de la legislatura— sería un golpe muy duro. Tradicionalmente, un Gobierno que veía tumbados sus Presupuestos se conducía casi de forma inexorable a elecciones anticipadas. Eso fue, de hecho, lo que argumentó el líder socialista en febrero de 2019: los independentistas catalanes hicieron fracasar su ley y él llamó a las urnas para el 28 de abril.
Atrás ha quedado el órdago que el Gobierno lanzó a os grupos a la vuelta del verano: amagó con llevar unos nuevos PGE al Congreso aun a riesgo de que fueran derrotados
El pasado septiembre, sin embargo, en el equipo de Sánchez insistían que un varapalo de ese calibre no tenía por qué arrastrar al país a unas nuevas generales ya que la legislatura acababa de comenzar, a diferencia de lo que ocurría en 2019. "Antes, un Gobierno sin PGE caía. Equivalía a perder una cuestión de confianza. Pero las cosas han cambiado", indica un veterano dirigente con interlocución con la Moncloa. "Aquí, los únicos que miramos por el país somos nosotros", abunda uno de los miembros del Gabinete.
Misma impresión en Sumar
Cuando el Ejecutivo logró sacar definitivamente la reforma fiscal, en diciembre, tras sudar tinta, la cúpula socialista pensaba que sería más fácil alumbrar unos nuevos Presupuestos, porque su negociación permite, en teoría, más opciones de concesiones a los socios, hace más sencillo que cada grupo pueda marcar su impronta. El paso de los meses, sin embargo, ha derribado esa lectura. El precio de salida que ha puesto cada partido ha sido demasiado alto. "No hay voluntad ni sentido de la responsabilidad. Ellos sabrán. Cuando vayamos a elecciones, cada uno rendirá cuentas de lo que ha hecho y la utilidad que ha tenido su trabajo", remacha un ministro. Junts ha exigido que se avance primero hacia la oficialidad del catalán en la UE y que se garantice la ejecución de las inversiones en Cataluña programadas en cuentas anteriores. ERC, que den pasos hacia la financiación singular. Podemos, que se rebajen un 40% los alquileres.
No hay voluntad ni sentido de la responsabilidad. Ellos sabrán. Cuando vayamos a elecciones, cada uno rendirá cuentas de lo que ha hecho y la utilidad que ha tenido su trabajo", remacha un ministro
El compromiso "firme" del presidente de que acelerará el cumplimiento del objetivo de un gasto militar del 2% ha venido a alejar aún más a los socios de izquierdas. "Unos nuevos Presupuestos son imposibles", concluye tajante uno de los portavoces de los grupos progresistas. La misma impresión, por cierto, comparte Sumar, socio minoritario de la coalición gubernamental. A cambio, Sánchez sí ha prometido a su vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, y al resto de formaciones de izquierdas que una mayor inversión en seguridad no recortará "ni un céntimo de euro" las partidas sociales.
Lo que sí tiene claro la Moncloa, y lo reiteran distintos interlocutores a este diario, es que, pase lo que pase, la legislatura aguantará hasta 2027 incluso si no hay unos nuevos Presupuestos. Es decir, que las últimas cuentas aprobadas, las de 2023, sobrevivirían cuatro años enteros. En el Ejecutivo interpretan que disponer o no de unos PGE no es determinante para la evaluación en las urnas. Siempre miran lo que sucedió en la Comunidad de Madrid. Isabel Díaz Ayuso logró sacar adelante los presupuestos de 2022 tras pactarlos con Vox, que eran las primeras cuentas regionales en tres años. El proyecto siguió a unas elecciones autonómicas anticipadas en las que no solo no fue penalizada por los madrileños, sino que logró desprenderse de su incómodo socio de Ciudadanos.

Tras cerrar con ERC el acuerdo para avanzar en el traspaso de Rodalies y la condonación de la deuda con el Fondo de Liquidez Autonómico, y con Junts el pacto migratorio, en el Ejecutivo consideran que comienzan el año con el "crédito a tope" con sus socios más exigentes. Con el combustible suficiente para poder desatascar iniciativas legislativas en el Congreso y para poder caminar, "avanzar" más rápido. Pero eso no significa, por tanto, que se desbloqueen los Presupuestos. Es más, el temor al desgaste por una negociación extraordinariamente complicada disuade también a los socialistas. Todos son conscientes de que, si se aprueban unas nuevas cuentas públicas, probablemente sean las primeras y únicas en todo el mandato. Son las que darían la llave de la estabilidad a Sánchez y, por tanto, las que le liberarían más de cumplir los compromisos de sus socios. Dicho de otra forma, sin PGE los grupos disponen de mayor margen de presión al presidente.
En el Ejecutivo consideran que comienzan con el "crédito a tope" con ERC y Junts tras haber cerrado negociaciones relevantes como Rodalies, condonación de la deuda y pacto migratorio
"En estos tiempos… lo impensable se ha vuelto realidad", analiza un dirigente que se conoce bien el engranaje del partido y del Gobierno. Lo impensable era antes que un Ejecutivo pudiera resistir una legislatura completa sin unos Presupuestos. Ahora no se descarta en absoluto y en la Moncloa defienden que la hoja de ruta del presidente no cambiará. Su objetivo es 2027. Con más o menos turbulencias. Con más o menos producción legislativa. Pero el rumbo de Sánchez, al menos por ahora, es determinado.
Te puede interesar
3 Comentarios
Normas ›Para comentar necesitas registrarte a El Independiente. El registro es gratuito y te permitirá comentar en los artículos de El Independiente y recibir por email el boletin diario con las noticias más detacadas.
Regístrate para comentar Ya me he registradoLo más visto
- 1 Entrevista a Isabel Serrano, Leocadia en 'La Promesa'
- 2 La foto de La Promesa que sugiere la vuelta de un personaje clave
- 3 Horario y número de capítulos de La Promesa la próxima semana
- 4 La UCO investiga cientos de miles de euros del PSOE en Móstoles
- 5 Avance de La Promesa este lunes 17 de marzo
- 6 Avance de 'Sueños de libertad' este lunes 17 de marzo
- 7 Ayuso asegura que el Gobierno va a "prohibir" por primera vez la parada militar en el Dos de Mayo: "Es dolorosísimo"
- 8 España remonta en las apuestas de Eurovision 2025
- 9 Qué es el pez de plata y qué hay que hacer si aparece en casa
hace 11 minutos
Que diferencia con Alemania.
Pudiendo gobernar con mayoría simple Merz transcurriendo dos meses más, ha preferido realizar una coalición que representa 2/3del parlamento alemán. Y será quien apruebe el gasto extraordinario en defensa
Pero claro allí existe la social democracia, y aquí no.
hace 1 hora
No sé aprueban presupuestos porque a pesar de los regalos a pagar por todos, los «socios» ( y menudos socios) no han cedido un ápice, la normalización es una entelequia que el gobierno vende; no se discuten los tema en el parlamento porque el gobierno ha decidido arrinconarlo; se habla con los partidos 20 minutos de media excepto con la meiga….. Yos españoles dicen que tienen gobierno. Los españoles adoradores, digo. Lo que tenemos es un Trumputin a quien él país le importa un comino
hace 7 horas
No sería lo más lógico, ante estas circunstancias, convocar elecciones? Si no puedes gobernar, porque la mayoría «progresista» te ha dejado de apoyar, deja que los españoles elijamos otras alternativas.