Si hay alguien que no puede dar lecciones de coherencia en su ideario, en sus pactos y en sus principios es Pedro Sánchez. Las cesiones ante los independentistas a cambio de sus votos, o el lavado de imagen de Bildu son sólo algunos ejemplos del pragmatismo grosero del presidente del Gobierno.
Pero que Sánchez carezca de moral no debería justificar que el maquiavelismo sea la norma para el resto de los líderes políticos. En especial, la falta de escrúpulos del presidente debería ser la mejor baza de Núñez Feijóo para demostrar que no todos los políticos son iguales.
El acuerdo alcanzado en Valencia entre Carlos Mazón y Vox para la aprobación de los presupuestos de la Comunidad Valenciana sitúa a Feijóo ante la tesitura de elegir entre los principios y el rédito político a corto plazo. El líder del PP ya cometió un error que le costó el fracaso en las generales de 2023, adelantadas astutamente por Sánchez, al no repetir el triunfo electoral cosechado en las autonómicas y municipales del mes de mayo. El argumento del PSOE para frenar el ascenso del PP es que este partido, cuando puede, pacta con Vox, y, por tanto, votar a Feijóo es tanto como votar al partido de Abascal. Aunque eso no exactamente así, la estrategia funcionó y dejó al PP con sólo 137 escaños, lo que le permitió a Sánchez sumar con la izquierda y los independentistas para ser investido presidente.
Carlos Mazón no está imputado en el sumario que investiga las responsabilidades por la gestión de la DANA, pero el auto de la jueza de Catarroja pone el foco en la Generalitat, concretamente en la responsable de Emergencias y en su número dos, a los que ya ha imputado.
El pacto de Valencia es un adoquín que Abascal ha colgado del cuello de Feijóo
Al margen de la deriva penal, la imagen de Mazón ha sufrido un enorme desgaste desde que se produjeron las inundaciones del 29 de octubre y, consecuentemente, el PP ha registrado una sensible caída de sus expectativas de voto en todas las encuestas. Ese daño no sólo afecta al PP de Valencia, sino que contagia a todo el partido, que, sin ese lastre, ahora rondaría los 150 escaños en los sondeos más serios.
Hasta hace unos días, Feijóo ligaba su apoyo a Mazón a la reconstrucción de las zonas afectadas. Pero recientemente cambió su discurso y vinculó su respaldo a la evolución de la investigación judicial. Se entiende que si, al final, el asunto termina elevándose al Tribunal Superior de Justicia de Valencia, al encontrarse indicios de delito en el presidente de la Comunidad, entonces Feijóo apretaría el botón rojo pidiéndole la dimisión. El líder del PP no tiene más poder que ese. Si Mazón quiere, podría seguir en el cargo.
Ahora bien, el acuerdo de Mazón con Vox le da una fortaleza al presidente de la Comunidad que no tenía hace 48 horas. Y Génova ha bendecido el pacto, recomendándolo incluso a otras administraciones en las que el PP está en minoría.
Mientras que Vox cae en sus expectativas de voto a nivel nacional por el acercamiento de Abascal a Donald Trump -que ha amenazado con aranceles del 200% al vino y al cava europeos-, en Valencia crece. Justo al revés que el PP. De lo que cabe deducir que con este salvavidas a Mazón el principal beneficiado es Vox, que ha aireado las cesiones del PP en inmigración y en políticas medioambientales a su postulados maximalistas.
En el último año y medio, Abascal ha situado a Vox en la derecha más extrema de Europa, no sólo cercana a Viktor Orbán, sino muy próxima al ideario de Alternativa por Alemania. Vox es uno de los aliados más fieles de Trump en Europa, justo cuando el presidente de los Estados Unidos ha amenazado con desproteger a Europa. Según contaba El Independiente este domingo, los lazos de algunas personas del núcleo duro de Vox con la ideología neonazi son estrechos y Abascal no ha hecho nada por limpiar de sus filas esa peligrosa mugre.
Por tanto, el pacto del PP y Vox en Valencia no es igual que el que se produjo en 2023, es aún peor. En lugar de centrar al PP, ese acuerdo lo derechiza y le da la oportunidad al PSOE de arrinconar al partido que es la alternativa de gobierno en la esquina de un grupo contaminado de xenofobia.
La debilidad de Mazón le ha llevado a un pacto que le costará muy caro a él y a su partido a medio plazo. El salvavidas de Abascal a Mazón, es, en realidad, un adoquín en el cuello de Feijóo.
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4 Comentarios
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hace 42 minutos
El sanchista Who, camuflao de pepero, qué le fastidia que el PSOE de Valencia se haya quedado sin moción y sin dimisión de Mazón…
Jajajajajajajajaja
hace 1 hora
No coincido con su análisis. Siendo algunos enunciados de Vox difícilmente digeribles también lo son los pactos que el Sr. Sánchez realiza cada día con actores distintos para seguir en la Moncloa.
Lo urgente es desalojar a este sujeto cuanto antes y que se lleve el colchón y a su señora y demás familia al anonimato.
Se avecinan tiempos duros y difíciles y con el actual gobierno y sus representantes nos vamos al desastre. Hay que hacer una limpia Y que el parlamento vuelva a tener la palabra porque ahora está de adorno.
hace 1 hora
Ambos partidos tienen el compromiso social de demostrar que son capaces de gestionar lo público con eficiencia, beneficiando a los ciudadanos, con justicia, igualdad y equidad.
hace 4 horas
Casimiro pertenece a esa estirpe de peperos acomplejados y muy blanditos que compran la mercancía ideológica averiada y rinden pleitesía a la izquierda. Desprecian a sus votantes naturales y están muertos de miedo ante lo que digan Lo País y La Secta. En realidad, estos peperos maricomplejines no quieren que haya alternativa, sino sólo mera alternancia, es decir, que gobierne quien gobierne se sigan aplicando las mismas políticas progres (ideología de género, inmigración ilegal descontrolada, globalismo woke, fanatismo climático, etc) sólo que con las cuentas un poco más aseadas. El rajoyismo en todo su esplendor.
Como decía el príncipè de Lampedusa en «El gatopardo»: «El PP significa cambiar todo para que nada cambie».