Rosalía ya era una estrella internacional cuando el 18 de marzo de 2022, tras varios adelantos que entusiasmaron a sus seguidores, lanzó Motomami, su tercer álbum de estudio. Los Ángeles (2017) había sido su carta de presentación y El Mal Querer (2018) su afianzamiento como la gran estrella de la música actual española (recientemente Babelia lo ha posicionado como el segundo mejor disco español desde la muerte de Franco en 1975). La catalana nadaba en un océano de éxito fiel a un estilo del que sus fans no querían que se despegase, esa suerte de fusión flamenca pasada por la producción de vanguardia. Pero con la ambición característica de una artista que busca trascender, Rosalía hizo oídos sordos y conjugó su tercer trabajo como le vino en gana, sin hacer caso de lo que se esperaba de ella. Lo demás es historia.

En Motomami se combinaban y sucedían el pop y el trap, el reguetón y la balada, la danza caribeña con una atípica opereta sobre la liberación femenina. Incluso uno de sus temas, Delirio de grandeza, reinterpretaba el bolero homónimo del cubano Justo Betancourt lanzado en 1968 en una sinergia musical cuyo ritmo es la canción Delirious (2009), de Vistoso Bosses y el rapero Soulja Boy. Era una amalgama de sonidos y géneros que no solo se dejaba escuchar sino que cautivó a millones de personas alrededor del mundo.

Los críticos también estaban encantados: la revista online musical estadounidense Pitchfork celebró Motomami como una experiencia "que aspira a extenderse a través de los géneros y jugar con la forma, y que logra exactamente lo que pretende", mientras que el crítico de The Wall Street Journal, Mark Richardson, elevó a Rosalía a la altura de otras "visionarias" como "Madonna o M.I.A.".

El disco fue un exitazo perfilado con el tiempo: tres años después de su lanzamiento, Motomami acumula ya más de tres mil millones de reproducciones en Spotify, la RIAA (Recording Industry Association of America) lo certificó como disco de oro y, en la última semana de 2024, se convirtió en el quinto vinilo más vendido de España. Pero, ¿cómo logró Rosalía hacer de su Motomami un éxito mundial y al mismo tiempo una poderosa declaración de intenciones?

La creación del universo Motomami

Todo buen álbum necesita una buena base conceptual sobre la que apoyarse. Rosalía ya había jugado con la muerte en su primer trabajo discográfico y con las relaciones abusivas en El Mal Querer pero, para Motomami, se marcó un David Bowie para hablar del auge y caída de una superestrella musical que, lejos de venir de Marte, tenía los pies en la tierra. Rosalía no es Ziggy Stardust (el alter ego de Bowie en The Rise and Fall of Ziggy Stardust and the Spiders from Mars), pero es una cantante conocedora de lo efímero de su éxito (aquello que terminó por matar a Ziggy en su disco), por lo que celebra el ahora sin preocuparse por aquello que vendrá.

En Motomami no hay cabida para el futuro porque este es incierto, y por ello Rosalía montó un universo en sí mismo que orbita alrededor de una palabra inventada. Juntó la palabra japonesa "moto", que significa duro o fuerte, con el diminutivo español "mami", utilizado para referirse a una madre, y creó un concepto que, en primera instancia, valdría tanto como adjetivo como sustantivo. El resultado no sólo articula el cuerpo de todo un proyecto discográfico, sino que funciona como una completa redefinición de la identidad sonora y visual de la artista, haciendo partícipes a sus fans. Una jugada maestra.

Rosalía tenía claro que para que Motomami fuera un bombazo, la gente debía sentir que formaba parte de su universo. Desde meses antes del lanzamiento del álbum, la artista lanzaba en su cuenta de X (por aquel entonces era todavía Twitter) pequeñas reflexiones que definían lo que era ser "una verdadera Motomami". Pequeñas píldoras del saber que rezaban "una motomami es leal con los suyos porque ser leal es un flex" o "una motomami destruye con gusto sus obras anteriores para dar paso a las obras siguientes".

Otra de las claves en la promoción del disco fue llevar lo callejero por bandera. El logo del disco (la palabra motomami alterada en un poderoso rojo y en la que cada "M" estaba diseñada para asemejarse a una mariposa o al casco de una motocicleta) fue grafiteado en numerosas calles de todo el mundo, acompañado de frases de algunas de sus canciones. La internacionalización del proyecto permitió relacionar el rojo chillón con el disco, generando expectación por un álbum que dejaba verse en todos lados.

El Motomami World Tour

Motomami se publicó el 18 de marzo de 2022 y no dejó indiferente a nadie, pero quienes lo escucharon coincidían en que era un antes y un después en la historia de la música popular española. La miscelánea de géneros que sorprendió en los adelantos que la artista había publicado en sus redes sociales tomaba, por fin, forma y sentido.

Rosalía estuvo nominada a nueve premios Latin Grammy por Motomami, llevándose cuatro de ellos, entre los que destaca el Grammy a Álbum del Año, lo que la convirtió en la primera mujer en la historia en ganar dos Latin Grammy en dicha categoría (ya lo había ganado en 2019 por El Mal Querer).

Así, en julio de ese mismo año, la cantante comenzó la que terminaría por ser su primera (y, hasta el momento, única) gira mundial. 68 actuaciones, 21 países y tres continentes. Durante el año en que se extendió la gira, más de dos millones de personas se reunieron para asistir a un espectáculo emocionante y abrumador, pese a la sencillez de la puesta en escena –tres grandes pantallas y un gran escenario blanco que recordaba una pasarela–. Según su discográfica, Sony Music, Rosalía actuó de media ante 50.000 asistentes por noche. Billboard calculó que solo en 2022, Motomami World Tour recaudó más de 28 millones de dólares. Fue la séptima gira más lucrativa de un artista latino.

Además del repertorio de Motomami, Rosalía hacía alguna excursión a sus anteriores discos y adelantó algunas canciones inéditas, que terminarían recogidas en Motomami+, la edición de lujo del álbum publicada en septiembre de 2022 con ocho canciones adicionales, entre ellas Despechá, su hit del verano.

Ahora, tres años después de aquel hito, los fans de Rosalía esperan, caninos, el nuevo material que anda preparando para su próximo disco, anunciado para este 2025. En 2024 lanzó Omega, junto al artista emergente Ralphie Choo, y New Woman junto a la cantante tailandesa Lisa, pero ninguna pista sobre su cuarto trabajo discográfico. En lo que llevamos de año, hemos podido ver a Rosalía haciendo acto de presencia en la after party de los Premios Oscar y, recientemente, ha saltado la bomba de su fichaje para la tercera temporada de la exitosa serie de HBO Euphoria, protagonizada por Zendaya y para la cual Rosalía ya había colaborado musicalmente en las temporadas anteriores. Sin embargo, entre los deseos de la artista para este 2025, compartidos en sus redes sociales, Rosalía dejó claro que espera "sacar nuevo disco", además de "volver a crecer mi malacatón" (que bien podría significar que tiene un melocotonero en casa o que quiere entrenar sus glúteos). Sea lo que sea, una cosa está clara: Rosalía4 está en el horno.