Es un mercado que se disparó desde hace una década. Los Estados Unidos pasaron de ser un país energéticamente importador a ser el gran referente exportador de petróleo y gas. Lo ha sido cada vez más en los últimos años en países como España, cuya dependencia en energías vitales como el petróleo o el gas es hoy incuestionable. El país que lidera Donald Trump a golpe de aranceles fue el pasado mes de febrero nuestro primer suministrador de gas, por delante de Argelia, según datos de CORES. De los 26.219 GWh de gas que importamos, 9.258 procedía de los EEUU, lo que representa el 35,3% del total, ligeramente por delante de nuestro tradicional suministrador gasístico, Argelia, según datos de CORES (Corporación de Reservas Estratégicas de Productos Petrolíferos).

El nuevo gobierno estadounidense no sólo quiere valerse de su ya sólido control del mercado energético a nivel global sino que Trump ha anunciado que quiere consolidarlo aún más. Los anuncios para impulsar técnicas como el ‘fracking’ para localizar nuevos yacimientos de gas y petróleo fue una de sus promesas electorales y uno de los lemas más repetidos, ‘Drill, baby drill’ (‘Perfora nena, perfora’). Un dominio que además amenaza con emplear como arma de presión contra el resto de países que, como España, lo han convertido en uno de sus principales suministradores energéticos.

En los dos primeros meses del año las importaciones de gas en España alcanzaron los 54.395 GWh y de ellos, la inmensa mayoría, 38.931 correspondían a Gas Natural Licuado (GNL), el gas que llega a nuestros puertos a través de grandes buques metaneros. Es, en gran medida, el gas que nos llega desde los EEUU y luego se descarga en nuestras terminales. La suma de GNL que en enero y febrero ha llegado a España revelan que algo más de la mitad procedía de EEUU.

86 buques metaneros desde los EEUU

La dependencia energética se ha ido construyendo de manera importante en los últimos nueve años. Desde 2016, cuando se inició de modo relevante la compra de gas con EEUU, la importación procedente de este país no ha hecho más que crecer. Hoy importamos 18 veces más que entonces. Sólo el año pasado arribaron a nuestros puertos 86 buques metaneros norteamericanos para inyectar GNL.

Este pasado mes de febrero ha sido el que ha registrado cifras de importación con EEUU más elevadas de los últimos tres años. En 2023 sumaron 7.128 GWh, mientras que el mismo mes de 2025 se han alcanzado 9.258 GWh. Suponen cifras superiores al GNL procedente de nuestro mayor suministrador, Argelia, que principalmente nos suministra gas natural a través de gasoductos.

La llegada de gas licuado se tradujo el año pasado en 299 buques, de los que casi uno de cada tres procedía de Estados Unidos. Los buques norteamericanos llegaron en mayor número que los de Rusia y Qatar juntos. Rusia con 67 buques, Nigeria con 59 y Argelia con 35 completan los puestos de mayor importación de GNL. Las plantas de Sagunto, Bilbao y Cartagena son las que mayor tráfico de metaneros registraron.

En términos globales, el gas natural, tanto el procedente de los gasoductos con África como el licuado –líquido- que nos llega por barco, han reequilibrado su peso. En los últimos cinco años el GNL ha ganado terreno hasta representar el 70% del aprovisionamiento total el año pasado -278.002 GWH- y con Estados Unidos a la cabeza como principal suministrador, con Rusia como segunda potencia.