Fue una prioridad para quien comprometía el apoyo y un incómodo compromiso para quien lo recibía. El 15 de noviembre de 2023 PNV y Pedro Sánchez firmaban un compromiso por el que los nacionalistas le cedían sus cinco votos para lograr la investidura. A cambio, Sánchez aceptaba, entre otras cosas, apoyar el “reconocimiento nacional de Euskadi” y facilitar la negociación y acuerdo de un nuevo estatuto vasco y hacerlo además con “urgencia” y “buena fe”. En el documento incluso se ponía fecha orientativa de cumplimiento: finales de 2025 -año y medio a partir del inicio de la legislatura autonómica vasca, se señalaba-.
Hoy Euskadi celebra el ‘Aberri Eguna’, el día de la ‘Patria vasca’. Volverá a ser una jornada de actos políticos a cargo de formaciones nacionalistas y de cierta indiferencia por parte de las que no lo son. PNV y Bildu reivindicarán la nación vasca y reclamarán al Estado su reconocimiento. Lo harán con tono de reproche y sacando del baúl críticas que como socios del actual Gobierno han procurado relegar.
Para el PNV será la primera ocasión en la que su recién proclamado presidente, Aitor Esteban, suba como tal al estrado para reivindicarlo. Lo hará sabedor de que el acuerdo de legislatura que él negoció y su antecesor Ortuzar firmó está muy lejos aún de cumplirse. Del año y medio de plazo que entonces se fijó para reconocer la patria vasca ya se ha agotado una tercera parte y “el reconocimiento nacional de Euskadi” ni siquiera ha comenzado a plantearse en una mesa de negociación.
Por el momento ambas partes siguen enfrascadas en el cumplimiento de un compromiso previo: el desarrollo y cumplimiento íntegro del actual Estatuto de Gernika de 1979. La más de una veintena de competencias aún pendientes de transferir también son una promesa incumplida desde hace años y que el Ejecutivo de Sánchez ha asegurado que esta vez sí, que para finales de este año todo se habrá cedido, incluida la gestión económica de la Seguridad Social.
¿Acuerdo en Euskadi?
Reconocer la patria vasca y un nuevo encaje y relación territorial en otro futuro estatuto vasco será otra cosa. Estos días incluso otro de los socios del Ejecutivo, Junts, ha vuelto a amenazar con no apoyar el Gobierno si para mayo no se dan pasos en el ‘reconocimiento’ de la nación catalana. El enésimo ultimátum de la formación de Puigdemont irrumpe poco después de que en el PNV Esteban enfriará las expectativas que sobre esta cuestión había lanzado Ortuzar hace apenas un mes. El anterior líder del PNV aseguró que el acuerdo para aprobar un nuevo estatus vasco con el apoyo del PSE y EH Bildu, además del PNV, estaba muy encarrilado y la aprobación de un nuevo estatuto vasco estaba mucho más cerca.
El mismo día de su proclamación, Esteban enfrío el optimismo. Advirtió del riesgo de fijar aspiraciones inviables. Lo hizo recordando que para lograr cualquier avance en materia de autogobierno o de nuevo encaje territorial "primero hay que llegar a amplios consensos y después superar los obstáculos en el Estado en un contexto volátil, tales como mayorías reforzadas o más que posibles recursos antes los tribunales. Es un camino largo y no nos lo van a poner fácil".
Desde que llegó a la presidencia del PNV también ha enfriado la aspiración de lograr una ‘Euskal Herria’ unida, con los siete territorios –Navarra, el País Vasco francés, Bizkaia, Álava y Gipuzkoa-. Ha reiterado que aún se deben reforzar los lazos de unión de unos territorios con una sociología “muy diferente en cada uno de ellos”: "Estamos muy lejos de un reencuentro y un único marco y país, esa es la realidad".
Hace varias legislaturas que la cuestión territorial y de relación con España sobrevuela el Parlamento vasco. Incluso antes de que Urkullu accediera al Gobierno vasco el PNV ya planteó un camino para la aprobación de un nuevo estatuto vasco. Fue el intento posterior al fallido ‘Plan Ibarretxe’. Urkullu siempre lo planteó dentro del marco legal y con acuerdo, nada de rupturas o vías unilaterales. Debía reconocer un nuevo encaje territorial para Euskadi en el Estado y una relación ‘bilateral y con garantías’ con España. La primera idea del PNV fue aprobar una propuesta entre 2012 y 2015, año en el que debía someterse a refrendo de la sociedad vasca. Ha pasado una década y por el momento apenas existen unos borradores de articulado de nuevo estatuto guardados en un cajón. Uno del PNV –con el apoyo parcial del PSE y Podemos-, otro de EH Bildu y un tercero del PP.
El 41% está en contra de la independencia
Más recientemente, en los últimos meses de mandato de Ortuzar, el PNV ha liderado un proceso discreto de contactos en los que se habría perfilado un suelo común junto con EH Bildu y el PSE. Sería sobre el que se construya una nueva propuesta de estatuto. El anterior presidente del EBB se marchó convencido y optimista sobre el futuro de este proceso. El actual líder jeltzale, no tanto. Y eso que Esteban asegura haber participado de la elaboración de los documentos. Pero recuerda que una cosa es acordar en Euskadi y otra trasladarlo después al Congreso. “A nivel de Euskadi puede haber muchas posibilidades de acuerdo, pero que no se nos olvide que después hay que ir a Madrid”, ha repetido en varias ocasiones en las últimas semanas, “y allí nos puede venir una cascada de recursos ante el Tribunal Constitucional”.
Por el momento, poco o nada se conoce de esas negociaciones que Ortuzar anunció. Tampoco de los papeles que PNV, Bildu y PSE habrían cruzado. Más bien, las posiciones públicas continúan en el mismo punto: la izquierda abertzale reclamando más diligencia y ritmo al PNV para avanzar y el PSE de Eneko Andueza asegurando que no participarán de ‘aventuras’ soberanistas. Bildu ha apelado a la “ventana de oportunidad” que supone el Gobierno de Sánchez y que no aprovecharla tardará en repetirse un escenario tan propicio para avanzar en materia de autogobierno. Desde el PSE cuestionan que el acuerdo en Euskadi esté próximo, recuerdan que las “prioridades” de su formación son muy diferentes a las de los partidos nacionalistas y se orientan más hacia la preservación de los derechos sociales que de los derechos identitarios.
La 93 edición del ‘Aberri Eguna’ o día de la 'patria vasca' que hoy se celebra tiene lugar en una sociedad en la que, pese a que el voto mayoritario en Euskadi es eminentemente nacionalista, las aspiraciones y sentimientos de la sociedad no lo son tanto. El último sociobarometro del Gobierno vasco, de febrero pasado, revelaba que el 41% de los vascos está en desacuerdo con la independencia. Se trata del porcentaje más elevado de toda la serie de estudios sociométricos realizados por el Ejecutivo vasco. Sólo un 21% afirmaba estar de acuerdo con la independencia de Euskadi y un 33% “según las circunstancias”. Una posición que también se corresponde con el sentimiento de identidad hoy mayoritario en la sociedad vasca. La mayoría, el 40% dice sentirse tan vasco como española, frente al 25% que dice sentirse más vasco que español o el 19% que asegura ser “sólo vasco”.
Te puede interesar
Lo más visto
- 1 ¿Cuánto valdrían hoy las reservas de oro vendidas por Zapatero?
- 2 ¿Tele-Pedro? RTVE endurece su línea editorial
- 3 Los masones españoles contra los fantasmas del pasado
- 4 RTVE oculta el 'share de corte' del programa de Jesús Cintora
- 5 Sueños de libertad: avance el próximo lunes 21 tras Semana Santa
- 6 Peinado llega a la Moncloa para tomarle declaración a Bolaños
- 7 El socialista que tenía un guardia masón de EH Bildu
- 8 Los mejores auriculares inalámbricos del 2025
- 9 La UCO se echa al mar para combatir el narcotráfico
Comentarios
Normas ›Para comentar necesitas registrarte a El Independiente. El registro es gratuito y te permitirá comentar en los artículos de El Independiente y recibir por email el boletin diario con las noticias más detacadas.
Regístrate para comentar Ya me he registrado