El papa Francisco murió en Lunes Santo tras su última bendición urbi et orbi el Domingo de Resurrección. Ficción y realidad sobre la figura del papa y el Vaticano se han dado la mano desde su fundación. El último ejemplo es la película Cónclave, que recurre a la muerte natural de un papa ficticio y la elección de su sucesor.

El intríngulis del Vaticano y la figura del Papa, inclusive la del papa Francisco, ha despertado siempre sumo interés de cineastas y guionistas de televisión. Como ejemplo están Michelle y Robert King (The Good Wife, Evil), matrimonio en la vida real y dúo creativo, que intentó hace una década producir una serie sobre la –hipotética– primera portavoz del papa.

El Papa en terapia

En ocasiones, tales títulos estaban basados o inspirados en hechos reales; en otras se recurría a la imaginación. Fue el caso de Habemus Papam (2011), dirigida y coescrita por Nanni Moretti. La película, disponible en Prime Video España, versa en torno a la relación entre un papa recién elegido y su terapeuta ateo. Dicho encuentro se produce después de que el ficticio pontífice (Michel Piccoli) sufra un ataque de ansiedad. El cardenal Gianfranco Ravasi prohibió al cineasta italiano rodar aquel filme en el Vaticano.

Otro cineasta italiano, Paolo Sorrentino, firmó el díptico de HBO El joven papa (2016) y El nuevo papa (2020), con Jude Law y John Malkovich como titulares. Ninguna de estas dos miniseries están disponibles hoy por hoy en Max España. Luego ha habido otro tipo de virguerías como El exorcista del Papa (2023), con Russell Crowe, disponible en Netflix España.

El papa Francisco, protagonista de una película junto a Benedicto XVI

En la misma plataforma está Los dos papas (2019), película dirigida por Fernando Meirelles (Ciudad de Dios) y escrita por Anthony McCarten. El guionista siempre ha puesto el ojo en deidades de carne y hueso como Winston Churchill, Freddie Mercury, Stephen Hawkins y Whitney Houston. Anthony McCarten adaptó su propia obra de teatro, El papa, ambientada en el Vaticano tras el escándalo por corrupción y filtración de documentos secretos. En tal escenario (2012), imagina una conversación crucial entre el papa Benedicto XVI (Anthony Hopkins) y Jorge Mario Bergoglio (Jonathan Pryce), dispuesto a abdicar como arzobispo.

Cuando se estrenó Los dos papas, surgió la duda: qué era real y qué era invención. Su director aseguró que la conversación entre Benedicto XVI y Francisco I nunca ocurrió tal y como sucede en la película (no consta que Bergoglio viajara a Roma para reunirse con el Papa), pero que el diálogo entre ambos está basado en discursos, entrevistas y escritos de cada uno de ellos.