La Inteligencia Artificial ha conseguido cosas impensables hace cinco años. Esta en todas partes, ayuda a predecir temporales, los momentos más propicios para la siembra y es capaz de identificar cepas de enfermedades para prevenir su contagio. Hace cálculos que a una ciudad entera de seres humanos bien entrenados les llevaría décadas procesar, y todo en un segundo.
Ahora, hay algo que se le resiste mucho: el lenguaje humano. El habla. Eso que todos tenemos, unos más que otros, ya medio dominado a los pocos años de vida, a un procesador capaz de gestionar cientos de millones de datos se le atraganta. De momento.
En Amazon, una de las compañías punteras en el terreno de los algoritmos, están trabajando con ahínco para superar una de las barreras más importantes entre hombres y máquinas. Vale, sí, Alexa es capaz de entender que queremos escuchar a Rosalía en Spotify, pero es incapaz de mantener una conversación. Y eso cuando es capaz de comprender las sencillas órdenes que podemos darles. El asistente virtual del gigante de Seattle tiene mucho camino por recorrer, pero es un excelente banco de pruebas.
De su rumbo se aprovecha el equipo de ingenieros que la compañía fundada y dirigida por Jeff Bezos tiene en Barcelona, uno de los cuatro que están repartidos por todo el globo enfocados en esta tarea. Allí, en las oficinas de la Ciudad Condal, Hugo Zaragoza y una pequeña tropa de ingenieros, programadores y científicos informáticos tratan de desentrañar los misterios del lenguaje para poder traducir los anuncios de Amazon a todos los idiomas posibles.
"No estamos intentado traducir la ironía con la que William Shakespeare escribía sus sonetos, pero sí traducir algunos productos básicos ya que, a día de hoy, es algo muy útil", explicaba Zaragoza en el I Congreso Internacional de Inteligencia Artificial celebrado en Alicante y que organizó El Independiente junto a Suma Gestión Tributaria.
'Machine Learning' por bandera
¿Cómo trabaja el equipo de Amazon en Barcelona? Tratan de mejorar el buscador de la web para que sea lo más preciso posible, y que permita que, al buscar un término como martillo, también aparezcan sugerencias que contengan la palabra herramientas.
"Principalmente trabajamos en el área de análisis del lenguaje o análisis textual, para lo que usamos el Machine Learning. Eso permite a los usuarios expresarse con más naturalidad", explica Zaragoza, que también aclara que otra de sus principales tareas es "la mejora de sistemas de diálogo como Alexa".
En tres años habrá hasta 100 ingenieros y científicos trabajando en Barcelona para enseñar a Alexa idiomas, cuya misión principal consistirá en "desarrollar nuevos algoritmos o aplicar los avances en Inteligencia Artificial para solventar los problemas prácticos de Amazon", dice Zaragoza.
Cada vez que un usuario del mayor marketplace del mundo hace una búsqueda de un producto para encontrarlo en la web comienzan a funcionar "los múltiples algoritmos de Inteligencia Artificial" que tiene una tarea: "Entender la búsqueda y rastrear el enorme catálogo de Amazon para hallar los productos más adecuados. Eso sin Inteligencia Artificial sería imposible", dice este doctorado en Ingeniería.
Análisis continuo
Para ser capaz de hacer su trabajo de la mejor manera, el algoritmo necesita ser alimentado de forma continua. La idea de los ingenieros de Amazon es que, a través del machine learning, sea capaz de reconocer reglas y patrones de grandes colecciones de datos, para que al final pueda predecir los posibles escenarios.
"Por ejemplo, observando millones de frases y su traducción a otro idioma podemos inferir reglas y patrones de traducción que se pueden utilizar para la interpretación de nuevas frases. Para eso, claro, necesitamos enormes colecciones de datos", cuenta Zaragoza.
La experiencia es decisiva para que el aprendizaje del algoritmo sea el correcto. Un caso práctico: "Cuando un usuario realiza una búsqueda, mira los resultados y decide comprar un producto pero no otro, nos está dando la información sobre cuáles son los que resuelven su consulta y los que no. Nuestros algoritmos analizan miles de millones de estos eventos, de forma agregada, para mejorar el motor de búsqueda de Amazon", resume el director de ciencia aplicada en el cuartel general de Amazon en Barcelona.
"Parte importante de nuestro trabajo también es la comunicación directa con oficinas del resto del mundo, con los que colaboramos a la hora de definir proyectos o planes", dice Zaragoza, aclarando que su labor principal está enfocada "en los experimentos a gran escala, con una combinación de ingenieros, científicos y programadores que utilizan las inmensas infraestructuras de cálculo de Amazon en la nube".
Todos estos avances, al fin y al cabo, ayudan a los compradores ya que les permiten localizar anuncios que coincidan con sus demandas incluso cuando han sido publicados originalmente en un idioma diferente.
"Siempre el objetivo final es mejorar la experiencia del cliente, nuestro trabajo se centra en ellos. Pero para beneficiarles, debemos tener el proceso optimizado para los vendedores", cuenta Zaragoza, avisando de que será "la automatización la que ayude a mejorar todo el proceso y a dar más comodidad a compradores". Alexa tiene buenos profesores.
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