La retribución variable de los altos ejecutivos ha vuelto al punto de mira, después de que la incorporación de Andrea Orcel como consejero delegado de Santander se haya visto frustrada por discrepancias en torno a quién corresponde el pago del bonus diferido del ejecutivo, si a Santander o UBS, su ex casa. En juego había más de 50 millones de euros a pagar en los próximos siete años que el directivo había acumulado durante sus más de seis años al frente de la división de banca de inversión del mayor banco de Suiza.
Los millonarios bonus que cobraban las cúpulas de los grandes bancos antes de la crisis financiera despertaron las alarmas en torno a la toma excesiva de riesgos para impulsar la retribución variable. De ahí que, tras el descalabro de la economía del mundo y de los mercados, las autoridades regulasen los importes de estos pagos e incorporasen cláusulas de diferimiento en el tiempo.
Pero más allá de las grandes corporaciones globales del sector financiero, en España, buena parte de la remuneración de los altos directivos se percibe en forma de bonus ligados a objetivos.
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Pablo Isla, el mejor pagado de España
Pablo Isla, consejero delegado de Inditex, es el directivo mejor pagado de España, superando, incluso, a Ana Botín, presidenta de Santander. En 2017 -últimos datos disponibles- percibió una remuneración total de 10,6 millones de euros, de los que 3,2 millones eran retribución variable. El primer espada de la mayor compañía textil del mundo percibió 6,5 millones de euros en efectivo y el resto en acciones del grupo.
La retribución de Isla y del resto de miembros del consejo está ligada a la consecución de los objetivos y depende de los resultados del grupo a largo plazo. En un escenario de cumplimiento estándar de objetivos, el peso de la retribución variable anualizada estaría en torno a un 60% de la compensación total. Y, aproximadamente un 20% de la retribución variable total se entregaría en acciones. En un escenario de sobrecumplimiento de objetivos, el bonus representaría en torno a un 70% de la compensación total, con un mayor peso del elemento a largo plazo. Más de un 25% de la retribución variable total se entrega en acciones.
Botín, la banquera estrella
Ana Botín, presidenta de Santander, es una de las mujeres más influyentes del mundo, según Forbes, y una de las mejor pagadas. En 2017 su sueldo -incluyendo la aportación a la pensión de 2,7 millones y un bonus de 2,1 millones en acciones- alcanzó los 10,5 millones de euros. De este montante total, recibió 5,6 millones en metálico.
Su número dos, el consejero delegado José Antonio Álvarez, cobro en 2017 algo más de 8,8 millones de euros. De éstos, 1,46 millones eran en concepto de bonus. El tercer directivo mejor remunerado del grupo es Rodrigo Echenique, vicepresidente, con 4,28 millones de euros, de los que 1,1 millones es retribución variable.
En Santander, el 40% del bonus depende del cumplimiento de valores corporativos y el 60% de objetivos de negocio
Desde 2017, Santander aplica un sistema de retribución basado en el desempeño del sistema MyContribution, que determina que el 40% del bonus dependa del cumplimiento de valores corporativos y el 60% de objetivos de negocio.
La junta general de accionistas de abril de 2017 aprobó una ratio máxima del 200% entre los componentes variables y fijos de la remuneración total para directivos, entre los que se incluyen los consejeros ejecutivos. Inversores y analistas valoraron positivamente la simplificación de la estructura de los componentes variables de la remuneración, la mejora del ajuste por riesgo ex ante de la retribución variable y el aumento de la ponderación de los elementos de largo plazo y las medidas plurianuales de desempeño, combinando de forma más efectiva los objetivos a corto y a largo plazo, integrados en la política de remuneración de consejeros.
Galán, a unos euros de rozar los 10 millones
La medalla de bronce para el tercer ejecutivo mejor pagado de España es para José Ignacio Sánchez Galán, presidente y consejero delegado de Iberdrola. En 2017 se embolsó 9,4 millones de euros, contando un bonus algo superior a los 3 millones de euros. El directivo se llevó 6 millones en efectivo y 3,4 millones en acciones de la eléctrica.
Por su parte, Francisco Martínez Córcoles, consejero-director general de Negocio, ganó un total de 2,6 millones, de los que 710.000 euros eran en concepto de remuneración variable.
Según la política de remuneración del grupo vasco, la remuneración fija debe estar en línea con la que se satisfaga en el mercado por compañías comparables por su capitalización, tamaño, estructura de propiedad e implantación internacional. Así, de cara a 2018, Galán tiene derecho a percibir una remuneración fija anual de 2.25 millones de euros, y Martínez Córcoles, de 1 millón.
Junto a ello, parte de la retribución es variable, con el fin de potenciar su compromiso con la Misión, Visión y Valores del grupo Iberdrola, sus objetivos estratégicos e incentivar el mejor desempeño de sus funciones. Para el presidente y consejero delegado, los objetivos a los que estará vinculado sus bonus son los beneficios del grupo, la evolución comparada con otros valores e índices, las políticas de igualdad, el compromiso y los resultados con la lucha contra el cambio climático y la gestión de la reputación corporativa y el buen gobierno corporativo.
La eléctrica pone límites al pago de sus altos directivos. La cantidad que destina anualmente en concepto de retribuciones a los consejeros está limitada a un importe máximo equivalente al 2% del beneficio obtenido en el ejercicio por el grupo consolidado, una vez se hayan cubierto la reserva legal y otras reservas obligatorias y se haya reconocido a los accionistas, al menos, un dividendo del 4 % del capital social, según consta en los estatutos del grupo.
El bonus de Francisco González, en el punto de mira
Francisco González, hasta finales de diciembre presidente de BBVA y actualmente en el punto de mira por el supuesto caso de espionaje que BBVA habría encargado al comisario José Manuel Villarejo, ganó 5,7 millones en 2017, un 18% más que el año anterior, de los que 1,45 fueron en concepto de bonus en acciones. Los restantes 3,9 millones fueron en efectivo. Además, el directivo, que actualmente ocupa la presidencia honorífica del banco, tendría pendiente el pago diferido de un bonus de en torno a 7 millones de euros, que podrían peligrar según cómo evolucione la investigación en torno a las escuchas ilegales.
El sueldo de Torres Vila superó el de González si se suman las aportaciones a su plan de pensiones
Por su parte, Carlos Torres Vila, que tomó el relevo de González en la presidencia, se embolsó en 2017, siendo consejero delegado del grupo, una remuneración total de 4,89 millones, incluido un bonus en acciones valoradas en 1,2 millones. A ello se suma una aportación que BBVA realizó al plan de ahorro a largo plazo del directivo por importe de 1,6 millones de euros. Con esta aportación el sueldo total de Vila supera al de González en 2017.
En su conjunto, los 15 miembros del consejo de administración de BBVA ganaron 16,50 millones en 2017, un 13,75% más que un año antes.
Tal como figura en el plan de remuneración del banco, el sistema de pago, como parte del sistema de gobierno corporativo, se basa en la creación de valor a largo plazo, y busca recompensar la consecución de resultados basados en una asunción prudente y responsable de riesgos. También señala sus objetivos de atraer y retener a los mejores profesionales, recompensar el nivel de responsabilidad y la trayectoria profesional, velar por la equidad interna y la competitividad externa, y asegurar la transparencia del modelo retributivo.
Álvarez Pallete recibe el triple que su consejero delegado
El presidente de Telefónica, José María Álvarez Pallete, figura en los listados de los directivos españoles mejor remunerados, con unos ingresos que en 2017 superaron los 6 millones de euros. El grueso de esta cantidad corresponde al bonus, que ascendió a unos 3,4 millones, mientras que 1,9 fueron abonados en concepto de salario. Por su parte, el consejero delegado, Ángel Vila Boix, cobró unos 2,1 millones de euros, de los que casi la mitad fueron recibidos en concepto de retribución variable. Tanto Pallete como Vila recibieron aportaciones a su plan de pensiones por valor de 673.000 y 478.000 euros, respectivamente.
La operadora española mantiene, en consonancia con las prácticas habituales entre las grandes empresas, un equilibrio entre los pagos anuales y los diferidos, tendente a lograr un mayor compromiso de su alta dirección con el buen desarrollo a largo plazo del negocio. "La remuneración variable a corto plazo se vincula a la consecución de una combinación de objetivos económico financieros, operativos y cualitativos concretos, predeterminados y cuantificables, alineados con el interés social y en línea con el Plan Estratégico de la Sociedad", señala la sociedad, que explica que los cuantitativos representan hasta un 80% del pago y los cualitativos el 20% restante.
En el ejercicio 2017, Telefónica manifestaba, asimismo, que estaba trabajando en un plan de incentivos a largo plazo, para asegurar la vinculación de sus directivos "con los objetivos estratégicos a largo plazo de la compañía, y alineen sus intereses con los de los accionistas".
El mayor pago de Maroto, en acciones
El consejero ejecutivo de Amadeus, Luis Maroto, cerró 2017 con una retribución muy próxima a los 5 millones de euros. De esta cantidad, solo 880.000 euros corresponden a su salario, mientras que el grueso de su retribución se divide entre la retribución variable y el pago en acciones, por los que recibió 1,13 y 2,7 millones de euros.
La compañía explica en su último Informe de Remuneraciones que el sistema de pagos de Maroto contempla un bonus anual cuya cuantía máxima se estipula en un 150% de su salario base. "De esta cantidad máxima, se concede el 25% si se ha alcanzado el umbral mínimo de cumplimiento en cada métrica, el 50% si se alcanza el nivel objetivo o target y aumenta hasta el 100% si se ha logrado un sobrecumplimiento de objetivos", explican.
En cuanto al plan de incentivos a largo plazo, que comprende una serie de derechos sobre acciones, puede recibir un máximo de títulos por valor de hasta el 200% de su salario base. Asimismo, la firma explica que “tiene derecho a determinadas prestaciones y retribuciones en especie”, entre las que se incluyen seguros médicos y de vida, vehículo y combustibles o dietas de manutención.
Los últimos salarios completos de Villaseca y Fainé
En el caso de Naturgy, el año de 2017 fue el último en el que Rafael Villaseca ejerció al completo como consejero delegado. En el ejercicio obtuvo una retribución total de 3,7 millones de euros, de los que 1,2 correspondieron a su salario y algo más de 1,8 a la retribución variable. En estas cantidades se incluye una aportación para el ahorro a largo plazo superior a los 300.000 euros.
La concesión del bonus anual se determina por la consecución de una serie de objetivos de carácter económico (que ponderan por el 50% del pago), de eficiencia (un 10%), de crecimiento de negocio (un 20%) y de calidad, seguridad y medio ambiente (el 20% restante). Así mismo, Villaseca también era acreedor de un bonus plurianual, ligado a la evolución del Ebitda de la compañía.
Por su parte, el que fue presidente de la compañía hasta el pasado febrero, Isidro Fainé, cobró 1,1 millones de euros, en concepto de salario fijo y de remuneración por pertenencia al consejo, a partes iguales.
Repsol restringe la venta de acciones
En la dirección de la petrolera Repsol, hasta tres personas recibieron durante 2017 remuneraciones superiores a los 3 millones de euros. Entre ellos se encuentra, obviamente, su presidente, Antonio Brufau, que se embolsó 3,08 millones en diferentes conceptos, entre los que destaca un pago fijo de 2,5 millones. Brufau también se benefició de la aportación de hasta 175.000 euros en primas a su seguro de vida.
También el secretario general y consejero ejecutivo, Luis Suárez de Lezo, alcanzó los 3,12 millones de euros de remuneración, de los que algo menos de un millón fue en concepto de salario, la retribución variable representó 1,57 millones y el pago en acciones unos 154.000 euros. A eso se añaden un cobro fijo, la remuneración por pertenencia a los consejos de Repsol y otros pagos.
Josu Jon Imaz se embolsó más de 4 millones de euros, más de la mitad en concepto de retribución variable
Por su parte, el consejero delegado, Josu Jon Imaz, sumó una retribución ligeramente superior a los 4 millones de euros, de los que 1,2 millones correspondieron al abono de su sueldo, otros 2,2 a la retribución variable y unos 187.000 euros al pago en acciones.
La compañía estableció durante ese ejercicio que hasta el 30% de la retribución variable al consejero delegado debía efectuarse en acciones y estableció una serie de restricciones a la posibilidad de que éste se desprendiera de esos títulos.
Borja Prado supera los 3 millones
En el caso de Endesa, los mayores pagos en 2017 fueron en beneficio de su presidente, Borja Prado. Con un salario de 1,13 millones de euros más un fijo de 188.000, Prado completó su remuneración con 1,8 millones de bonus variable y 288.000 euros en aportaciones a su plan de pensiones, que, junto a otras pequeñas cantidades totalizan unos pagos de 3,46 millones.
Por su parte, el consejero delegado de la compañía, José Damián Bogas, se embolsó 2,44 millones, de los que 737.000 euros correspondieron a salario, 1,34 millones los recibió en concepto de retribución variable y 319.000 euros fueron a parar a su sistema de ahorro a largo plazo.
En lo referido al bonus Endesa, como la mayor parte de las compañías, establece un sistema de pagos a corto y largo plazo, vinculados a la consecución de una serie de objetivos de negocio que pretenden reforzar el compromiso de sus directivos con el desarrollo de la compañía.
Además, el grupo gratifica a su consejero delegado con pagos en especie entre los que resalta la cobertura del gasto en electricidad, una poliza de asistencia sanitaria o la asignación un automóvil de empresa.
Los sueldos de Aena, limitados por la normativa estatal
El de Aena constituye un caso atípico en el contexto de las grandes empresas del Ibex, dado su carácter de compañía pública. Como explica el propio gestor de los aeropuertos españoles, esta situación condiciona los pagos a sus directivos, lo que provoca que estos se sitúen entre los peor pagados entre las empresas del Ibex.
Así, en 2017, José Manuel Vargas, que ocupó la presidencia hasta el mes de septiembre se hizo merecedor de unos pagos por valor de 129.000 euros, de los que solo 10.000 correspondieron al bonus variable y el resto a su salario. Su renuncia estuvo enmarcada, precisamente, por discusiones en torno a los salarios de la compañía, que limitaban su capacidad para retener talento.
Su sustituto en el cargo, Jaime García Legaz, recibió durante los poco menos de tres meses que ejerció al frente de la compañía en 2017 unos 34.000 euros: 31.000 como salario, 2.000 en variables y 1.000 en otros conceptos.
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