El presidente del PP, Pablo Casado, ha hecho un llamamiento a "aquellos que se fueron a buscar al PP fuera del PP y  no lo han encontrado ni lo van a encontrar. Este es el único, el verdadero y tenemos que volver a conquistar su confianza, porque esta es su casa. No les vamos a defraudar, que vuelvan ya al PP", ha agregado entre los aplausos de los suyos. Eso sí, "hay que salir a buscarlos, no esperar a que regresen. Tenemos que volver a hacer popular el partido".

En el acto de clausura de la convención popular ha dejado claras sus intenciones de futuro, esto es, "aunar todo lo que no sea izquierda", en un intento por frenar más sangrías de voto a Ciudadanos y a Vox. No le importa tanto las causas de la fragmentación del espacio de centro-derecha como sus "consecuencias". A España, ha dicho, "no le  va mejor con menos PP. Nunca le  ha ido mejor a los radicales. Menos PP es menos España, es más separatismo, populismo, más Otegi, más radicalidad, más sectarismo...". En definitiva, "cada voto menos para el PP es un paso más para los enemigos de la Nación".

La casa común del centro-derecha reformista

"Somos la casa común del centro derecha reformista y liberal al servicio de España", ha insistido con la mente puesta en los antiguos votantes del PP que se fugaron a Ciudadanos primero y, después, a Vox. Pero, sin embargo, frente a los que temían un "giro a la derecha" arrastrados por el partido de Santiago Abascal, el líder del PP ha matizado que para recuperar el espacio electoral perdido "no tenemos que
movernos de sitio, sino mantener esas raíces de nuestros valores, fortalecer el tronco de nuestros principios y ampliar las ramas de nuestras ideas para cobijar a más gente debajo".

No basta con ponerse el disfraz del PP ni versionar en un karaoke los temas populares"

A juicio de Casado, la nueva política que representan Albert Rivera o Santiago Abascal "ha traído poder a los nuevos partidos, pero no a los españoles", por eso "no hay alternativa a lo que representamos. Porque no basta con ponerse el disfraz del PP ni versionar en un karaoke los temas populares".

En un acto de reivindicación de su partido y tras apostar por una "mayoría centrada y con ambición de futuro, que quiera hacer cosas y que se una para hacerla",  rechaza "cordones sanitarios y exclusiones tácticas" que anteponen, en su opinión, "los intereses de España a un sectarismo egoísta".

Casado ha presentado un amplio y exhaustivo programa de gobierno para España, pero quizá lo más llamativo de su intervención han sido las constantes alusiones a un reagrupamiento del voto del centro-derecha, en un intento por recuperar la base electoral perdida.

Muchos quieren imitarnos, pero no les sale"

El PP "es el único que garantiza que una mayoría social de centro-derecha como la que hoy existe en España, se convierta realmente en un Gobierno de centro-derecha eficaz, como el que se necesita urgentemente". "Lo que no unan los electores en las urnas alrededor del PP -ha proseguido en un discurso constantemente interrumpido por los aplausos- puede quedarse sin unir,  porque los demás parecen ser incapaces de encontrarse. Quieren ser grandes pero hacen política pequeña.", añade con la mente puesta en la negativa de Ciudadanos a sentarse con Vox para hacer posible el relevo político en Andalucía.

Con el telón de fondo de las elecciones locales, autonómicas y europeas del 26 de mayo, que ha calificado de "decisivas para España", ha apostado por ser "un partido con raíces pero también ancho, abierto y auténtico. No  hay más PP que este. Muchos quieren imitarnos pero no les sale. Recuperemos nuestro orgullo. Quien quiera que gobierne el PP debe votar al PP".

Pasado y presente del PP

Casado ha conseguido con esta cita insuflar cierto optimismo a las filas del PP. Bien es cierto que la presidencia de la Junta de Andalucía ha hecho posible que, por vez primera en mucho tiempo, se abordara un cónclave de estas características "con algo que celebrar", no como el de abril del año pasado marcado por el futuro de la ya ex presidenta de la Comunidad de Madrid Cristina Cifuentes. Al tiempo, el líder popular tiene en su haber unir bajo el mismo techo no sólo el pasado y futuro del partido sino representantes de sectores que parecían irreconciliables, escenas que, en otros momentos, hubieran resultado impensables.

Si el viernes arrastró a Mariano Rajoy y a Soraya Sáenz de Santamaría hasta la conferencia política y, el sábado a José María Aznar, este domingo, durante el acto de clausura, compartían primeras y segundas filas del auditorio José María Aznar, Ana botella, María Dolores de Cospedal, Esperanza Aguirre y Manuel Pizarro, entre otros. Distinto es que las heridas estén cerradas. El "aplausómetro" fue determinante. La alusión de Pío García Escudero a Aznar cosechó de lejos muchos menos aplausos que la referencia a Rajoy.