El candidato a la alcaldía de Barcelona auspiciado, entre otras organizaciones, por Ciudadanos, Manuel Valls, cree que el partido de Albert Rivera "debe recuperar la centralidad politica" tras el pacto de coalición firmado en Andalucía con el PP y que ha salido adelante con los votos de Vox, de los que reniega el aspirante a regidor de la ciudad condal. En este sentido, respalda la estrategia del líder naranja de ir a una geometría variable tras las elecciones locales y autonómicas del próximo 26 de mayo, basado en "apostar por alianzas distintas según el sitio", bien a su izquierda con el PSOE o a su derecha con el PP.
Que el ex primer ministro francés rechaza cualquier acercamiento al "nacional-populismo", que, a su juicio, representa el partido de Santiago Abascal, Vox, ya lo dejó de manifiesto durante las negociaciones que llevaron al popular Juanma Moreno a la presidencia de la Junta de Andalucía. Este lunes, durante un encuentro en Barcelona con un grupo de periodistas ha afirmado que "prefiero no ser alcalde a pactar con Vox. No aceptaré su voto".
Aun consciente de la importancia que tiene el Ayuntamiento de Barcelona para desbaratar los planes del independentismo, admite que "si tengo que ser alcalde con el voto favorable de Vox sería un problema", aunque la presencia de los de Abascal en el consistorio catalán, que da por más que probable, permitiría variar el juego de mayorías en el consistorio, ahora gobernado por Ada Colau.
La formula que propone Valls es un gran pacto a tres con las otras dos fuerzas constitucionalistas, esto es, con el PSC y con el PP -"si saca representación", matiza- sin dejar que entren en esa ecuación ni los separatistas ni Vox, "que juega con el miedo y el temor" de los ciudadanos.
"Sánchez no quiere verme", dice de su antiguo compañero de la Internacional Socialista
El ex primer ministro francés ha hablado recientemente con el líder del PP, Pablo Casado, que aunque presenta candidatura a la alcaldía de Barcelona en la figura del empresario Josep Bou, pondrá sus concejales a disposición de Valls. En cambio, no ha sido posible contactar con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, a quien también ha pedido una reunión. "No quiere verme, pero la vida política es así", lamenta sobre su antiguo compañero de la Internacional Socialista. No obstante, viene a admitir contactos con otros miembros del gobierno.
Aunque asegura carecer de sondeos por entender que el escenario político "no esta completo" y resulta algo prematuro, se muestra convencido de que "hay partido y el objetivo es salir primero", ser el más votado. Cree que puede haber entre 200.000 y 400.000 catalanes que el próximo domingo 26 de mayo voten con la mente más puesta en el proyecto de ciudad que en clave independentista. Seguridad, vivienda, movilidad y lucha contra la pobreza serán los grandes ejes de su discurso para Barcelona. "A Colau no le pediré nada. Tiene la responsabilidad de la degradación de Barcelona" y, del mismo modo que no pactará con Vox por ser populismo de derechas, tampoco lo haría con los "comunes" por considerarlos populismo de izquierdas.
Eso sí, y a pesar de ser objetivo de Abascal, que se refiere a él con desprecio como "el francés", le gustaría que la misma indignación que hay con Vox cuando cuestiona el origen de alguien "lo haya con los supremacistas independentistas que, como Nuria Gispert, manda a Inés Arrimadas a que se vaya de Cataluña".
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