El PSOE de Pedro Sánchez prepara un ‘plan b’ para pactar tras las elecciones del 28 de abril después del contundente rechazo de Albert Rivera a la posibilidad de formar un Gobierno conjunto. Los socialistas contemplan la opción de alcanzar una mayoría parlamentaria en colaboración con Podemos, Esquerra Republicana de Cataluña y PNV. Pero para que esa alianza sume los votos necesarios, es imprescindible frenar el hundimiento electoral del partido de Pablo Iglesias. “No podéis bajar de 40 diputados”, les advierten los socialistas.
El PSOE maneja encuestas que le sitúan en torno a los 120 escaños; a Podemos en unos 40, a los independentistas catalanes en una docena y a los nacionalistas vascos en seis. Con esas cifras podrían reproducir la mayoría que dio el poder a Pedro Sánchez en la moción de censura sin tener que recurrir a los partidos del Grupo Mixto, como sí hizo en junio.
El hundimiento de Podemos, que sigue cayendo, haría inviable ese escenario. Por ese motivo, los socialistas reclaman a Pablo Iglesias que deje de cometer errores como romper su alianza en el Parlamento o dinamitar el Pacto de Toledo para frenar su sangría de votos. Para una alianza parlamentaria, el PSOE considera imprescindible que Podemos se mantenga en la horquilla de los 40 escaños.
Con ese objetivo, el PSOE y la Moncloa se avienen a ayudar a Podemos. Después de la competencia electoral que ambos partidos mantuvieron en 2015 y 2016, Pedro Sánchez viró el PSOE a la izquierda para dejar claro que los socialistas seguían siendo el partido hegemónico en ese espectro ideológico. Tras ganar esa batalla, Sánchez comenzó a colaborar con Pablo Iglesias para situar a Podemos como su "socio prioritario" frente al bloque de centro-derechas de PP y Ciudadanos que ahora se ve reforzado por Vox. El propio presidente del Gobierno lo expone así en sus memorias, Manual de Resistencia: "Los dos coincidimos en la necesidad de limar asperezas entre ambas organizaciones porque, respetando la autonomía de cada una, puede haber una competición cooperativa. En esa mayor sintonía, y el reconocimiento mutuo de méritos políticos, sin duda se halla el comienzo de una mejora en la relación que abonó el triunfo de la moción de censura en 2018", explica.
Esa "competición cooperativa", que recuerda mucho al concepto de "competencia virtuosa" de Íñigo Errejón, ha dado paso directamente al soporte electoral mutuo. Los socialistas han advertido a Podemos de que no puede cometer errores como la ruptura del Pacto de Toledo que protagonizó la semana pasada y que, a instancias del Gobierno, rectificó poco después. En Moncloa también están dispuestos a permitir que Podemos rentabilice electoralmente las últimas medidas del Gobierno en plena precampaña electoral.
Es el caso de real decreto que pretende aprobar para regular el precio del alquiler, cuya negociación está muy avanzada después de que Podemos lo tumbara en enero en el Parlamento. Para el partido de Pablo Iglesias sería un gran reclamo electoral. En una situación similar se encuentra el acuerdo sobre el decreto que recuperará el subsidio de desempleo para mayores de 52 años, otra de las propuestas que estaban contempladas en el pacto presupuestario entre ambos partidos. El miércoles pasado, el Gobierno y Unidos Podemos mantuvieron una reunión en el Congreso de los Diputados para avanzar en ambos decretos. El Ejecutivo pretende dar luz verde también al decreto que regulará la jornada laboral para evitar abusos de las horas extra que en muchos casos no se cobran ni se cotizan. Sería su forma cumplir parcialmente con su promesa de acabar con los “aspectos más lesivos” de la reforma laboral del PP.
El cuidado del PSOE hacia Podemos también se materializó el pasado miércoles en la sesión de control al Gobierno. La portavoz de Unidos Podemos, Irene Montero, aseguró que el PSOE es igual que el PP: “Ustedes llegaron al Gobierno a pesar de ustedes, primero gracias al empuje democrático de las mujeres y los pensionistas que salieron a la calle y luego por una moción de censura que no se creían”, aseguró, antes de reprochar que los presupuestos “sociales” del Gobierno “jamás se hubieran presentado” sin Podemos. “Salimos de estos ocho meses con una situación grave: la ruptura del diálogo en Cataluña, los Presupuestos de Rajoy y unos recortes que el Gobierno intenta colar por la puerta de atrás para impedir el gasto del 50% de los ministerios”, denunció.
La portavoz de Podemos denunció que esas órdenes de reducir el gasto es “exactamente lo mismo que hizo Cristóbal Montoro, que es traer los recortes y la austeridad por la puerta de atrás” y demuestran que el PSOE “no es de fiar” y “se comporta igual que el PP cuando nadie les ve”. “Por eso todo el mundo sabe que para tener un Gobierno que quiera mejorar la vida de la gente el voto útil es el de Podemos”, aseguró en el Parlamento.
En vez de arremeter contra ella, Sánchez enmarcó esas críticas en la precampaña electoral antes de “reconocer el apoyo y aporte de Unidos Podemos” a su Gobierno y de reprocharle que se hayan “equivocado” en decisiones como tumbar el real decreto para regular el precio de la vivienda o el bloque0 del Pacto de Toledo.
Según las últimas encuestas publicadas, el PSOE vencería en las elecciones generales del 28 de abril. Un sondeo de Abc divulgado ayer sitúa a los socialistas como primera fuerza con un 28,9 por ciento de votos, y 122 diputados. Desde enero, el partido de Sánchez ha subido 2,4 puntos y ha ganado otros 11 diputados, según las encuestas del periódico. Los socialistas rentabilizan así la caída de Ciudadanos, pero también la de Unidos Podemos, que frisa los resultados de la Izquierda Unida de Julio Anguita en 1996, con el 10,5 por ciento de votos y 21 escaños. Con este resultado tan pobre de Pablo Iglesias, Sánchez necesitaría también el apoyo de ERC, la antigua Convergencia, PNV y Bildu para sumar 177 diputados, uno más de la mayoría absoluta.
Según un sondeo de El Mundo el pasado domingo, el PSOE obtendría el 27,3 % de los votos (entre 110 y 114 escaños) y Unidos Podemos obtendría sólo el 14,4 % (37-39), La encuesta, efectuada por Sigma Dos a partir 1.200 entrevistas llevadas a cabo entre los días 19 y 22 de febrero, aventura el 19,1 % de los votos para el PP, entre 71 y 75 escaños; da un 16 % de votos a Cs, con entre 54 y 58 escaños, y a Vox, el 13,3 %, lo que representaría entre 44 y 46 escaños. Según la nueva encuesta de Sigma Dos, el 31,6 % de los encuestados apuesta por la coalición PSOE-Podemos y el 29,3 % prefiere el pacto PP-Cs-Vox, mientras que solo el 17 % se decanta por un pacto entre Sánchez y Rivera.
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