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El retorno de Iglesias: patriotismo auténtico frente a Vox y voto útil contra el PSOE

El líder de Podemos confía en reunir a 8.000 personas el sábado en su vuelta del permiso de paternidad

Pablo Iglesias, líder de Podemos.
Pablo Iglesias, líder de Podemos. | EP

El líder de Podemos, Pablo Iglesias, volverá este sábado a la primera línea de la política tras tres meses de permiso por paternidad con un gran acto el próximo sábado 23 de marzo en la plaza del Museo Reina Sofía de Madrid en el que el partido quiere congregar a unas 8.000 personas.

Los dirigentes de Podemos esperan que el anhelado regreso del secretario general y candidato sirva para remontar la moral de una organización sumida en el desánimo por la ruptura interna con el errejonismo y la debacle electoral que pronostican todas las encuestas después de solo cinco años de vida.

Con ese reto vuelve Iglesias, que este sábado iniciará una intensa precampaña electoral que debe hacer frente a dos graves amenazas: el auge de Vox, que le disputa el voto indignado, y la recuperación del PSOE, que rentabiliza la acción del Gobierno y la división de la oferta entre el electorado de derechas.

"Va a pronunciar un discurso bastante impactante, tanto por el contenido como por el enfoque, que nos va a permitir reconectar con el electorado, lanzar un mensaje de esperanza y un desafío a todos los partidos", anuncian fuentes del partido, que avanzan algunas ideas-fuerza de la campaña de Iglesias.

Podemos ha decidido no combatir a Vox con el discurso del miedo, que sólo beneficiaría al PSOE, e intentar disputarle el voto de los indignados. En 2015 y 2016, el partido de Pablo Iglesias superó los cinco millones de sufragios, muchos de ellos procedentes del movimiento 15-M y de sectores de la población enfadados por la crisis económica. Buena parte de ese malestar se canaliza ahora hacia Vox, que se presenta como nueva oferta impugnatoria del sistema.

Iglesias intentará desenmascarar a Vox denunciando que su discurso impugnatorio es sólo fachada y disputándole el patriotismo y la bandera de España. El mensaje se podría resumir con estas palabras: "Se presentan como patriotas, hablan mucho de España y lo que quieren es venderla. Privatizarán servicios y acabarán con derechos sociales. Si esos falsos patriotas llegan al poder venderán España y sólo se quedarán con la bandera". Con este guión, el candidato pretende demostrar que el partido de Abascal no tiene intención de combatir los poderes fácticos y reales del país, desde las grandes compañías hasta las cloacas del estado pasando por los bancos, y que Podemos es el único partido dispuesto a hacerlo.

El discurso frente al PSOE también huirá de la confrontación directa para apelar al voto útil. Como viene haciendo la portavoz parlamentaria, Irene Montero, en las últimas semanas, Iglesias asegurará que los socialistas no son de fiar y que sólo cumplen sus programas y sus promesas de mejoras sociales cuando Podemos les presiona. El mensaje central es la necesidad de votar a Podemos para "empujar" al PSOE hacia la socialdemocracia, ya que si pacta un Gobierno con Ciudadanos todas sus promesas electorales caerán en saco roto.

En esa línea, Podemos insistirá en que Pablo Iglesias fue el principal artífice del triunfo de la moción de censura que cambió el destino del PSOE de Pedro Sánchez para destacar su papel determinante en la pasada legislatura. Con el objetivo de convencer a dos millones de votantes -un millón que abandonó a Podemos en 2016 y otro procedente de abstencionistas y jóvenes que votan por primera vez- el candidato realizará un destacado ejercicio de propuestas programáticas y rentabilización de movimientos como el feminista del 8-M y el de jóvenes contra el cambio climático.

La dirección de la campaña de Podemos considera que el aumento de participación prevista, superior al 70%, puede beneficiarle, por lo que el candidato hará todo tipo de encuentros con medios de comunicación, entrevistas, mítines, foros y encuentros sectoriales.

Pablo Iglesias se reencontrará con las bases de Podemos en una plataforma circular situada en la plaza del museo Reina Sofía, que tiene un aforo de unas 4.000 personas. En autobuses fletados desde toda España llegarán 2.500, por lo que Podemos confía en reunir entre la plaza y los aledaños a unos 8.000 asistentes, que podrán seguir el acto a través de pantallas gigantes y de retransmisión en streaming. Le acompañarán los dirigentes de otras fuerzas políticas aliadas en las confluencias como IU, Equo, En Comú Podem o En Marea, junto a todos los candidatos y representantes de colectivos sociales.

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