Red Eléctrica quiere reinventarse. A medio camino entre la necesidad y la virtud, el grupo quiere dejar de tener una dependencia casi absoluta de los ingresos que le reporta su papel como gestor de la red de alta tensión y como operador del sistema eléctrico en España, y que hoy concentran en torno a un 95% de sus resultados.
El Gobierno prepara para el próximo año y siguientes un recorte de la retribución que recibe el grupo por su negocio regulado de electricidad, y que se paga a través del recibo de la luz. Así que si la compañía quería crecer (quería, y lo necesitaba) no tenía más opción que buscar otras actividades y otros mercados.
El 95% de sus resultados proviene del negocio regulado. El grupo aspira a bajarlo al 70% en cuatro años y al 50% en 2030
“Podíamos contemplar los cambios que vienen y resignarnos o reaccionar con un cambio total de estrategia”, explica Jordi Sevilla, presidente del Grupo Red Eléctrica. Va ganando la segunda de las opciones. Desde su entrada en el grupo el pasado julio, tras la llegada al Gobierno de Pedro Sánchez (REE tiene como mayor accionista al holding estatal SEPI con un 20%), el nuevo presidente ha impulsado el diseño de una nueva visión para la compañía que busca hacer realidad esa reinvención ineludible.
La hoja de ruta se articula en un nuevo plan estratégico hasta 2022, con el que la compañía busca reforzarse como actor clave del sistema eléctrico nacional a las puertas de la revolución que supondrá la transición energética y, al tiempo, convertirse en un líder tecnológico y de gestión de infraestructuras de telecomunicaciones tras la compra del grupo de satélites Hispasat.
“Con las nuevas condiciones de retribución que vienen, no es previsible que en los próximos diez años haya grandes crecimientos de ingresos con nuestro negocio regulado. Una empresa que cotiza en bolsa necesita crecimiento, y no iba a venir por la parte regulada de redes y de operador del sistema eléctrico”, apunta Sevilla. “La estrategia es crecer diversificándonos. El objetivo es que los accionistas cobren dividendos no sólo por los ingresos regulados, sino también por ser un grupo tecnológico y de infraestructuras de telecomunicaciones”.
Disparar el negocio no regulado
“En cuatro años Red Eléctrica será una compañía más grande, más diversificada y más internacionalizada”, proclama. Es el mensaje que pretende trasladar hoy a sus accionistas. Jordi Sevilla afronta su primera junta de accionistas, en la que los socios deben ratificar su nombramiento (formalmente el consejo de administración sólo lo ha propuesto aunque ya ejerza) y que supone una auténtica reválida del nuevo plan estratégico.
El negocio ajeno a la actividad regulada de redes eléctricas y de operador del sistema representa sólo un 5% de los resultados de la corporación. “Nuestra aspiración es elevarlo hasta el 30% en cuatro años. Y la tendencia debería llevarnos a un equilibrio de 50/50 en nuestras cuentas entre la parte regulada y la no regulada en el horizonte de 2030”, sentencia. El objetivo de Red Eléctrica es compensar los riesgos que conllevan cada una de sus dos almas, la de empresa semipública con un negocio hiperregulado y la de compañía del Ibex que quiere entrar en negocios de mercado.
"Si presenté una oferta por Hispasat es porque tenía cierta convicción de que el Gobierno va a aprobarla"
La diversificación pasa fundamentalmente por disparar su negocio de gestión de infraestructuras de telecomunicaciones. Red Eléctrica ya es actualmente el mayor operador español de fibra óptica oscura (con 34.000 kilómetros de red que alquila a terceros), y pretende crecer sobre todo en el exterior, con la vista puesta en Latinoamérica y Estados Unidos.
Una expansión en la que Hispasat pretende ser una palanca de ayuda, al estar ya muy asentada en el mercado latinoamericano y dar la posibilidad de ofrecer a los clientes la posibilidad de servicios integrados de fibra y satélites. El grupo acordó con Abertis comprar el 89,7% del capital de Hispasat por 949 millones de euros, frente a los 1.200 millones que la anterior dirección de Red Eléctrica comandada por José Folgado parecía dispuesta a pagar.
Buscar nuevos socios para sus filiales
La operación de compra aún está pendiente del visto bueno oficial del Gobierno, pero Sevilla lo da por seguro. “Si presenté una oferta por Hispasat es porque tenía cierta convicción de que el Gobierno va a apoyar la compra aprobándola”, sentencia el presidente, que antes de la operación sostuvo que la adquisición de la compañía de satélites no era una prioridad y que desestima, no obstante, que se trate de una imposición de Moncloa.
Red Eléctrica Corporación es la matriz que sirve de paraguas para las diferentes patas de negocio. De ella cuelgan Red Eléctrica de España (REE), la que gestiona la red de alta tensión en régimen de monopolio y opera el sistema eléctrico nacional; Restel, que será la propietaria de Hispasat; Reintel, la filial que se encarga de la red de fibra; y Red Eléctrica Internacional (REI), que concentra el negocio exterior del grupo, hoy centrado en redes eléctricas en Perú y Chile.
Los planes de la dirección de Red Eléctrica para las tres últimas sociedades, las que se ocupan de negocios no regulados, pasan por dar entrada a nuevos socios a medio plazo. De momento, la compañía no ha iniciado la búsqueda de inversores, y se lo plantean como una opción a partir del próximo año. Red Eléctrica se conforma con una posición mayoritaria del 51% en las sociedades. En el caso de Hispasat, el objetivo fundamental es sumar un socio tecnológico, no financiero.
3.200 millones para la revolución verde
El nuevo plan de Red Eléctrica incluye un programa de inversiones de 6.000 millones de euros en cinco años (en ellos se incluyen los 949 millones de la compra de Hispasat). Más de la mitad, hasta superar los 3.200 millones, se concentra en prepararse para la transición energética, la revolución que debe llevar a España hacia un sistema eléctrico sin emisiones de CO2 y que requerirá un auténtico boom de nuevas renovables en las próximas décadas. De ese importe, más de 1.500 millones están destinados específicamente a la integración de nuevas renovables.
Una revolución que obliga a repensar la red de cabo a rabo, a crear nuevas líneas además de los 45.000 kilómetros hoy operativos para llevarlas a los nuevos puntos de producción (el grupo acaba de poner en marcha un nuevo proceso público de planificación de nuevos tramos de red necesario hasta 2026), a modernizar y digitalizar las ya existentes para hacerlas más eficientes, a construir nuevas interconexiones con Francia y Portugal para reforzar la seguridad de suministro, a crear instalaciones de almacenamiento…
Nada de lo que plantea el plan estratégico es de izquierdas o de derechas, de un partido o de otro”
“Va a cambiar cómo se genera electricidad, cómo se consume, cómo se transporta… y se va a complicar la gestión de la oferta y la demanda. La transición energética es un desafío que no es posible sin REE”. Y es que aunque la clave de futuro del grupo es la de entrar nuevos negocios y diversificar sus fuentes de ingresos, el negocio central de la compañía, y el que le convierte en un actor clave en el sector eléctrico español, sigue siendo el de gestor del sistema eléctrico y el de responsable de la red de transporte de electricidad.
El enorme esfuerzo inversor programado por la compañía para los próximos seis años -ese montante total de 6.000 millones- ha llevado al grupo a hacer unas previsiones de resultados conservadora, con un ritmo de crecimiento anual del beneficio del 1% hasta 2022 (el año pasado ganó 704 millones, un 5,2% más). Y también puede acabar moderando el dividendo: tras el incremento del 7% de la retribución al accionista con cargo a las cuentas de 2019, hasta los 1,05 euros por acción, pero en los siguientes años sólo garantiza al menos 1 euro.
El plan y el 28-A
Con el Estado como principal accionista con un 20%, son los sucesivos gobiernos los que deciden el nombre del presidente de Red Eléctrica como sucede en otras empresas de titularidad pública o bajo control estatal. Jordi Sevilla -ex ministro con Zapatero y ex diputado socialista- recela de que se vea su actual cargo como una mera designación política.
“Hay quien dice que me ha nombrado Pedro Sánchez, pero son los accionistas los que me nombran mañana [por hoy]”. Son 45.000 los accionistas de la compañía. Además del 20% de SEPI, un 66% está en manos de inversores institucionales extranjeros, un 4% es de institucionales nacionales y un 10% son minoristas, según destacan desde el grupo.
A poco más de un mes de las elecciones generales del 28-A, y ante la posibilidad de un eventual cambio del signo del Gobierno tras los comicios, Sevilla (“con independencia de lo que pueda ocurrir conmigo, aunque no tengo por qué presuponer que el presidente vaya a cambiar”) está plenamente convencido de que el plan estratégico y de futuro del grupo se mantendrá sin cambios.
“He tenido contactos con los principales partidos políticos, les he mantenido bien informados del contenido del plan, de la estrategia de diversificación y crecimiento que estoy impulsando, incluso de la opción de compra de Hispasat, y ninguno me ha manifestado ninguna discrepancia”, explica el presidente. “Si hay cambio de Gobierno, el plan no está en peligro, se mantendrá. Nada de lo que planteamos en el plan estratégico para el futuro de Red Eléctrica es de izquierdas o de derechas, de un partido o de otro”.
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