Abascal había venido a Barcelona a abrazarse con Torra, y no a otra cosa. Un abrazo gladiador, entre el combate a muerte y el amor viril, de dos gladiadores de la Patria, de dos soldados enemigos por la misma mujer entoallada de banderas, o por mujeres vecinas o hermanas. Mujeres en todo caso de otro tiempo, de ésas que ya sólo están en las películas del neorrealismo italiano, la mujer nación, recia, sufriente, heroica y maquillada de agua hervida. Quiero decir que son los dos unos antiguos, capaces de hacer de Barcelona una Roma de Rossellini y hasta de su antagonismo una avenencia de cosmovisiones. ¿Quién es más rancio, más de derechas, más xenófobo, más mitológico? ¿Abascal o Torra? Los dos tienen su Patria herida, sus héroes de peto y alabarda y hasta su Colón particular. Los dos tienen el pendón suelto ante otro pendón suelto.
Para seguir leyendo Regístrate GRATIS
Identifícate o Regístrate con:
Te puede interesar
Lo más visto
- 1 Los chalecos de SDLE de menor nivel que Ucrania reclamó a Italia
- 2 El mitómano con alzhéimer y la ministra con mala leche
- 3 Aldama puede acabar con Sánchez
- 4 Sánchez mantiene línea de comunicación con Iglesias
- 5 Juan Lobato y la filtración de la discordia sobre el novio de Ayuso
- 6 Las encuestas castigan al PSOE tras la declaración de De Aldama
- 7 Hatamleh, NASA: "En el futuro nos casaremos con robots":
- 8 "Ucrania no puede ganar la guerra y tendrá que aceptar las pérdidas territoriales"
- 9 Alonso, la selección y la publicidad que ha dado fama a Finetwork