El PSOE ha elegido a Miquel Iceta para presidir el Senado, cámara en la que ha logrado la mayoría absoluta tras las elecciones generales del pasado 28 de abril. Iceta no es senador, por lo que tiene que ser designado por el Parlamento de Cataluña y en sustitución de quien ahora ocupa este cargo por el PSC, el expresidente de la Generalitat José Montilla, según han confirmado los socialistas catalanes. El PSC ha confirmado que Iceta "ha recibido la propuesta del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, de presidir el Senado" y apuntan a que ahora deberá seguir los trámites previstos para que sea designado senador autonómico.
Unos trámites que según algunas fuentes parlamentarias podrían solventarse mañana mismo. Si Montilla renuncia al acta de senador hoy, el PSC podría proponer que el Parlament -reunido en sesión plenaria ordinaria hoy y mañana- vote el nombramiento de Iceta, previa aprobación por parte de la Mesa del cambio en el orden del día del jueves. De hecho, esos deben ser los plazos si Miquel Iceta quiere ser senador cuando se constituyan las Cortes, puesto que el Parlament no volverá a reunirse hasta después de la campaña electoral para las municipales y europeas que empieza a medianoche del jueves.
La elección de Iceta solo puede ser leída en clave de política territorial. Tras la insistencia de PP y Cs en la aplicación de un nuevo 155 en Cataluña durante toda la campaña electoral, Pedro Sánchez opta por poner al frente de la Cámara Alta al socialista que más firmemente se opone a esta medida, el líder del PSC. Iceta será pues un garante contra el 155. Una amenaza que de todos modos no tendría recorrido en un Senado controlado ahora por los socialistas, aunque Pablo Casado advirtió tras las elecciones que llevaría la propuesta a la Cámara Alta "para que el PSOE se retrate".
El primer secretario del PSC ha sido durante los últimos dos años una persona clave en la definición de la política del PSOE respecto a la crisis territorial catalana. Advirtió a Pedro Sánchez contra la tentación de ofrecer a los independentistas promesas de índole económica o política que hubieran sido rechazadas antes del 1-O, apoyó la aplicación del 155 cuando Sánchez ofreció respaldo a Mariano Rajoy tras la declaración de independencia y ha buscado reabrir el diálogo con la Generalitat desde el Parlament para restablecer puentes tras la moción de censura.
Hasta ahora, sin embargo, Iceta siempre había defendido en público su papel como líder de los socialistas catalanes, insistiendo en que las decisiones adoptadas desde la Moncloa o Ferraz corresponden a la dirección del PSOE. A partir de ahora, con un cargo de máxima responsabilidad en las Cortes, deberá dejar de lado ese discurso.
La salida de Iceta del Parlament -que se suma a la Inés Arrimadas como líder de la oposición- deja a los socialistas catalanes sin una voz prácticamente omnipresente y con una autoridad más que contrastada para hablar de la estrategia del socialismo frente al desafío independentista. La ejecutiva ampliada del PSC se reunirá esta tarde en la sede del partido para acordar los cambios en la dirección del partido y, sobre todo, del grupo socialista en el Parlament.
Restructuración en el Parlament
La hasta ahora portavoz del grupo, Eva Granados, es a priori la mejor situada para sustituir a Iceta como presidenta del grupo, que cuenta en su dirección también con Ferran Pedret -el portavoz en materia jurídica, con un papel clave en los plenos del 6 y 7 de septiembre- y Alicia Romero -portavoz económica-.
A nivel interno, el secretario de Organización Salvador Illa, que accedió al cargo de la mano de Iceta en el último congreso del partido, seguirá siendo probablemente el baluarte del primer secretario en el partido. Responsable de la campaña electoral de las generales, que se ha saldado con un éxito notable de los socialistas en Cataluña, se enfrenta ahora al segundo asalto electoral, éste mucho más delicado para el PSC, en las municipales.
A priori las encuestas auguran buenos resultados a los socialistas en sus principales alcaldías y el nuevo secretario de Organización ha conseguido revertir la tendencia negativa de comicios anteriores presentando listas en todas las capitales de comarca de Cataluña, algo que no se consiguió en 2015. Si las buenas expectativas se cumplen, especialmente manteniendo las alcaldías de Tarragona y Lleida y consiguiendo un buen resultado en Barcelona, Illa no tendrá problemas al frente del partido pese a la ausencia de Iceta. Si la apuesta por Jaume Collboni en Barcelona -pese a las voces críticas que hace unos meses presionaban para sustituir al candidato en la capital catalana- resulta fallida, Iceta habrá dado el salto a Madrid con un serio problema en su retaguardia.
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