Los mercados financieros viven momentos de confusión. El retorno de la amenaza de la guerra comercial entre Estados Unidos y China ha provocado un brusco frenazo para unas bolsas internacionales que habían registrado un inicio de 2019 notable.
En un momento en que los temores vuelven a centrarse en la posibilidad de un descarrilamiento del crecimiento mundial, son pocas las excepciones que han escapado del descalabro general. Pero entre ellas pocas han alcanzado en los últimos días el protagonismo de Beyond Meat. El fabricante de hamburguesas sin carne, elaboradas a partir de vegetales, protagonizó el pasado jueves el mejor estreno del año en Wall Street, con ganancias que alcanzaron el 163%, y en las tres sesiones posteriores llegó a triplicar el precio de su salida a bolsa, llevando su valoración por encima de los 4.623 millones de dólares (4.116 millones de euros), más de 50 veces los ingresos registrados en 2018.
El afán de los inversores para hacerse con los títulos de Beyond Meat evidencia, sin embargo, la expectativa de que el grupo pueda convertirse en uno de los grandes vencedores del boom de la comida vegana. No en vano, la firma de análisis Bernstein pronosticaba recientemente que el grupo estadounidense podría multiplicar durante la próxima década sus ventas en más de 22 veces, hasta superar los 2.000 millones de dólares (1.780 millones de euros), solo con hacerse con un 5% de un mercado global que, auguran, moverá alrededor de 40.500 millones de dólares (alrededor de 36.000 millones de euros) en 2028.
El potencial que se esconde detrás de esas cifras no pasa desapercibido para los mercados, que hace tiempo que vienen vigilando la evolución de los hábitos alimenticios a nivel global para detectar las tendencias ganadoras. Y pocos parecen dudar de que la elaboración de productos sustitutivos de la carne en la dieta experimentará un crecimiento exponencial en los próximos años.
La firma de análisis Bernstein pronostica que el mercado de sustitutivos de la carne moverá 40.500 millones en 2028
El mercado de sustitutivos de la carne se valoró en 4.200 millones de dólares en 2017 y estimaciones más prudentes que las de Bernstein le auguran tasas de crecimiento anuales del 7,7% de media hasta 2025, cuando alcanzaría los 7.500 millones, según previsiones de Research and Markets. En este auge convergen varios factores: el crecimiento de la población (y el mayor poder adquisitivo de los países emergentes), que llevarían, de no mediar un cambio sustancial en las dietas globales, a un auge del consumo de carne de hasta el 45% para 2030, un ritmo difícilmente sostenible; la creciente preocupación entre los consumidores por el impacto de su dieta en la salud; y la incipiente preocupación de gobiernos, empresas y consumidores por el impacto medioambiental de los hábitos de consumo actuales.
"Los sistemas alimentarios contribuyen con aproximadamente el 26% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero hechas por el hombre, son responsables del 70% de la demanda de agua, causan el 75% de la deforestación y degradación de la tierra y son una fuente clave de pérdida de biodiversidad marina", advierte un informe reciente de Bank of America.
En ese contexto son varias las alternativas que empiezan a plantearse en los mercados y que van desde la elaboración de carne de laboratorio -cuyos elevados precios iniciales se han ido reduciendo vertiginósamente en los últimos años- hasta la generalización de los productos a base de insectos como fuente alternativa de proteínas en las dietas.
Pero frente a estas opciones hasta ahora más extravagantes -al menos en el mundo occidental- lo que sí ha experimentado un claro auge en los últimos tiempos han sido las prácticas alimentarias que excluyen la carne de sus dietas, como el veganismo o el vegetarianismo. Sin ir más lejos, en Reino Unido se estima que las dietas veganas han crecido un 360% en la última década. Y si bien este tipo de dietas sigue siendo minoritario a nivel global, el impulso de los denominados "flexitarianos" -los que siguen una dieta fundamentalmente vegetal, con aportes de carne ocasionales- representa la clara muestra de que, al menos entre las generaciones más jóvenes, la tendencia es a reducir el consumo de carne animal.
"En los últimos años, hemos visto a más consumidores que adoptan dietas veganas, vegetarianas o flexitarianas en un intento por reducir su consumo de carne, lo que resulta en que el 70% de la población mundial está reduciendo su consumo de carne o eliminándola por completo", indica Amanda O'Toole, gestora de Axa WF Framlington Clean Economy.ç
Sin un cambio en las dietas, el consumo de carne a nivel global se elevaría a un ritmo insostenible del 45% hasta 2030
No es casualidad que en los últimos tiempos, gigantes de la alimentación como Burger King o Nestlé se hayan sumido en iniciativas para acercar a sus clientes distintas variedades de hamburguesas vegetales.
Con estas perspectivas, cada vez son más las firmas de inversión que apuntan hacia los fabricantes de productos alternativos a la carne como claras oportunidades a largo plazo. Para facilitar la inversión en este tipo de productos, Beyond Advisors lanzó el pasado verano un fondo cotizado (ETF) denominado US Vegan Climate Index, un producto centrado en las grandes compañías del mercado estadounidense, de las que excluye aquellas involucradas "en la explotación animal, la industria de defensa, los abusos contra los derechos humanos, la extracción de combustibles fósiles y la producción de energía y otras actividades perjudiciales para el medio ambiente". Sin embargo, su enfoque es tan amplio que entre sus mayores posiciones destacan compañías como Apple, Microsoft, Alphabet o Facebook, cuya relación con las tendencias alimentarias es nula.
Por eso, para aquellos inversores que buscan hacer una apuesta decidida por este tipo de productos, además de los fondos temáticos centrados en la sostenibilidad, la opción más evidente es la inversión directa en las empresas que como Beyond Meat han hecho de ésta una de sus principales vías de negocio. Aunque algunas de las empresas más destacas en la producción de alimentos para veganos no cotizan en bolsa, como es el caso de Impossible Foods, es posible detectar en los mercados compañías que cuentan con, al menos, un área de negocio centrado en el desarrollo de productos alimenticios para veganos.
Entre éstos, han ganado peso en los últimos años algunos grandes grupos del mercado de alimentación como Danone, Unilever o Campbell, aunque esta rama representa aún una parte muy minoritaria dentro de sus carteras de productos. Otras empresas más pequeñas, como Tofutti Brands, Hain Celestial Group o Pinnacle Foods han incorporado a su cartera en mayor o menor proporción productos aptos para las personas que buscan alejar de su dieta los alimentos de origen animal.
Un repaso a la evolución bursátil de estas compañías no muestra un escenario especialmente positivo. Como suele ocurrir en una fase incipiente de un negocio, sus muchas las probaturas y escasos los casos de éxito. Además, las particularidades de cada una de las compañías que se han adentrado en la industria de los productos alimenticios para veganos y su exposición a negocios diversos, no siempre enfocados a la alimentación sostenible, hace difícil extraer conclusiones.
Y en cualquier caso, el espectacular arranque en bolsa de Beyond Meat -aunque suavizado en las últimas jornadas- surge ahora como clara demostración de que los inversores sí confían en que esta tendencia es algo más que una moda pasajera.
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