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Robles y Borrell enfrían la tensión con EEUU tras la retirada de la fragata

La ministra de Defensa ha justificado la decisión del Gobierno alegando que Estados Unidos ha decidido un cambio de misión unilateral hacia las costas iraníes sin pactarlo con España

Robles y Borrell enfrían la tensión con EEUU tras la retirada de la fragata
La ministra de Defensa, Margarita Robles, en una visita a la base de Morón. | EFE

Las reacciones a la decisión del Ministerio de Defensa de retirar la fragata Méndez Núñez del grupo de combate liderado por el portaaviones de EEUU Uss Abraham Lincoln en aguas del golfo Pérsico no se han hecho esperar, sobre todo ante la evidente escalada de tensión entre Washington e Irán.

Y aunque Margarita Robles ha anunciado que la medida es "temporal y provisional", se ha visto obligada a calmar las aguas asegurando que la decisión del Ejecutivo se encuadra "dentro de la normalidad".

La ministra ha justificado en Bruselas el desvío del navío alegando que el cambio de misión de Estados Unidos para presionar a Irán "excede lo pactado" en el acuerdo suscrito entre ambos países en el quinto centenario de la vuelta al mundo cuyo objetivo era, precisamente, dar la vuelta al mundo visitando 28 puertos.

"Nosotros no le reprochamos en este momento al Gobierno de los Estados Unidos que se haya salido del acuerdo que habían firmado (con España) sino que los respetamos. Obviamente ellos tienen que respetar también que nosotros estemos estrictamente a los términos del acuerdo que firmamos", ha subrayado la titular de Defensa en funciones en declaraciones en Bruselas.

Además, Margarita Robles ha asegurado que España no tiene "nada que decir" sobre la decisión del Gobierno estadounidense, pero ha insistido en que España no participará en su misión de "entrar en el Golfo".

En esta línea, la ministra en funciones ha asegurado que el Gobierno español volverá a la normalidad cuando Washington vuelva a a alejar de las costas iraníes sus buques. "Cuando volvamos a la misión pactada con EEUU, continuaremos", ha aclarado.

El Gobierno no tiene nada que decir sobre la decisión de EEUU, pero España no va a entrar en el golfo Pérsico

Este martes, Josep Borrell también ha salido al paso de la titular de Defensa para aclarar la polémica, y ha tratado de quitar hierro al asunto pidiendo "no tomarse a la tremenda" esta decisión.

Para el cabeza de lista del PSOE al Parlamento Europeo es mejor "no entrar en arenas movedizas" en este ámbito porque "está claro que es una situación complicada la que vivimos en esas zonas del mundo", esquivando las preguntas al respecto durante su participación en un desayuno informativo este martes.

Respecto a la escalada de tensión entre Washington y Teherán, el aún titular de Asuntos Exteriores ha ratificado lo estipulado por la Agencia Internacional de la Energía Atómica al considerar que EEUU "no tiene motivos para denunciar" el acuerdo nuclear, porque Irán lo ha cumplido "escrupulosamente".

Borrell ha insistido en que esta región de Oriente próximo no ha acometido la ruptura que denuncia Trump y que, en caso de que así hubiese sido, hubiesen sido los europeos "los primeros amenazados".

Escalada de tensión

El pasado 5 de mayo, el asesor de Seguridad Nacional de la Casablanca, John Bolton, anunció el despliegue de portaaviones y varios bombarderos a Oriente próximo, una decisión confirmada por Patrick Shanahan, secretario interino de Defensa de Estados Unidos.

De acuerdo con información adelantada por El País, el grupo de combate ya habría cruzado el estrecho de Bab el Mandeb -que une el Mar Rojo con el océano Índico- en dirección al estrecho de Ormuz, donde arribará ya sin la presencia de España. El USS Abraham Lincoln busca contrarrestar "señales claras" de amenazas por parte de Irán en la región.

Las tensiones entre Washington y Teherán comenzaron a crecer coincidiendo con el primer aniversario de abandono del pacto nuclear de 2015 por parte de Trump, quien consideró que Irán no estaba cumpliendo los compromisos al no detener el desarrollo de su programa de misiles y no abandonar su influencia en conflictos de la región.

Desde entonces, el Gobierno estadounidense no ha cesado en su afán por 'atacar' a Irán, por ejemplo amenazando con sancionar a todo país que compre petróleo iraní. Los países europeos firmantes del acuerdo se opusieron desde un primer momento a la salida de Trump, tratando de mantenerlo a flote impulsando medidas que rebajasen el impacto de las sanciones de EEUU contra las República Islámica.

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