Y el reparto de carteras rompió la buena sintonía de Almeida y Villacís. Los equipos negociadores de PP y Ciudadanos arribaban a la reunión de este viernes con "optimismo". De ella debía desprenderse un principio de acuerdo que decantase, casi con toda seguridad, una coalición de centro-derecha en el Palacio de Cibeles -a falta de conocer, claro está, la postura favorable o no de Vox-. Y nada más lejos de la realidad.
Lo que debía haber sido una cita para presentar de manera conjunta unas líneas programáticas con el objetivo de poner en común materias centrales como impuestos, seguridad o servicios que diesen forma a un programa conjunto sobre el que sustentar una posible legislatura, ha terminado en una serie de acusaciones cruzadas. Y la reunión de hoy, lejos de estrechar aún más el cerco, ha terminado en bronca manifiesta entre ambas formaciones.
Y no ha habido entendimiento porque, según el secretario general del grupo parlamentario de Ciudadanos, Miguel Gutiérrez, "el PP solo ha hablado de sillones, no de reformas", mientras que Ciudadanos ha llevado "un acuerdo en papel" para hablar de "programas".
Gutiérrez, que ha atendido a los medios tras el encuentro, no entiende la postura del equipo liderado hoy por Andrea Levy. Defiende que es "poco serio" que no hayan llevado a una cita en la que se suponía fundamental poner en común los diferentes programas ni una sola medida y que, a cambio, solo hayan querido ratificar el apoyo de los naranjas al nombre de Almeida como alcalde. "Estamos acostumbrados, están obsesionados con las sillas, las concejalías, las alcaldías", mientras que "nosotros hemos traído una carpeta con puntos de programa", apostillaba.
En concreto, los naranjas llevaban el decálogo que la formación aprobó por unanimidad en el comité ejecutivo del pasado lunes, además de un documento de 55 puntos con medidas programáticas concretas sobre Madrid que "condicionan las formas políticas que se desarrollarán en Madrid a partir de la semana que viene". Entre ellas se incluían, en definitiva, las políticas que pondrían "punto y final" a cuatro años de gestión de Manuela Carmena.
Pero nada de ello importaba si no se respondía a la pregunta primaria para los populares en el día de hoy: si Ciudadanos dará el visto bueno a la candidatura de José Luis Martínez Almeida el próximo 15 de junio. El silencio de los naranjas a responder porque "hoy se debatían los programas" impidió el avance del resto de negociaciones.
Las alarmas han saltado hoy en las filas populares. Ciudadanos defendió desde el minuto uno el acceso al sillón de la alcaldía de Begoña Villacís, pero desde la dirección nacional no existía esa petición expresamente. De hecho, durante la reunión de hoy, Gutiérrez ni si quiera ha puesto encima de la mesa la investidura de Villacís, aunque Andrea Levy sí ha dejado caer las pretensiones naranjas: "Es razonable que nos gustaría que nuestros cargos electos tengan responsabilidades en el Gobierno" pero "hoy no es lo que nos preocupa".
Levy ha salido contrariada de una reunión de la que esperaban que los naranjas diesen hoy su brazo a torcer respecto a la candidatura del popular en Madrid. Sin hablar de sus líneas programáticas, Levy ha comparecido criticando que Ciudadanos sigue instalado en una "indefinición" para formar un gobierno alternativo al de Manuela Carmena, al tiempo que les instaba a "decidir el sábado a quién apoyar" en relación a las negociaciones fallidas de investidura de Martínez Almeida.
Desde Ciudadanos ya han garantizado que eso no sucederá y que lo que está claro es que "el próximo domingo acaba la etapa Carmena". Lo que no esperaban las filas populares es que Ciudadanos se guardara un as bajo la manga para lograr una de sus máximas pretensiones: obtener algún puesto de máximo nivel, sin especificar cuál. O la Comunidad o el Ayuntamiento, justo el trueque que le ofertaron los socialistas de Ángel Gabilondo a la candidata naranja y que ya fue descartada por la dirección.
Ciudadanos no logró en las pasadas elecciones el ansiado sorpasso que habían previsto. Pero su papel es capital en varias autonomías y decenas de ayuntamientos, incluido el bastión por excelencia.
Pese al desencuentro de hoy, ambos equipos coinciden en que volverán a reunirse la próxima semana para tratar de encarrilar la situación. Pero el PP lo tiene claro. Solo volverán a sentarse con una premisa, y es que las negociaciones programáticas se produzcan en torno a la prioridad de que Almeida sea alcalde.
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