Gobierno de "cooperación" entre PSOE y Unidas Podemos sí, pero de "cooperación y desarrollo". Los socialistas siguen pensando que la entrada al Ejecutivo de Pablo Iglesias y los suyos es un mal negocio "porque no suma" para la investidura ni para la gobernabilidad, muy al contrario, pero se les puede dar como premio de consolación asuntos que tengan que ver con cuestiones sociales, como cooperación y desarrollo, la lucha contra la pobreza o la violencia de género. De esa manera no espantarían el apoyo del PNV, con seis escaños, o de Coalición Canaria, cuyos dos votos pueden ser fundamentales para la investidura, pero siempre y cuando Sánchez no dé cabida a los de Pablo Iglesias en el Ejecutivo.
La diputada canaria Ana Oramas lo dejó muy claro tras reunirse con Don Felipe en la ronda de consultas para encargar la formación de Gobierno: "He trasladado al rey que no facilitaremos un Gobierno de coalición ni un acuerdo programático con Podemos". El PNV no pone, sin embargo, cordones sanitarios. Aunque el tema del Gobierno de Navarra interfiere en la votación de investidura, sólo falta dar con la tecla adecuada para que éstos presten su apoyo, aunque sea a costa de transferir al País Vasco la competencia en Instituciones Penitenciarias.
En su primera reunión en Moncloa Sánchez ya rebajó las expectativas de Iglesias a cargos y responsabilidades de segundo nivel, a pesar de que el "morado" llegó a exigir la presidencia del Congreso de los Diputados para Podemos, una de las altas instituciones del Estado, si no había ministerios para ellos. Luego hubo una reunión secreta en Galapagar, revelada por El Independiente, a la que ya no acudió el ahora ex secretario de Organización Pablo Echenique, donde se debatió sobre el reparto de poder.
Rivera admite en un documento interno pactos con Sánchez en educación o despoblación
Pero el presidente del Gobierno en funciones prefiere un gobierno "monocolor" que le permita practicar un especie de geometría variable, a su izquierda o su derecha. Sabe, por ejemplo, que con Ciudadanos puede pactar cuestiones relativas a Educación o despoblación, como reconoce la formación "naranja" en un argumentario interno que ha enviado a sus dirigentes y cargos medios. "Pedro Sánchez ya tiene los apoyos a su investidura con Podemos y el resto de sus socios", dice el texto, para añadir que "eso no quiere decir que no nos sentemos a hablar con él para pactos nacionales como el de Educación o despoblación. Estaremos dispuestos a sentarnos con el Gobierno y el resto de los partidos".
Además, otra cosa sería que Podemos le garantizara la mayoría absoluta. Los socialistas piensan que no tiene sentido quedar "presos" por un pacto con Iglesias cuando van a seguir necesitando de apoyos externos para sacar adelante asuntos de tanta importancia como los Presupuestos Generales del Estado.
Actualmente están prorrogados los de 2018 y necesitan imperiosamente sacar los del año que viene si es antes es investido jefe del Ejecutivo. Pero "algo tiene que dar a Podemos", apuntan fuentes de la formación de Iglesias, quien, pro su parte, ha tragado con lo del "gobierno de cooperación".
Moncloa y PP coinciden en su oferta a Podemos y a Vox, respectivamente
Curiosamente, la fórmula elegida por Moncloa para Podemos es muy parecida a la del PP con Vox en la Comunidad de Madrid. "Segundo nivel, observatorios, agencias, fundaciones...", esto es, toda la pléyade de organismos públicos donde situar a miembros de Podemos en caso de la administración central, o de Vox, en la autonómica madrileña. En el famoso documento "de trabajo" que Isabel Díaz Ayuso y Rocío Monasterio firmaron este martes "no se ha acordado nada sobre consejerías", aseguran fuentes del PP. Cuando lo más fácil sería dar a conocer el contenido del mismo, se impone la confusión y las escaramuzas.
Por su parte, los socialistas juegan a la "ducha escocesa". Un día amenazan con una repetición electoral y otro especulan con la entrada de Podemos al Ejecutivo. El secretario de Organización socialista y ministro de Fomento en funciones, José Luis Ábalos, abrió yer la puerta a Iglesias porque “uno tiene que contar con aquellos que quieren colaborar” en la gobernabilidad, aunque de forma casi inmediata fuentes socialistas matizaban que esa es una decisión que corresponde a Sánchez y que desconoce su "número dos" en el PSOE.
Contradicciones sobre la abstención
Asimismo, ya no hacen ascos a que la investidura prospere con la abstención de los independentistas de ERC. A fin de cuentas ya tienen la coartada de que tanto PP como Ciudadanos se han negado a facilitar esa votación, que necesita tan sólo de mayoría simple en segunda vuelta. Tras dar versiones contradictorias respecto a si Sánchez pidió a Pablo Casado y a Albert Rivera su abstención -éstos lo niegan mientras que la portavoz parlamentaria socialista, Adriana Lastra, asegura que hubo la propuesta- Moncloa se siente legitimada para defender la abstención de los republicanos independentistas.
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