Se acabaron los tanteos. La hora de las decisiones se activará definitivamente mañana, cuando el reloj comience a correr. Lo hará en una secuencia de diez días que serán determinantes no sólo para el futuro de Navarra sino de alguna manera también para el gobierno de España. A las 11.00 horas está convocada la sesión plenaria que debe constituir el Parlamento foral y después se activarán los plazos para la conformación del futuro y complicado gobierno foral.
La presidencia que salga elegida deberá abordar de inmediato una ronda de contactos con todos los partidos para explorar si existen candidato con apoyos suficientes para ser elegidos. El plazo de semana y media que se le concede para ello tendría que desembocar, en el mejor de los casos, en la celebración de un pleno de investidura a comienzos de julio, que podría tener lugar en torno al día 3, apenas tres días antes del inicio de las fiestas de San Fermín.
Quizá más de uno le ponga esos días una vela al santo para que le oriente en la compleja toma de decisiones. Algunas tendrán un coste político evidente, tanto en un sentido como en el inverso. Para formaciones como el PSN cada paso puede ser determinante y el primero lo debe dar mañana. Será el primer precipicio al que se enfrentará.
Mañana el PSN tiene su primer órdago, facilitar la presidencia del Parlamento a Geroa Bai y permitir una secretaría a EH Bildu
A un lado, Navarra Suma, la formación que integra a UPN, PPN y Cs y que se ha impuesto con diferencia en las elecciones autonómicas, logrando 20 de los 50 escaños del Parlamento. Al otro, el PSN con 11 escaños y liderando la oposición pero que deberá apoyarse en el denominado ‘cuatripartito’ -que ha gobernado la comunidad foral los últimos cuatro años- si quiere asumir el Ejecutivo. Entre sus necesarios aliados estaría Geroa Bai (9 escaños), Podemos (2), Izquierda-Ezkerra (1) y el que más le incomoda: EH Bildu, con siete asientos en la cámara foral. La candidata socialista, María Chivite insiste en que quiere optar a la presidencia de Navarra y que para ello nunca recurrirá a dialogar o pactar con la izquierda abertzale.
Desconfianza y reproches
Pero los diez días clave de Navarra se vivirán en un clima de desconfianza, reproches y alejamientos que complicarán mucho el camino hacia el poder de Chivite. La ronda de contactos previa con tres de las cinco formaciones con representación en el Parlamento, de la que excluyó a EH Bildu, parecía haber superado las reticencias iniciales en Ferraz. Pero el sábado, el fuego se activó con la conformación de los ayuntamientos en Navarra. La salida de la candidata del PSN a la alcaldía de Pamplona, Maite Esporrín, protegida y entre insultos, escenificó el contexto en el que se tienen que intentar tejer alianzas ahora entre socialistas y abertzales navarros.
Mañana Chivite deberá superar el segundo órdago. Estas últimas horas las reuniones y contactos entre partidos están siendo constantes. La primera reunión celebrada esta mañana entre PSE, Geroa Bai, Podemos e I-E se ha cerrado sin acuerdo. Los socialistas por ahora no acceder a ceder la presidencia del Parlamento, que reclaman para sí ni a facilitar la entrada de EH Bildu en la Mesa como le reclama la marca navarra del PNV. Por el momento todas las partes se han citado a nuevos encuentros para las próximas horas antes del inicio del Pleno previsto para las 11.00 horas de mañana.
Quienes tendrán que apoyarle para ser presidenta, fundamentalmente Geroa Bai y EH Bildu, parece al menos que han accedido a enfríar el malestar que generó la constitución de los consistorios. Pero ahora exigen gestos al PSN. El más complicado es el relativo a la composición de la Mesa de la Cámara que se vota mañana. Geroa Bai quiere disputar la presidencia al PSE y habla de "línea roja" al referirse a la necesidad de incluir a EH Bildu en una de las dos secretarías. La líder de Geroa Bai, Uxue Barkos, ya ha trasladado su propuesta: la presidencia para ellos, una vicepresidencia para el PSN y otra para Navarra Suma y una secretaría para EH Bildu y otra par NA+.
La ronda de contactos que concluirá el 29 de junio debería alumbrar una candidatura a presidir Navarra en un pleno a comienzos de julio
Un ofrecimiento que suena más a amenaza que a propuesta. Barkos ha dejado claro que “la confianza se ha quebrado” hacia el PSN y que de no respaldar el control de la Mesa que plantea Geroa Bai incurriría en “una verdadera dificultad para constituir un gobierno progresista con solidez, estabilidad, seriedad y vocación para perdurar cuatro años”.
Por ahora, al menos públicamente, el PSN no ha mantenido contactos con EH Bildu. Y se reafirma en su negativa a hacerlo, pese a las críticas y advertencias que la coalición de Arnaldo Otegi ha hecho de que no le concederán un ‘cheque en blanco’. Haber facilitado la salida de Joseba Asirón del Ayuntamiento de Pamplona ha sido un duro revés para la coalición de la izquierda abertzale. Pero no sólo para ella. En el PNV también ha recordado a los socialistas que lo que ocurra en Navarra tendrá consecuencias en la conformación del Gobierno en España.
El apoyo a Sánchez, ¿daño colateral?
El presidente del PNV, Andoni Ortuzar, incluso llegó a acusar al PSOE de no haber cumplido “lo que teníamos hablado” para apoyarse en los ayuntamientos de Navarra en los que el respaldo del PSN fuera necesario para mantener alcaldías de Geroa Bai: “Y no han cumplido”, dijo, “tomamos nota”. A ello, el líder del PNV recordó que si Sánchez quiere el apoyo del PNV aún queda “mucho de lo que hablar”.
El PNV, molesto con los socialistas por su papel en Navarra, recuerdan a Sánchez que aún hay "mucho de lo que hablar" si quieren su apoyo
Y ante el titubeo nacionalista, el Gobierno de Sánchez parece haber decidido seguir adelante y forzar el posicionamiento de los partidos en el pleno de investidura que anuncia para celebrarse “en breve”: “Con apoyos o sin apoyos habrá sesión de investidura pronto”, ha asegurado hoy la presidenta del PSOE, Cristina Narbona.
Mañana los 50 diputados del Parlamento de Navarra prometerán o jurarán el cargo comprometiéndose a respetar el régimen foral y a acatar la Constitución. Después tendrán que votar la mesa que controlará la gestión y administración del Parlamento. Serán ellos y ellas quienes decidan qué partido presidirá la institución. Quien obtenga más votos liderará la ronda de contactos y en un plazo de diez días propondrá, si lo hay, un candidato o candidata para formar gobierno y convocar un pleno de investidura.
Diez días clave, a puertas de las fiestas de San Fermín y que pueden suponer un verdadero ‘encierro de riesgo’ para el PSN del que puede salir victorioso o con heridas de asta, en Navarra y quizá en España. La urgencia del PSOE por no prolongar más el proceso de investidura de Pedro Sánchez debería acelerar la toma de decisiones del PSN y decidir si continúa adelante con su aspiración por gobernar la Comunidad foral apoyándose en al menos una abstención de EH Bildu.
Si todo se frustra, si no se alcanzan las mayorías requeridas, la agonía podría alargarse hasta tres meses después de las elecciones, es decir, hasta el 26 de agosto.
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