Renfe quiere seguir reforzando su flota de trenes de Cercanías. El Consejo de Administración del grupo ha dado el visto bueno a la licitación de un concurso público para comprar 38 trenes híbridos (que funcionan alternativamente con electricidad o diésel) que se destinarán a los servicios locales de Cercanías y cuyo importe será de 365 millones de euros, según confirman a El Independiente fuentes conocedoras de la operación.
El contrato contemplará el pedido en firme de 29 vehículos con la opción de ampliarlo con otras nueve unidades adicionales. En el concurso se incluirá también los servicios de mantenimiento para parte de los trenes durante 15 años y piezas de repuesto para los trenes por otros más de 108 millones, lo que elevará el importe final de la licitación hasta casi 474 millones de euros.
Renfe ya tiene en su flota los híbridos Alvia (que circulan por vías de ancho ibérico y de alta velocidad) en rutas de Larga Distancia, pero los del nuevo concurso que arranca ahora serán los primeros trenes híbridos que la compañía dedica a Cercanías.
Sustituir a los 'camellos'
Los nuevos trenes que quiere comprar Renfe servirán para sustituir los antiguos vehículos diésel de la Serie 592 (conocidos popularmente como camellos porque las instalaciones de aire acondicionado sobresalen en sus tejados y se asemejan a jorobas).
Los trenes estarán destinados principalmente a rutas de Cercanías de la Comunidad Valenciana y de la Región de Murcia, en las zonas en que hay trayectos que no están enteramente electrificados y en las que las infraestructuras son de ancho variable. Concretamente, se trata de los Cercanías que recorren las provincias de Murcia y Alicante.
Esta compra nada tiene que ver con la anunciada en marzo por Renfe: 211 trenes de Cercanías por casi 2.300 millones de euros, y la opción de solicitar 120 trenes adicionales, sino que se trata de un pedido adicional aprobado esta misma semana para completar el megacontrato.
Desde la llegada de José Luis Ábalos al Ministerio de Fomento, hace algo más de un año, las compras de trenes para la red convencional se han disparado prácticamente por primera vez en lo que va de siglo: hasta ahora la prioridad absoluta reflejada en los Presupuestos Generales del Estado recaía sobre la alta velocidad. A finales de 2016 el anterior ministro de Fomento Íñigo De la Serna anunció que Talgo se adjudicaba el contrato del siglo, la fabricación de 30 trenes AVE; en febrero de 2018 De la Serna anunció un nuevo AVE low cost, el EVA.
Locomotoras, Cercanías, Regionales
Todo eso empezó a cambiar en marzo de este año. Primero vino la licitación de dos centenares de Cercanías. Luego, la de 40 locomotoras de AVE por casi 300 millones para transformar trenes de alta velocidad con rodadura desplazable capaces de alcanzar los 330 kilómetros por hora. Las 40 locomotoras darán lugar a una nueva serie de Renfe, la S-107.
Después llegó otro mega-pedido: 105 trenes Regionales por 750 millones de euros para sustituir a grandes rasgos muchos de los modelos ya envejecidos, caso de los trenes que conectan Madrid con Extremadura y que tantos fallos llevan dando los dos últimos años.
De acuerdo con las fuentes, el pedido de 30 trenes híbridos es el cuarto y último para renovar la flota de material rodante convencional. Desde hace tiempo las críticas no proceden de la alta velocidad, sino de los fallos y averías de la red convencional. La agonía de los Cercanías de Madrid, que suponen la mitad de los pasajeros totales de Renfe aproximadamente, dura ya demasiado tiempo.
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